La desaparición de una persona es un suceso que, a veces, para sus allegados puede ser incluso más traumático que la propia muerte. En Cataluña, durante el pasado año 2022 se produjeron 3.620 desapariciones, de las que un 60% fueron hombres, y el restante 40% fueron mujeres. De este total de desapariciones, un 2% de los casos queda sin resolver. Hasta que no pasan 10 años, los familiares quedan en una especie de limbo legal ya que ha de pasar una década para que la persona desaparecida pueda declararse muerta.

Estos datos se han presentado hoy en una jornada sobre desaparecidos organizada por la Asociación Internacional de Policías y el Colegio de Periodistas en Lleida. La responsable de la Oficina de Atención a las Familias de Personas Desaparecidas de los Mossos d’Esquadra, creada en 2014, Laura Villanueva, explica que “nos encontramos en situaciones en las que se retiran pensiones a familiares o en las que los hijos de los desaparecidos, que dependen de él, no están reconocidos como huérfanos y por tanto no pueden acceder a ayudas”.

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Desde la oficina de los Mossos se ofrece asesoramiento para, por ejemplo, pedir ayudas a servicios sociales o que los familiares puedan acceder a través del juzgado en la declaración de ausencia para gestionar el patrimonio de la persona desaparecida.

La responsable de la Oficina de Atención a las Familias de Personas Desaparecidas ha confirmado en este acto celebrado en Lleida que se está trabajando en una mesa interdepartamental y en un plan estratégico estatal para poder crear un estatuto de la persona desaparecida para que sus familiares no queden "en territorio de nadie". Villanueva explica que no tener “los recursos del estatuto de la víctima para regular su situación” deja a los familiares de los desaparecidos en un limbo legal y es uno de los principales problemas con los que se encuentran.

Salud mental

Las desapariciones son voluntarias en la mayoría de los casos, y en un 45% de las desapariciones, las personas implicadas tienen problemas de salud mental. Además, son personas vulnerables y de riesgo. Según Villanueva, en muchos casos, se trata de “personas que están en un centro de salud mental, salen con un permiso y ya no vuelven”.

La responsable de desaparecidos de los Mossos indica que estos casos se tratan como desapariciones voluntarias, pero que en muchos casos “se trata de una persona que puede tener un brote y no son conscientes de su situación”. Villanueva matiza que, “por tanto, sería como una desaparición involuntaria”. Además, los datos arrojan una tasa de reincidencia del 50%, “lo que infla mucho los datos”, señala Villanueva.