"Es un paso histórico". Así se ha definido la decisión tomada por el Consejo de Europa en la cumbre que se celebra estos días en Islandia: la creación de un registro de daños de Rusia en su invasión de Ucrania. Al pacto se han suscrito más de cuarenta países y el objetivo es que esta medida "ayude a la rendición de cuentas" y también "a las víctimas" de las maniobras de Putin. Era, de hecho, una prioridad para la organización, tal como explicó la primera ministra islandesa, Katrín Jakobsdóttirk.

El nuevo mecanismo, establecido por un periodo inicial de tres años, tendrá su sede física en La Haya, considerada por el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, como "la capital legal del mundo". En definitiva, los jefes de Estado y de Gobierno consideran que esta es una muestra más "del fuerte apoyo a Ucrania".

Para la secretaria general del Consejo de Europa, Marija Pejcinovic Buric, se trata de "una decisión histórica". "Ayudará a las víctimas a registrar sus pérdidas", algo "vital para cualquier mecanismo de compensación" que pueda anunciarse a futuro, ha señalado, enfatizando que ya hay "una coalición muy grande" que lo apoya.

Por su parte, el primer ministro ucraniano Denis Shmigal ha expresado en nombre del Gobierno ucraniano su agradecimiento tanto al Consejo de Europa como a los países que han brindado su apoyo a la iniciativa. Ahora, confía en que se amplíe más allá del continente: "Invitamos a otros países, de todos los rincones del mundo, a unirse como una señal de apoyo". Sin embargo, también entiende que "el trabajo duro empieza ahora". El primer ministro confía en que el nuevo registro pueda estar "pronto" plenamente abierto a las víctimas.

El Consejo de Europa, que consta de 46 miembros, explicó que 40 países, entre ellos España, han dado su apoyo a esta iniciativa que pretende ser un primer paso para avanzar en la exigencia de responsabilidades por el conflicto bélico, mientras otros tres (Andorra, Bulgaria y Suiza) han mostrado su intención de hacerlo.