Así es la jaula con "olor humano" para descubrir por qué atraemos tanto a los mosquitos

Vista aérea de la jaula de mosquitos en Zambia.
Vista aérea de la jaula de mosquitos en Zambia.
John Hopkins Institute / Julien Adams
Vista aérea de la jaula de mosquitos en Zambia.

A pesar de que la amenaza de los mosquitos a los seres humanos sigue siendo la misma desde hace mucho tiempo, la ciencia continúa dando pasos de gigante para averiguar cuál es la causa del acercamiento de estos insectos a las personas. El último invento es un espacio gigante con olor humano para ver cómo los mosquitos encuentran a las personas, según Gizmodo

Se sabía desde hace tiempo que el olor corporal humano resulta atractivo para los mosquitos. Sin embargo, este estudio ha confirmado esta teoría, concluyendo incluso que el olor humano es más atractivo para estos que el dióxido de carbono. 

Este estudio llevó a cabo la creación de un entorno más natural, en una jaula, para poder a llevar a cabo los experimentos. La investigación está comandada por Conor McMeniman como autor principal, junto a investigadores de Macha Research Trust en Zambia, África.

Según confirmó McMeniman a Gizmodo, se trata de una jaula equipada con almohadillas térmicas que podían alcanzar la temperatura de la piel humana. Con estas se pretendía atraer a los mosquitos liberando dióxido de carbono y olor humano. Estos olores provenían de personas alojadas en tiendas de campaña. 

Lo más curioso de esta invento fue el tamaño del 'escenario' donde se realizaban estas pruebas. Al ser tan grande permitía comparar olores de hasta seis humanos a la vez, "muy por encima de los dos olores típicos utilizados en estudios de comparación similares", cuenta McMeniman. Asimismo, este experimento también permitió observar el comportamiento de los mosquitos por la noche, gracias a cámaras infrarrojas.  

Los resultados afirmaron que el calor corporal por sí solo no atrae a los mosquitos. Sin embargo, estos se sentían tentados cuando a las almohadillas térmicas se le añadía dióxido de carbono. McMeniman confirmó así que gracias a este trabajo se confirma que algunos mosquitos como el Anopheles gambiae "se acercan al huésped potencial y su piel humana" por el olor corporal. 

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