Joana Sanz tomó la decisión de separarse de Dani Alves tras su entrada en prisión por supuestamente haber agredido sexualmente a una mujer en una discoteca de Barcelona.
De este comunicado ha pasado ya casi un mes y tras él, la modelo siguió utilizando sus redes sociales para publicar diferente contenido con el que ha mostrado las diferentes emociones que ha ido experimentado tras su ruptura.
Fue el 2 de abril cuando la canaria subió su último post a Instagram, donde quiso anunciar que debido al "acoso mediático" ha decidido dejar las redes sociales por un tiempo, pues no sabe si volverá a ellas.
"No sé si con esto sea suficiente para que los medios de comunicación dejen de esperarme en aeropuertos, fuera de mi casa u hoteles, a la salida de restaurantes, en medio de mi trabajo o abordar a mis seres queridos", es parte de su relato.
Pero, al ser un personaje público, es inevitable que las cámaras la graben en algún aspecto de su vida. Es por ello que la joven ha sido vista entrando y saliendo de la prisión donde está interno su exmarido.
Con el rostro muy serio y acompañada por su Bruno Brasil, la otra persona que realiza visita al exfutbolista, Joana Sanz ha evitado por completo a los medios de comunicación.
Ni a la entrada ni a la salida del centro penitenciario, donde ha estado aproximadamente una hora, ha querido atender a los micrófonos. Simplemente, se la ha visto caminar firme y decidida a no ofrecer declaraciones, tal y como recoge en su comunicado oficial.
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