José Francisco García Director del Innovation Lab del Instituto Europeo de Diseño en Madrid
OPINIÓN

Ciudades, gobernar la complejidad

Vista aérea del barrio de Chamberí, en Madrid.
Vista aérea del barrio de Chamberí, en Madrid.
Wikipedia / Luis García
Vista aérea del barrio de Chamberí, en Madrid.

Las ciudades son complejas. Son el reflejo de la sociedad en la que vivimos, que cada vez es más diversa y difusa. Hace unas décadas, el mundo en general, y nuestras ciudades en particular, eran más lineales y previsibles. Eso simplificaba muchas decisiones en la estrategia o gestión de la ciudad.

Hoy, las ciudades son más ricas y diversas. Mucho más interesantes, más excitantes y con más capas que explorar dentro de ellas. Esa riqueza significa también complejidad. Las decisiones deben tomarse valorando muchas más variables que antes. Si queremos construir nuestras ciudades pensando en todos sus habitantes, no podemos utilizar los mismos criterios que usábamos hace pocos años.

En este contexto, tenemos por delante años muy importantes, porque a la realidad postpandemia se añaden los tres grandes desafíos de nuestro tiemplo: la emergencia climática, la revolución tecnológica y el desequilibrio social. Son desafíos enormes, que requieren de una energía y una visión excepcional por parte de nuestros dirigentes locales. Sólo con dar buenos servicios a los ciudadanos no será suficiente para crear un entorno favorable que facilite su desarrollo pleno como personas dentro de su ciudad.

Los próximos cuatro años, las ciudades deberán ofrecer a sus ciudadanos una gestión medioambiental y una movilidad mucho mejores, que les permitan vivir en una ciudad limpia y sana, pero sin perder comodidad o tiempo. Además, las ciudades tendrán que encontrar un equilibrio real entre el desarrollo económico y la cohesión social, sin sacrificar ninguno de los dos. Y serán clave en la puesta en marcha de las grandes transformaciones tecnológicas, que los expertos anuncian como revolucionarias, integrando a todos sus ciudadanos en ese proceso.

Para enfrentarse a esos retos se requiere una correcta planificación, una gestión ordenada y una gobernanza abierta y responsable. Y tomar decisiones valientes, que mejoren realmente la realidad actual, y adapten las ciudades al mundo nuevo que, lo queramos o no, está naciendo a nuestro alrededor.

Las próximas elecciones locales serán de las primeras después de que en 2020 descubriésemos la fragilidad del mundo que habíamos creado. Los alcaldes y concejales que salgan elegidos serán los llamados a gobernar la complejidad, a reconocer e introducir esta realidad dentro de los ayuntamientos. Serán quienes nos conducirán a ese mundo nuevo que se avecina. Ojalá tengan la visión, la energía y la ayuda necesaria para hacerlo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento