Junts pide elecciones porque el Govern està "agotado" y Aragonès "desautorizado"

  • Los pactos entre ERC y PSC en las diputaciones de Lleida y Tarragona provocan un duro debate en el Parlament 
El presidente del grupo de Junts en el Parlament, Albert Batet.
El presidente del grupo de Junts en el Parlament, Albert Batet.
ACN
El presidente del grupo de Junts en el Parlament, Albert Batet.

Los pactos de Esquerra Republicana con el PSC en las diputaciones de Lleida y Tarragona han dominado la sesión de control al Govern y han subido la tensión entre el presidente del grupo parlamentario de Junts Per Catalunya, Albert Batet, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

Batet ha asegurado ante Aragonès que con estos pactos entre ERC y los socialistas, el presidente de la Generalitat ha sido "desautorizado" por su partido. El discurso de Batet ha ido subiendo en intensidad hasta pedir a Aragonès elecciones anticipadas. "Haga una profunda reflexión sobre si vale la pena aguantar esta agonía. La coherencia tiene premio en las urnas", le ha espetado Batet al presidente.

Además, el dirigente de Junts ha dicho que Aragonès es un "presidente tutelado”, y ha recordado las palabras de Aragonès dos días después de las elecciones del 28-M, cuando afirmó que "tenemos la oportunidad de entendernos también en los ayuntamientos, donde podemos y debemos entendernos".

Albert Batet ha querido poner de manifiesto las contradicciones entre las palabras del presidente y las acciones de su partido preguntando a Aragonès que cómo se conjuga esa voluntad de unidad del independentismo con los acuerdos con el PSC en las diputaciones de Tarragona y Lleida. Acto seguido, el diputado de Junts ha solicitado a Aragonès que pida a su partido que "rectifique" y deshagan esos pactos.

El presidente de la Generalitat ha contestado a Batet con ejemplos del lado contrario, como por ejemplo, el pacto entre Junts y los socialistas en la Diputación de Barcelona. Asimismo, Aragonès ha recordado a Batet que en muchos municipios, Junts y PSC están cerrando acuerdos para evitar alcaldías de ERC.

Sin embargo, Aragonès ha querido poner algo de paz y ha insistido en que los partidos independentistas no deben "tirarse por la cabeza" esos pactos y focalizar los esfuerzos en incrementar "lo que va bien".

No obstante, Albert Batet no ha querido bajar el tono en su segundo turno, y ha señalado que los republicanos no son “de fiar”, para continuar con calificativos como que el Govern está "agotado" o que Esquerra es un partido "desesperado", en relación a los malos resultados que ERC obtuvo en las municipales. Finalmente, ha reiterado que Aragonès y ERC considerasen la conveniencia de un adelanto electoral.

El presidente de la Generalitat ha hecho oídos sordos a esa sugerencia y no se ha referido a ella, pero sí se ha defendido de las acusaciones de desautorización asegurando que cuenta con el apoyo de la militancia y los dirigentes de su partido. Por contra, ha aludido a algunos episodios de desencuentro en el seno de Junts afirmando que "he visto otros casos donde no ha sido así, y no favorece a las instituciones". Aragonès ha zanjado la cuestión pidiendo a Batet que "no intente proyectar la división y las correcciones de su partido" sobre Esquerra Republicana.

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