OPINIÓN

Vicente Barrera: para gente sin complejos

El torero Vicente Barrera Simó
El torero Vicente Barrera Simó
EFE
El torero Vicente Barrera Simó

Los más viejos del lugar recordarán el famoso claim de una conocida marca de whisky: para gente sin complejos. El pacto PP-Vox ha echado a andar con la elección nada menos que de un torero como vicepresidente, que se encargará, además, de la Conselleria de Cultura.

La designación de Barrera es un ejemplo más del cambio de tercio en la Comunitat. Hemos pasado de la "españolidad" acomplejada o del "pancatalanismo" encubierto, a todo lo contrario en menos que dura un toque de clarines. Primero fue un pacto fulgurante para sorpresa de todo el mundo; ahora un vicepresidente torero, con todo el significado que tiene la Fiesta Nacional para unos y otros.

Quienes conocen a Barrera saben que su determinación no solo procede de haber pisado el albero. Estudió Derecho en el CEU San Pablo por con un compromiso con sus padres, que no le querían ver vestido de luces bajo ningún concepto. Poco pudieron los libros de leyes, Barrera escuchaba la sangre torera de su abuelo, el matador Vicente Barrera y Cambra, al que denominaban rey del descabello. Como torero, el nuevo vicepresidente destacó por su temple y su poco gusto por los adornos y florituras; siempre tuvo claro su sitio en el ruedo. Ahora ha decidido un cambio de suerte para meterse en un coso que tiene fama de ser menos noble y más traicionero. Imagino que tendrá muy presente la regla de oro de todo diestro: no dar nunca la espala al toro.

Barrera sufrió 11 cornadas antes de cortarse la coleta. Sabemos por el desafortunado matador decimonónico Manuel García Cuesta, El Espartero, aquello de "más cornadas da el hambre". Ya nos contará el nuevo vicepresidente dentro de unos años si las de la política duelen más.

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