La familia de Tomás, un niño que perdió la vista en su ojo izquierdo durante un recreo el pasado mes de noviembre, pide responsabilidades al colegio Valle-Inclán de Oleiros, en A Coruña. El menor se ha sometido a cuatro operaciones para no perder el globo ocular, tal y como recoge La Voz de Galicia.

Los hechos ocurrieron el 30 de noviembre de 2022. Los alumnos del Valle-Inclán no salieron al patio del colegio porque estaba lloviendo. Se quedaron en las aulas disfrutando de sus minutos de recreo. Los profesores se repartieron por toda la planta: cada uno tenía que vigilar varias clases a la vez.

Tomás, que cursa sexto de primaria, estaba jugando al ajedrez con un amigo. Perdió la partida y decidió ir a ver cómo otros dos alumnos se lanzaban entre ellos escuadras y cartabones. Le cogió el frío y se colocó donde un radiador, que estaba a unos seis metros de la pelea. Fue en ese momento cuando una escuadra salió volando y atravesó el ojo del menor. Esta es la versión del menor recogida por el medio gallego.

Una compañera que estaba en el lugar del incidente comenzó a gritar al ver la sangre que salía del ojo de Tomás. Esto alertó a los profesores, que rápidamente asistieron al menor herido.

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Cuatro operaciones

En un primer momento, Tomás fue trasladado al hospital Abente y Lago de A Coruña. La operación fue complicada porque perdía mucha sangre. La escuadra había destruido la córnea, la pupila y el cristalino. Estuvo tres días ingresado, pero tuvo que ser redirigido al IMO de Barcelona.

En la clínica catalana recibió tres operaciones para evitar que perdiese el globo ocular. Desde ese momento, ya suma más de 50 revisiones tanto en el IMO como en el Abente. La vista en el ojo izquierdo ya no va a poder recuperarla nunca.

Sus padres están de baja desde el momento del incidente, que les ha dejado un trauma a todos y les ha cambiado por completo la vida. Tomás necesita su atención las 24 horas del día.

Responsabilidades

Los padres de Tomás han denunciado al colegio ante la Consellería de Educación por no haber cumplido con los protocolos correspondientes en este tipo de situaciones. Además, han señalado a La Voz de Galicia que no transmitieron a los profesores el alcance de los daños producidos por este accidente y las consecuencias del mismo.

El centro remitió un mensaje a los padres informando de que se cubría el ratio de profesores en los pasillos en el momento del incidente. Desde la Consellería de Educación, sin embargo, indicaron que el centro tenía que poner en marcha las medidas pertinentes para garantizar el 100% de la vigilancia de todo el alumnado.

El menor que lanzó la escuadra es inimputable, pero los docentes tampoco tendrán que responder ante el incidente, ya que Educación explica que el ratio de profesores se ajustaba en ese momento a una orden en vigor desde 1997, según recoge el medio gallego.