Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Políticos de despedida de soltero

Los políticos nunca defraudan en fin de semana.
Los políticos nunca defraudan en fin de semana.
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Los políticos nunca defraudan en fin de semana.

Este oficio de escribir columnas tiene algunos secretos, muchos vicios y ciertas costumbres peculiares que son, sin duda, entretenidas. Entre todas estas tareas, hay una que me divierte especialmente: los domingos por la noche y los lunes por la mañana me dedico a observar como un paciente entomólogo qué es lo que han hecho los políticos durante el fin de semana y la verdad es que nunca defraudan.

Me siento como el amigo que no ha podido ir a una despedida de soltero el fin de semana y que el sábado y el domingo va recibiendo con cuentagotas a través del grupo de WhatsApp las diferentes hazañas de sus colegas hasta que el lunes, ya con más calma, escucha las versiones y se hace una idea resignada de lo que se ha perdido. Con los políticos españoles -y más ahora con tantas elecciones a la vista- uno se siente acompañado por un grupo de amigos que van a darlo todo cualquier fin de semana.

Con los políticos españoles uno se siente acompañado por un grupo de amigos que van a darlo todo cualquier fin de semana.

El fin de semana del político conlleva un relajo en el vestir y en el hablar. Los diferentes líderes se mueven en ambientes de euforia, donde simpáticas abuelitas les piden fotografías y les dan abrazos y se les aplaude por cualquier tontería. Para que me entiendan, este sería el panorama: Santiago estuvo por Oviedo. Vestía cazadora color crema con forro escocés, jersey de cazador, vaquero desgastado y zapatos de doble hebilla. Dijo que la agenda 2030 era el infierno y que el PSOE no es ni obrero ni español. Para él, sería como una despedida de soltero sencilla en la calle del Laurel de Logroño con alguna foto con el hombre orquesta y poco más.

Alberto -jersey de pico, pantalón chino, americana- dijo que Sánchez necesita veinte partidos para desgobernar el país y que debería cesar a los ministros responsables de la ley del “solo sí es sí”. No se ha desmelenado mucho. Pedro, en una entrevista para un grupo de comunicación, con americana azul sobre camisa azul desenfadada, pidió perdón con la boca pequeña por la mencionada ley y empezó a prometer viviendas como si fuera algo sencillo de hacer. Bien. Esto ya suena a despedida de solteros en Canarias, por lo menos.

Yolanda -de blanco y oro- salió en lo de Évole y eso le ha dado mucho juego en el fin de semana. Allí, con un rayo de luz sobre su cabeza, como un Caravaggio sobrealimentado y con un tono de voz de directora de guardería privada dijo, entre otras cosas, que ella votaría como presidente de la República a Iñaki Gabilondo. Bien. Esto ya es una despedida en condiciones con pulsera en Punta Cana y anécdotas jugosas. Y, por su parte, la plana mayor de Podemos estuvo en Zaragoza con un viento insufrible y ganas de dar guerra. Irene -gabardina crema y botas- vino a decir aquello de "este muerto está muy vivo", que es la traducción de una película de finales de los ochenta que, en versión original se titulaba Weekend at Bernie's. Nunca fallan.

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