Lorenzo Silva, autor de 'Púa': "No me gusta lo truculento ni me recreo en lo macabro. Prefiero escribir de la violencia moral"

Lorenzo Silva
Lorenzo Silva, con Madrid de fondo.
CARLOS RUIZ/DESTINO
Lorenzo Silva

Quedamos con Lorenzo Silva, igual que si fuéramos espías camuflados, en la estación del AVE de Madrid, no porque él vaya a perpetrar ninguna maldad, sino porque parte de gira en cuanto termine la conversación. Viajar y hablar son consecuencias inaplazables de cualquier promoción, aunque para abundar en su última novela, Púa (Destino), habría sido más teatral un despacho en el CNI o un calabozo de una comisaría. 

Este thriller nada en las cloacas del estado, esas que parecían tapiadas o pertenecientes a una época extinta de nuestra memoria política. Pero la historia es tozuda y el autor de este título también, así que ha repescado un asunto atemporal que, según apunta, no caduca, gobierne quien gobierne. Porque defender intereses legítimos en nombre de la moral precisa muchas veces de procedimientos ilegítimos. Así que la trama de la novela oscila entre un peligroso favor en el presente y una vuelta al pasado más oscuro de camaradas, infiltrados y tiros en la nuca.

Este libro tiene, además, un aura de homenaje. Porque ha salido en el año en que el personaje estrella de Lorenzo Silvia, el guardia civil Rubén Bevilacqua, cumple 25 primaveras. Un fenómeno de plata que avanzará en el calendario con más entregas, Silva mediante.

La última novela ¿es siempre la mejor? ¿Siente que esta lo es?La ultima novela siempre es la que escribes sabiendo más. Y es cierto que ahora sé más en este momento de lo que sabía en los 82 libros anteriores. Lo puedes decir de otra manera. Es la que escribes habiendo cometido más errores. Luego está el acierto, en la selección, cómo resolver la trama, la ejecución.

Quizás el mal nos interpela más que el bien porque somos conscientes de transportarlo dentro

¿Le parece bien la definición de thriller o es una novela política?A mí esto de las etiquetas... pero bueno, esta sí tiene elementos de thriller. No es lo principal, es un mecanismo narrativo buscado para contrarrestar la densidad y el espesor moral, narrativamente, el libro debía ser ágil, rápido, incluso con ese ritmo que impone algún recurso típico del thriller, y creo que en esta historia tiene sentido. El hecho de que el protagonista está en peligro todo el rato, de que es un infiltrado, le persiguen sin parar, y ha removido un nido de avispas, ayuda a contar esa historia que tiene una dimensión épica y filosófica superior a otros libros míos.

Lo que es evidente es que es una novela de antihéroes ¿Por qué nos atraen más las personas que hacen el mal que las que hacen el bien?Es verdad que en esta novela no hay ningún personaje ejemplar, salvo uno, pero todos los demás son gente con malas ideas, que trabaja para ponerlas en práctica. Quizás el mal nos interpela más porque en el fondo, todos somos conscientes de transportarlo dentro. Cuando vemos alguien que lo libera nos sobreviene el escalofrío de que podríamos ser nosotros quienes lo liberáramos. A mí no me gusta lo truculento. Aquí hay cosas bastante terribles, pero no me recreo en la descripción, prefiero que el lector capte la violencia moral de lo que está pasando y no la física, la repugnancia, lo macabro, lo escabroso. Quizás es lo que nos atrae, o lo que he intentado manejar es como alguien que no es malo del todo, pero el mal lo tiene dentro, lo más difícil para mi personaje es la convivencia. La historia está en el problema, en el conflicto, no en el equilibrio, en la conformidad.

Lorenzo Silva - Pua - ©Carlos Ruiz B.k. - Color - 006
Lorenzo Silva lleva más de 80 libros publicados.
CARLOS RUIZ/DESTINO

¿Cómo se le ha ocurrido volver a un tema que estaba soterrado, los bajos fondos del Estado?Mi novela se sitúa en un ámbito intemporal y en una localización indeterminada. No me he querido situar en el escenario cercano. Es un episodio histórico del que viene la experiencia, las conversaciones, los testimonios… lo que me ha sido útil para construir a mis personajes. Pero quería separarme de eso. Porque la guerra sucia, tratar de defender intereses supuestamente legítimos por procedimientos ilícitos, es algo permanente. Todos acaban estableciendo unas normas, si la sociedad es compleja afecta a los propios servidores del Estado. En un estado de derecho, hay normas que reglamentan el comportamiento de esos servidores. Pero una y otra vez, hay quien desde el poder decide que mi fin es tan noble que me salto mis propias normas. Cuando hablamos de ETA son cosas extremas. Pero en algo incruento y reciente, como fue el proceso independentista catalán, las autoridades se saltaron nucas veces su propias leyes. Se lo pasaron todo por el arco del triunfo pasando por encima del gasto público, del respeto a las minorías, del estatuto de autonomía, del marco normativo… porque pensaron que su fin era muy noble.

¿La venganza también justifica los medios y los fines?Antes que a la venganza, iría al origen. Hay situaciones que son tan traumáticas que resquebrajan el orden moral. Esto les pasa a los individuos y a las sociedades. Piensa en el 11 S. Supuso tal trauma que autorizó a sus gobernantes a romper los países, sino a ordenar abiertamente asesinatos extrajudiciales, a tener a persona en prisión 20 años sin juicio. En el caso de mi personaje tiene un trauma muy fuerte que afecta a su orden moral, lo destruye. Lo he visto con gente que ha estado en organizaciones terroristas. Siempre te hablan de traumas, de represión, incluso de uno que no podía ver a su padre como alma en pena y a partir de allí se convenció de que si tenía que matar a alguien, aunque no lo conociera, pues estaba convencido de que lo haría.

He estado con personas que han vivido la primera línea de un conflicto bélico, donde te pueden matar y puedes matar

Para crear estos personajes de ficción descreídos y asesinos, ¿ha tenido que conocer a muchos de verdad?Mis personajes son de ficción, que no intentan parecerse a nada, ni al GAL, ni al CNI. Me he inventado una organización para estatal de ficción. No he pretendido retratar ninguna organización real, ni policial, ni de inteligencia. No he ido buscando personajes que lo parecieran. He tenido la oportunidad en los últimos diez años trabajando en otros libros, de tratar con gente que ha estado tanto en la actividad terrorista como en la contra lucha terrorista. También he estado con personas que han vivido la primera línea en un conflicto bélico, donde te pueden matar y puedes matar y ha matado. Ha hablado con personas que tenían la necesidad de asesinar a un desconocido, simplemente porque era un objetivo de la organización. Y los del otro lado, la lucha contraterrorista a su vez ha conocido a terroristas, quienes mejor los conoces no son sus compañeros, sino quien los ha perseguido. Los han seguido durante mucho tiempo. A través de esto he podido conocer actuaciones ilícita. Personas que han sido torturadas. Y las que han recibido condena judicial. Y otras que han torturado pero que nunca han sido condenadas.

¿Qué se siente cuando uno está delante de esas personas de carne y hueso, torturadores y torturados?Tú estás recibiendo un testimonio, es una verdad incómoda. Esa persona está confiando en ti. Podría guárdarselo. Depende del relato que te hagan. Si tiene lenguaje gestual, riéndose de las viudas, es insoportable. Yo con esa gente no me podría ni sentar. La gente con la que yo me he sentado es consciente de que había material del que no se podía sentir orgulloso. Yo no estoy para juzgarlo. Estoy ahí para intentar la verdad profunda de lo que les llevó a hacerlo. La tortura es un acto absolutamente inmoral porque tienes una persona indefensa. Una de tus responsabilidades es preservar su integridad física y moral, eres su custodio. Ellos te dicen que te sientes muy mal haciéndolo, y si no eres un demente.

¿Qué opina de que en las listas de un partido político en las últimas elecciones hubiera exterroristas, aunque ya hubieran cumplido condena y estén reinsertados?Están en plenitud de sus derechos civiles y políticos, sí. Tienen perfecto derecho a presentarse. Si fueran personas reinsertadas, regeneradas y que hubieran asumido de manera consciente la manera de reparar el daño, sería hasta bueno que se presenten. Pero no han hecho nada de esto y además estaban en una lista porque se considera que su pasado es como un mérito. Es una jactancia del año causado que supone tremendamente inmoral. Yo solo me hago esta pregunta: ¿qué diría Bildu si presentaran a concejal a Amedo?

Lorenzo Silva - Pua - ©Carlos Ruiz B.k. - Color - 007
Lorenzo Silva tiene 56 años y fue abogado antes que escritor.
CARLOS RUIZ/DESTINO

¿Nunca ha tenido el pensamiento de herir a alguien porque lo merecía?Yo no me llevaría por delante a nadie. Supongamos que te ha dañado. Si alguien te ha hecho daño se ha hecho un hueco indebido en tu existencia. Si quieres convertirte en un dañador como él, lo que haces en ensanchar el hueco, la colocas en el centro de tu vida. Es una respuesta poco inteligente. Deberías confinarlo en el espacio más pequeño. Me pesa la memoria familiar, como que mi abuelo llamado Lorenzo, estando en Marruecos, en un desembarco, con una ametralladora, un oficial le dijo que hiciera fuego contra un hombre que estaba en un campo de cereal. Mi abuelo miró al hombre, no vio a un combatiente, aunque podía serlo, y lo que decidió fue tirar alto. Me lo contaron con 8 o 9 años. La vida de los demás hay que respetarla. En los últimos años, he estado con gente en extremo peligro y aun en esa situación, han seguido arriesgándose para no hacer fuego sobre blancos legítimos. Esto pasa mucho en las redes sociales.

¿A usted le pasa lo de los redes sociales?A mí me llega de todo. Pero yo no respondo a nada. A mí me han dicho cosas muy vejatorias, pero si no están interfiriendo es mejor dejarlas correr. Una me empezó a mandar emails insultantes. Aténgase a las consecuencias, le dije. Y ella pensó que la iba a denunciar, pero le dije que la iba a marcar como spam, que iba a dejar de atender. Yo no bloqueo a nadie nunca, los silencio a todos. Si alguno se lo pregunto es por esto.

¿Cuántos secretos calla Lorenzo Silva que le habrían servido para este argumento?Cuando te lo cuenta en secreto, por su descrédito o lo que sea. Todos los torturadores con los que he hablado tienen prescritos sus delitos o los han condenado por ellos. Qué sentido tiene contar un detalle concreto. Me sirve material para las ficciones, lugares, fechas, me suministran un esquema moral, sicológico… Pero no puedes buscar un atestado real, porque no he querido reflejarlo.

Bevilacqua tiene 59 años ahora. Intentará llegar hasta los 65, en los que le pegarán una patada en el culo y le echarán

Esta novela sale en plena celebración de los 25 años de su personaje bandera, Bevilacqua. ¿Se va a jubilar este guardia civil?Lo dejé en la Navidad en 2019, con lo que tiene 59 años. Le quedan cuatro años para llegar a la reserva pero luego pueden trabajar y la mayoría trabaja. No le veo en casa, intentará llegar hasta los 65 en que pegarán una patada en el culo y le echarán

¿En términos literarios, cuántos libros quedan por delante de su serie? ¿Cuánta le ha dado de felicidad y cuánto de carga?Pueden ser hasta nueve novelas más y con Chamorro. La primera en otoño de 2024. Bevilacqua es la idea literaria más feliz que he tenido en mi vida. Y además no me di cuenta. Empezó como un experimento pero me lo tomé en serio para hacer una novela, pensé que tenía muy pocas posibilidades, que iba a parecer una gamberrada. Era consciente de lo que era proponer a un guardia civil como héroe literario. No sabía que estaba teniendo una idea tan buena y provechosa. No he encontrado ni un motivo de infelicidad, quizás porque tomé dos buenas decisiones: en la primera novela, ponerle una compañera. No es un bueno que el hombre esté solo, como dice el Éxodo. Chamorro le daba crecimiento simultáneo. Esas extrañas parejas funcionan en literatura. La otra buena idea es no congelarlo en el tiempo. Somos mortales y efímeros. Que el tiempo haga y deshaga es lógico. Aparte de lo feliz que ha sido y sigue siendo, me ha permitido como quizás no habría tenido la oportunidad, trabajar en otros ámbitos minoritarios; Castilla, Kafka, Afganistán… Me ha servido para llegar a más lectores.

Lorenzo Silva - Pua - ©Carlos Ruiz B.k. - Color - 012
El escritor relee su útlimo libro.
CARLOS RUIZ/DESTINO

¿Por qué uno tiene la impresión de que cuando lee a Bevilacqua es como verle a usted? ¿Cuánto hay del escritor en el personaje?No es ni acertada ni equivocada. A un personaje de ficción siempre lo alimentas con tu experiencia. Vale para Bevilacqua y pasa con Púa, que es peor moralmente hablando. Partes de elementos de tu experiencia. Pero tiene sentido crear un personaje novelesco no para ser tú, que es un coñazo, sino para plantearte quién podías haber sido tú. Hay diferencias de carácter rotundas. Yo a lo mejor soy más radical que mi protagonista. Él se ha templado mucho. Es un servidor público. Cuando tú estás 25 años con un personaje acabas buscando experiencias extremas, aunque son instrumentales, acaban siendo tuyas. Yo he estado en una patrullera en el Estrecho, no lo habría hecho de no ser por él. He estado en Afganistán. Son experiencias que te cambian mi visión del mundo.

También hay mucho de perdón en este libro. ¿Cuántas veces ha pedido perdón usted?Todos tenemos nuestros orgullo, yo también. Y lo pediré las veces que haga falta. Pero también creo que hay una versión un poco desviada del perdón. Que es yo hago lo que sea y luego pido perdón, de manera formularia .Así soy más benévolo conmigo mismo y capto la benevolencia ajena. Creo en responsabilizarse pero a veces puede que no te perdonen. Que no sea la manera de comprarlo. O te lo dan o no.

¿Y se arrepiente de algo en su vida personal y profesional? Todos cuando nos examinamos, todos hemos hecho cosas imperdonables. Yo no he cometido ningún delito grave, no he cometido ninguna falta seria, nada ominoso, que yo sepa. Errores en mi vida personal he tenido claro. Yo estoy divorciado, eso no deja de ser un fracaso personal. No me perdono ninguno de mis errores, además. Como todo el mundo tengo mis inseguridades, aunque miedoso procuro no ser. Te agarrota y te lleva a ser más dañino. Pero mis seguridades las intento mantener en lo que respecta a mí. Cuando escribo, tiendo a estar bastante seguro de lo que hago. Eso que a veces echo diez años en tramar o urdir una novela, como me ha pasado en este libro. Dudo mucho. Cuando empiezas, es como cuando te pones a los mandos de un avión. Intento pisar fuerte, y cuando escribes a veces tienes dudas. También sé que me expongo al escrutinio y a la crítica.

¿Cómo hace para ser tan prolífico y tocar tantos palos?Tengo seis proyectos en la cabeza. Y trabajo en ellos en paralelo. Ahora tengo todo el tiempo del mundo. Y a mí me gusta escribir, es estar haciendo lo mejor que puedo hacer con mi tiempo. Intento organizarme. De noviembre a mazo no verás mi agenda tan apretada. Es monacal. Afortunadamente ahora tienes otros recursos.

Ahora estoy preparando con mi mujer, Noemí Trujillo, el tercer libro de la serie de Manuela Mauri

¿Es difícil trabajar con su mujer? ¿O discuten mucho?No, no. Ahora estamos preparando el tercero de la serie de Manuela Mauri. Y con ella consensuamos. Eso es la vida humana, pero como vivimos en un país acostumbrado a la fractura, pero la vida es consensuar, conversar, negociar… Al final esto funciona. Ni los negocios, ni el tráfico, ni nada. Hemos aceptado que la política no funcione por eso mismo.

Su mujer viene de la poesía y ahora hace ficción. ¿Ha pensado usted en hacer el camino a la inversa?Para mi vergüenza algo hay publicado. Escribí muchísima entre los 15 y los 20 años, y muy mala. Me di cuenta. Le he prestado un gran servicio a la poesía cuando dejé de hacer versos. A mí lo que me gusta es lo que tienen aliento poético que no es ajeno a nada. Soy un mal escritor de versos. Algunos me los han publicado porque me los sacaron con forceps.

¿Cuántos amigos íntimos tiene dentro del mundo de la literatura?Buena relación con bastantes autores, entre otras cosas. Gestioné el festival de Getafe. Tengo relaciones cordiales, pero nada más… No son amigos. Hay otros a los que puedo considerar. Mi círculo de amistades es tanto de guardias civiles como de escritores. Amigos de verdad tengo tantos de ellos como escritores.

¿Lee a sus colegas de género?Suelo leer una al mismo tiempo nada más. Hay que intentar centrarse. Me acabo de leer lo último de Carrère, V13. Dirijo mi interés hacia lo que he hecho ahora mismo. Salir de noche, de Libros del Asteroide. Leo filosofía, historia, contemporáneos, muchos no me gustan. Nunca hablo mal de mis compañeros. Uso una frase de Kafka, a mí no me corresponde hablar de los acusados. Es inelegante. Paco Cerdá y es inevitable Alexis Ravelo y Domingo Villar, que eran amigos.

71sJoLi6szL
PÚA está editada por Destino. Tiene 462 págs y cuesta 21,90 euros.
Mostrar comentarios

Códigos Descuento