Entrevista

Ibán García del Blanco, eurodiputado del PSOE: "La IA es una gran evolución, pero todo depende de cómo la vayamos a utilizar"

Ibán García del Blanco, en una sesión plenaria en Estrasburgo.
Ibán García del Blanco, en una sesión plenaria en Estrasburgo.
Alain ROLLAND
Ibán García del Blanco, en una sesión plenaria en Estrasburgo.

La inteligencia artificial ha llegado para quedarse y bien lo saben en la Unión Europea. Ese parece ser uno de los mensajes que salen del Parlamento Europeo en un momento en el que, además, la maquinaria ya está en marcha para legislar un área que está llena de sorpresas. Sobre ello habla 20minutos con Ibán García del Blanco (León, 1977), eurodiputado del PSOE, que como muchos de sus colegas sigue de cerca la evolución de esta nueva realidad y pide, sobre todo, entenderla para poder adaptarse a ella sin sobresaltos.

¿La inteligencia artificial es un riesgo o una oportunidad?Creo que es fundamentalmente una oportunidad que por su dimensión conlleva riesgos y tenemos que afrontarlos. Entre riesgo y oportunidad me quedaría más con lo segundo.

¿ChatGPT es la punta del iceberg como algunos dicen?Es el primer desarrollo generalista que está a disposición del público de forma masiva y es una herramienta que se irá haciendo cada vez más poderosa a medida que se vaya entrenando. Es verdad que tiene la característica de que es generalista y en la ley [impulsada por la UE] se la ha definido así, aunque no todo el mundo está de acuerdo. Nos vamos a tener que acostumbrar a este tipo de cosas, aunque nos sorprendan por su magnitud.

Usted ha comentado que estamos ante una realidad completamente nueva, ¿cómo le explicamos al ciudadano medio esa realidad?Hay que contar exactamente lo que es: una tecnología que no es nueva pero que sí ha llegado a un punto de maduración que la hace parecer muy revolucionaria. Técnicamente es más potente de lo que fue en el pasado y se está aplicando ya de forma muy generalizada. La tenemos presente de una manera o de otra; eso nos va a crear riqueza, oportunidades y se calcula que la productividad mundial se va a multiplicar por siete pero al a vez tenemos que tener cuidado y para eso en la UE estamos intentando anticiparnos para protegernos frente a esos riesgos. Hay que dar tranquilidad a los ciudadanos.

¿En qué sentido hay que regular la IA?Hay dos maneras de afrontarlo. Con una estrategia de inversión y de investigación, y eso le corresponde a las instituciomnes y tenemos que tener una regulación que mire los ámbitos en los que se pueda usar esa IA. La ley lo que hace es un planteamiento de riesgo alrededor del uso de la IA, y establece diferentes gradaciones. Al mismo tiempo también marca una serie de obligaciones en cuanto a que las empresas o los actores implicados den una información suficiente a toda la población sobre cómo funciona y cómo le puede afectar.

Se habla de cuatro niveles de riesgo, ¿cuáles son los riesgos inaceptables?Es el uso que es éticamente indeseable. Por poner algún ejemplo la identificación biométrica remota estará prohibida; usos como el reconocimiento facial que tenga una trascendencia desde el punto de vista de las características como la raza o el color de la piel; lo que se llama el social scoring, que es una puntuación ciudadana en función de cómo nos comportamos en sociedad. Esto último es algo que hace China. Todas estas cosas estarán prohibidas, igual que todas aquellas que tienen que ver con el control masivo sobre la ciudadanía.

¿Más IA conlleva per se menos transparencia?En algunos casos puede estar bien justificado pensar eso, pero se trata precisamente de introducir más transparencia para saber cuál ha sido el tracto de decisión para llegar a unas conclusiones a través de IA. Y lo que es más importante: tenemos que saber cuándo interactuamos con IA. Eso está de moda por ejemplo con los deepfakes (imágenes generadas como reales cuando no lo son). Tenemos que saber que estamos ante eso o ante un texto que está hecho con IA, o siendo atendidos en un determinado servicio. Se trata de alcanzar ese nivel de transparencia y también que la gente tenga el derecho de poder acudir a una persona humana si así lo desea en el momento de tomar una decisión.

Estamos en tiempos de desinformación y guerra. ¿Ha complicado el contexto el análisis sobre la IA?Se supone que la regulación [de la UE] tiene que estar preparada para diferentes escenarios, pero es cierto que la evolución tecnológica es tan rápida y tan inesperada que es complicado hacer una norma que se anticipe. Intentamos hacer las estructuras suficientemente sensibles para afrontar todo esto. La ley se adaptará en el futuro, espero, pero el tipo de contenidos como los vídeos falsos o las imágenes falsas son un peligro que la norma ya va a tener muy en cuenta.

El debate puede afrontarse eso sí desde el optimismo, ¿qué ventajas aporta según usted la IA?En primer lugar es capaz de administrar y gestionar datos como el cerebro humano no puede. Eso no significa que la IA haya llegado a emular del todo el cerebro, pero sí es capaz de hacerlo con algunas cosas (como por ejemplo anticipando cuestiones médicas). En la gestión del agua y la energía nos va a introducir ahorros que no podíamos imaginar, o con transportes más seguros. Es una gran evolución, pero todo depende de cómo la vayamos a utilizar. Que se use para el bien común es la clave, que no nos haga daño y que genere beneficios suficientes.

Una vez que la UE ponga en la mesa su propia regulación va a servir como modelo para los demás y para llegar a acuerdos internacionales

¿Aspira la UE a convertirse en el gran regulador de la IA?Europa es un lugar común y sí, somos una gran potencia reguladora y es nuestra mejor manera de intervenir en el mundo. Nuestra regulación está basada en nuestras propias necesidades, somos un espacio democrático, y esa regulación será siempre mucho más protectora. Eso será bueno para la UE y para el mundo. Vamos a ser los primeros y el mundo precisamente nos observa, puedo dar buena fe de ello. Una vez que la UE ponga en la mesa su propia regulación va a servir como modelo para los demás y para llegar a acuerdos internacionales.

¿Y eso puede generar tensiones con otras potencias?En esto quien da primero da dos veces. Vamos a tener una ventaja competitiva, pero el resto de países van a ser libres, claro, de hacer su propia regulación. Si las empresas quieren operar en nuestro espacio tendrán que hacerlo con nuestras reglas y con nuestros principios y valores. Por mi experiencia, creo que hay expectación y cierta voluntad de llegar con otros actores a llegar a espacios de cooperación, ya sea EEUU, con quien nos unen más cosas, o con China. Todo se andará.

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