La lacra del trabajo infantil en el mundo: "Los explotadores prefieren niños pequeños porque cuando cumplen 14 años se fugan"

Estimaciones de Unicef sobre el trabajo infantil en el mundo.
Estimaciones de Unicef sobre el trabajo infantil en el mundo.
HENAR DE PEDRO
Estimaciones de Unicef sobre el trabajo infantil en el mundo.

La explotación laboral infantil, niños obligados a trabajar desde muy pequeños, es una lacra enquistada en amplias zonas del planeta, pero que no solo afecta a países en vías de desarrollo, también en el considerado como primer mundo está mucho más extendida de lo que parece. 

"El problema es que hay un subregistro del trabajo infantil en todo el mundo y eso lo podemos ver dentro de las propias fronteras de la UE. La ministra italiana de Trabajo, Elvira Calderone, acaba de admitir que en Italia hay más de 300.000 niños trabajando", afirma Fernando Morales-de la Cruz, periodista y activista guatemalteco que lleva años luchando en todos los frentes para erradicar la explotación infantil.

El activista Fernando Morales-de la Cruz.
El activista Fernando Morales-de la Cruz.
Cedida

"Me atrevo a decir que en la Unión Europea hay alrededor de un millón de niños trabajando. Es un problema muy serio que afecta a todos los países: Italia, España, Alemania... pero nadie en Bruselas se ha puesto a monitorizar dónde está ese trabajo infantil. No se puede resolver el problema sin estudiarlo primero y saber cuál es su total dimensión", explica.

Su estimación es que en España "hay más de 200.000 niños trabajando" e insta al Gobierno a seguir el camino iniciado por Italia y "hacer un mapeo del problema para saber en qué municipios e industrias" se encuentra más extendido. "No tenemos un estudio completo, pero todo indica que más de la mitad de esos niños son inmigrantes y trabajan principalmente en la agricultura", subraya.

Millones de niños explotados laboralmente

Las cifras de Unicef y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hablan de 160 millones de niños obligados a trabajar en el mundo, pero un reciente estudio de las universidades de Zúrich y Pensilvania eleva esa cifra hasta los 375 millones, más del doble. "Obviamente, los datos oficiales han subestimado el alcance del trabajo infantil", apunta Morales-de la Cruz, quien señala a la India y África como los principales focos, con cifras muy superiores a las estimadas por Unicef.

"El país con más trabajo infantil es la India, pero porque tiene 1.400 millones de habitantes y más pobreza extrema que ningún otro. Tiene más de 70 millones de niños trabajando y es un problema que nunca ha admitido. Luego en África tenemos entre 100 y 120 millones de niños explotados y hay que recordar que la UE es su principal socio comercial", afirma.

Morales-de la Cruz indica que "en América Latina también se han subestimado las cifras en más de 20 millones, especialmente en Brasil, donde la cifra real es siete veces superior a la oficial. Y en México tenemos a más de 5 millones de niños trabajando".

¿Quién se beneficia del trabajo infantil?

Pero este activista quiere poner el foco "en los beneficiarios" de ese trabajo infantil, principalmente grandes multinacionales de los países más industrializados: "Los más de 300.000 niños que trabajan en Italia son solo una pequeña parte de los millones de niños que trabajan para las corporaciones italianas fuera de Italia, en industrias como la del café, el azúcar, el cacao, la ropa de lujo o los bolsos de cuero".

"Los países desarrollados compran fuera de sus fronteras productos fabricados con trabajo infantil (materias primas, textiles...) que llegan a los consumidores a través de las cadenas de suministro. Para eliminar el trabajo infantil en la cadena de suministro de un país hace falta cambiar los modelos de negocio", expone el activista.

Para eliminar el trabajo infantil en la cadena de suministro de un país hace falta cambiar los modelos de negocio"

En ese sentido, señala que "Noruega es uno de los mayores beneficiaros porque es uno de los principales accionistas en el mundo y se beneficia del trabajo infantil de decenas de millones de niños de cientos de empresas que usan a los menores para reducir costes y aumentar rentabilidades. Incluso el Fondo de Pensiones del gobierno noruego admitió a Bloomberg que invertía en empresas que utilizan el trabajo infantil".

"Suiza es otro de los grandes beneficiaros, un país con un gran número de empresas en el comercio de commodities, como oro o diamantes, donde hay mucha explotación infantil. También la UE es la principal beneficiaria del trabajo infantil presente en el café o el cacao porque es la principal importadora", añade.

Las víctimas: niños de entre 8 y 14 años

Morales-de la Cruz retrata el perfil de las víctimas del trabajo infantil: "Los explotadores prefieren niños desde los 8-9 años hasta los 13 o 14 porque cuando cumplen esa edad se fugan. Es muy difícil tener niños esclavos de 16 años porque se marchan, no pueden tolerar la explotación que sufren y salen corriendo, se van a cualquier otro lado. Esto es una constante que puedes ver en Ghana y Costa de Marfil con el cacao; pero también en la India, Bangladesh, Etiopía o Brasil".

"Las secuelas para los niños son enormes porque tanto física como emocionalmente sufren un daño irreparable. Se les roba la infancia y el derecho a recibir una educación, muchos cargan a diario con 30 y 40 kilos a la espalda...", relata.

Se les roba la infancia y el derecho a recibir una educación, muchos cargan a diario con 30 y 40 kilos a la espalda..."

"Se aprovechan de los niños más pobres y de las familias más pobres. Si en un hogar con tres o cuatro hijos los padres solo ganan 3 o 4 euros al día, pues van a llevar a trabajar a sus hijos para poder ganar un sueldo diario de 10-12 euros. No culpo a esos padres por ser pobres, sino a quienes pagan un precio muy bajo por sus productos y permiten la explotación en sus cadenas de suministro", denuncia. 

Y pone de manifiesto que "pagando un precio justo" a los pequeños agricultores se erradicaría buena parte del trabajo infantil en el mundo, ya que el 70% se concentra en la agricultura: "Del precio que pagamos por una taza de café solo le llegan dos céntimos al productor. Solo con que le llegaran diez céntimos, acabaríamos con el hambre y la miseria. Podrían mantener su producción de una forma sostenible y sus hijos podrían ir a la escuela".

Caricatura que denuncia el trabajo infantil.
Caricatura que denuncia el trabajo infantil.
Fo, de Guatemala / @cartoons4change

También clama contra "la estafa del comercio justo", una etiqueta con la que se catalogan muchos productos teóricamente libres de trabajo infantil y que cumplen con los objetivos de desarrollo sostenible: "Se está engañando al consumidor porque la palabra justo nada tiene que ver con el modelo de negocio de esa entidad alemana llamada Fairtrade International, que jamás ha pagado a los productores un precio justo".

"Cada día millones de personas compran productos certificados como éticos, pero resulta que no lo son. Es publicidad engañosa, un fraude al consumidor", insiste. 

"El periódico Washington Post llegó a publicar que hay más trabajo infantil en el cacao certificado que en el no certificado, porque el primero es producido por pequeñas familias muy pobres, que se unen en cooperativas de comercio justo creyendo que les van a pagar mejor, pero eso no es cierto, nunca les han pagado bien", concluye Morales-de la Cruz, creador de iniciativas como Cafe for change, que denuncia la explotación en el mercado mundial del café; o Cartoons for change, donde caricaturistas de todo el mundo denuncian el trabajo infantil. Además, ha trasladado sus iniciativas al Parlamento Europeo, grandes multinacionales y en foros mundiales como Davos.

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