Llega uno de los momentos más temidos por todos los españoles: la campaña de la Renta. En España se pagan muchos impuestos, y desde que Pedro Sánchez gobierna los impuestos se han disparado. Si hacemos el ejercicio de comparar los impuestos del año 2022 con los del año, por ejemplo, 2019, veremos que los españoles hemos pagado 43.000 millones de euros más. Y todo ello sin haber recuperado el PIB previo a la pandemia.

Sánchez ha subido en 54 ocasiones los impuestos, 8 de esas subidas han sido al IRPF. Un auténtico despropósito si lo analizamos, además, en la situación económica delicada en la que se encuentra España. Los españoles estamos soportando la subida de impuestos y la creación de otros tantos mientras, también, nuestra cesta de la compra no para de subir. 

Los españoles estamos haciendo verdaderos esfuerzos fiscales mientras el Gobierno de Sánchez no es capaz de apretarse el cinturón, de reducir ni uno solo de sus 22 ministerios y sus centenares y centenares de asesores. Y los españoles observamos, atónitos, que el Gobierno de Sánchez se permite el lujo de ahuyentar la inversión y de criminalizar a las empresas por puro sectarismo ideológico en un país que, precisamente, lo que más necesita es trabajo para tener la oportunidad de salir adelante.

Afortunadamente, Madrid está siendo un refugio para aquellos que huyen de la asfixia fiscal a la que nos somete el socialismo hermanado con el comunismo. Madrid es la única región sin impuestos propios y que acumula decenas y decenas de bajadas de impuestos. En esta legislatura, por ejemplo, medio punto el IRPF en el tramo autonómico o la ampliación de la bonificación de Sucesiones y Donaciones para tíos y sobrinos. Un modelo que evidencia el fracaso de Sánchez, y por eso se empeña en atacarlo y en crear impuestos exclusivamente para los madrileños.

España necesita cambiar su rumbo, necesita volver a ser un país atractivo, un país serio con un gobierno a la altura. España necesita que el modelo de Madrid llegue a toda la nación con Alberto Núñez Feijóo.