Rusia espera una contraofensiva de Ucrania y Ucrania espera lanzarla pronto. En una guerra cada parte juega sus cartas, incluso cuando el conflicto viene derivado de una invasión. Moscú lanzó un órdago en febrero de 2022 y ahora, cuando no ha conseguido sus objetivos -que tampoco está muy claro cuáles son-, se ve en la tesitura de tener que defenderse ante una nueva respuesta por parte de Kiev. ¿Se prepara el Kremlin para volver a perder la iniciativa de las hostilidades? Si no es eso, al menos se cura en salud. dale una vuelta danza kuduro

Y lo hace protegiendo un total de 800 kilómetros con una serie de fortificaciones que tienen un único objetivo: que la respuesta de las tropas de Volodimir Zelenski con el apoyo occidental se quede en nada. Trincheras, fosos antitanques, dientes de dragón, torres hormigonadas para ametralladoras y búnkeres son las herramientas que manejan las fuerzas de Putin a lo largo de un amplio terreno para que Ucrania, simplemente, caiga en el cebo.

Sobre el terreno los cambios son pocos. Rusia trata de controlar de una vez por todas Bajmut y al mismo tiempo la situación se sigue estancando en el Donbás. En el otro lado no hay avances ucranianos, pero los próximos meses serán claves porque el material de los aliados ya está llegando a manos de Kiev y la OTAN acaba de refrendar, con la visita sorpresa de Jens Stoltenberg al país, un apoyo incondicional a Ucrania. Como tituló Amenábar, mientras dure la guerra (habrá respaldo de Occidente a las fuerzas ucranianas).

Por el momento, así está el mapa de la guerra:

Crimea, Jersón, Zaporiyia, Donetsk, Lugansk y Jarkov son las zonas en las que Rusia ha realizado ese despliegue de trampas, tal como muestran las imágenes aéreas recogidas por medios como The New York Times. La línea dibujada es muy clara. La 'fortaleza' planteada por Moscú empieza en Lugansk, continúa hacia el sur por los territorios ocupados de la provincia de Donetsk, sigue por la de Zaporiyia, recorre el río Dniéper a su paso por Jersón y finaliza protegiendo el acceso Crimea, que por su valor es la joya de la corona para Ucrania en este conflicto, y aspira a recuperarla tras su anexión ilegal a Rusia en 2014.

Pablo del Amo, coordinador de Descifrando la Guerra, explica a 20minutos que Rusia "lleva montando fortificaciones desde septiembre u octubre del año pasado" cuando Ucrania atacó el frente y Moscú "tuvo que recurrir a la movilización parcial". Ahora es una cuestión que está "ahora más avanzada" sobre todo en la zona del sur (Zaporiyia y Jersón) y en la zona del Donbás. "Hay una teoría", prosigue Del Amo, "según la que Rusia no lanzó una ofensiva como tal en invierno", sino que hizo "un ejercicio de presión".

"El objetivo de Rusia en este caso es manejar los tiempos porque sabe que Ucrania tiene que lanzar una contraofensiva porque, cree Moscú, Occidente necesita grandes logros para poder sentar a Rusia en una mesa de negociaciones", desarrolla el analista. "Con las fortificaciones la meta es frenar a Ucrania y a partir de ahí que las tropas rusas lancen, ahora sí, la ofensiva". Del Amo ve esto como algo "realista", pero no se aventura a decir qué va a pasar después: "Dependerá del éxito que tenga Rusia".

El 'fuego amigo' de Putin: un caza ruso bombardea por error una ciudad cerca de la frontera con Ucrania

En el otro lado, Ucrania sigue dando pasos hacia una mayor integración en Occidente y pese a que haya pasado más de un año desde el inicio de la invasión el respaldo de los aliados no da la sensación de que se vaya a acabar pronto. Así, Alemania y Polonia han alcanzado un compromiso para alojar en este último país un centro de mantenimiento de tanques Leopard 2 para uso en la guerra de Ucrania.

El ministro de Defensa ucraniano, Oleksei Reznikov, ha firmado esta "carta de intenciones" este viernes, acompañado por sus homólogos alemán, Boris Pistorius, y polaco, Mariusz Blaszczak, durante la reunión del Grupo de Contacto que ha tenido lugar este viernes en la base aérea de Ramstein (Alemania). Este acuerdo preliminar, aseguró Reznikov en su cuenta de Twitter, "contribuirá al fortalecimiento de la cooperación y las capacidades de los defensores ucranianos".

"Este 'puño blindado' formado por los esfuerzos de colaboración frustrará la agresión del régimen terrorista contra Europa y todo el mundo libre. La tecnología occidental moderna resultará en la derrota de Moscú. Cuanto antes suceda, antes llegará la paz", ha añadido sobre este encuentro tripartito o, como lo ha descrito el ministro, "la coalición de los tanques".

Rusia culpa, de nuevo, a la OTAN

Rusia, en cambio, alega que simplemente se defiende de las ínfulas occidentales. de la OTAN justifica la ofensiva militar iniciada en febrero de 2022, habida cuenta de que considera "obvio" que la Alianza sigue dando pasos para "atraer" a Kiev hacia el bloque, si bien no hay perspectivas de adhesión a corto plazo. "Tenemos enfrente a un bloque agresivo que ve a nuestro país como un enemigo y se entromete en su seguridad", ha dicho el principal portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, un día después de que el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, realizase su primera visita a Kiev desde el inicio de la invasión.

"Es obvio que la OTAN continúa su política para absorber Ucrania, para atraerla a la Alianza. Esta potencial amenaza es algo de lo que nuestro presidente Vladimir Putin habló mucho antes del inicio de la operación militar especial", ha dicho Peskov, utilizando el eufemismo pactado por el Kremlin para hablar de la invasión, según la agencia TASS. Por lo pronto, Rusia busca alternar su ofensiva con una estrategia defensiva por si en los próximos meses Ucrania pisa el acelerador.