¿Por qué las minorías étnicas gobiernan en Gran Bretaña... mientras en España su representación política aún es residual?

Youssaf, Sunak y Khan, de izquierda a derecha, líderes de Escocia, Reino Unido y Londres.
Yousaf, Sunak y Khan, líderes de Escocia, Reino Unido y Londres.
Henar de Pedro
Youssaf, Sunak y Khan, de izquierda a derecha, líderes de Escocia, Reino Unido y Londres.

Las minorías étnicas han llegado a la cima del poder al otro lado del Canal de la Mancha. Reino Unido, Escocia e Irlanda están gobernadas por tres políticos de origen sudasiático, hijos de inmigrantes y, en algunos casos, de religión musulmana. El último en llegar ha sido el primer ministro de Escocia, Humza Yousaf, independentista de madre keniana y de padre paquistaní, y musulmán. Sigue la estela de Rishi Sunak, primer ministro británico, un multimillonario de padres indios que llegaron a Reino Unido procedentes de África, e hindú practicante, o de Sadiq Khan, alcalde de Londres, hijo de paquistaníes y musulmán. 

Y la lista sigue. El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, tiene raíces indias. El líder del partido laborista escocés, Anas Sawar, es hijo de migrantes del sudeste asiático. Y la ministra del Interior británica, Suella Braverman, es hija de migrantes de etnia india que llegaron a Reino Unidos procedentes de África, en concreto desde Kenia y Mauricio.

Mientras en el Reino Unido los hijos de inmigrantes llegan a gobernantes en España su representación política sigue siendo anecdótica. Reino Unido es un país más diverso demográficamente y sus flujos migratorios, anteriores. Sin embargo, algo comienza a moverse en España, desde lo local-regional y por el empuje del activismo asociativo, pero sin que los partidos españoles hayan implementado la estrategia británica de incorporar la diversidad.

El caso británico: "Normalización de la diversidad"

"Hay varias cuestiones que confluyen para que haya una posición vanguardista en Reino Unido que España no tiene", señala Laura Morales, Catedrática de Ciencia Política en Sciences Po (París). "Para empezar que los flujos migratorios en Reino Unido son mucho anteriores. Después de la II Guerra Mundial, no solo de manera natural, sino expresa, Reino Unido invitó a personas de las antiguas colonias, dominios del Caribe o del sudeste asiático, para reconstruir el país. Flujos que ahora ya tienen no solamente descendientes, sino terceras y cuartas generaciones". 

"En general la incorporación política de los inmigrantes se da de forma más fácil o natural cuando son descendientes"

"En general la incorporación política de los inmigrantes se da de forma más fácil o natural cuando son descendientes. Esto es así por múltiples razones, entre ellas la socialización educativa. Estas segundas generaciones se crían en el propio país, con el mismo idioma y de manera importante se socializan en la universidad e integran el sistema político", explica Morales.

Javier Carbonell, investigador doctoral en la Universidad de Edimburgo, también cree que el liderazgo de las minorías étnicas en la política británica es el resultado de una "normalización de la diversidad del país". En Gran Bretaña alrededor del 14% de la población tiene origen migrante o se reconoce como perteneciente a un minoría étnica. 

Pero para que las minorías étnicas hayan llegado hasta Downing Street o a la alcaldía de Londres, los expertos consultados por 20minutos aseguran que ha sido necesario desplegar estrategia política. 

La catedrática Laura Morales explica la influencia del sistema británico electoral. Dice que el hecho de que cada distrito vote un representante hace que la demografía importe. "Por eso partidos como el laborista han tenido enseguida candidatos que se ajustaban al perfil de la zona donde se votaba". A rebufo, según Morales, el líder tory David Cameron "tomó la decisión proactiva de competir con el laborismo en esos términos y empujar a candidatos de minorías étnicas". Cameron optó no por situarles en distritos con mucha población migrante, donde se votaba más laborista, sino en "distritos seguros, para que salieran y luego fueran ascendidos a puestos ministeriales, con capacidad de gobierno". Y de ahí, hasta llegar a ministros o al 10 de Downing Street.

Javier Carbonell, investigador en Edimburgo, también cree que el liderazgo  de líderes de minorías étnicas en Reino Unido es fruto del esfuerzo que hace 15 años realizó el líder conservador David Cameron para modernizar el partido Tory. Precisamente con el objetivo de abrirse más al público, a la sociedad, y de, apostando por la meritocracia, apropiarse del voto migrante tradicionalmente consagrado al laborismo.  

Sin embargo el investigador español subraya que "paradójicamente,  estos líderes conservadores de diversidad étnica están aplicando ideologías populistas". Braverman, la ministra del Interior, de etnia india e  hija de inmigrantes, está detrás de una de las leyes más duras contra la entrada personas de manera irregular en el país. Para Carbonell, "es la prueba de que la representatividad descriptiva es importante, pero no suficiente".

En este mismo sentido se pronuncia Mariña Fernández, investigadora en Oxford. "La representación descriptiva no siempre va acompañada de la sustantiva, de políticas que favorezcan a las minorías. Y no es casualidad que sea una política de una minoría defendiendo una ley que está recibiendo acusaciones de racismo", señala.

"Es positivo que se vea la diversidad de las calles en las instituciones", ahonda Fernández, "y que los migrantes sepan que pueden llegar a presidentes del gobierno, pero hay menos evidencia científica de que las minorías favorezcan a las minorías. No tiene por qué ser así".

Carbonell sí ve importante destacar que los nuevos líderes les une algo más que su color o la ascendencia migrante: su clase social. "Comparten clase social y nivel educativo. O son ricos y vienen de la banca, como Sunak, o han estudiado en el mismo colegio privado, como es el caso de los escoceses Yousaf y Sawar", explica Carbonell.  Aun así, sus liderazgos lo que transmiten, dicen los expertos, es que los partidos del Reino Unido tras el brexit ansían representar a una sociedad abierta y tolerante.

En su discurso en la toma de posesión Yousaf, primer musulmán de una democracia occidental, dijo haber perdido la cuenta de cuántas veces se cuestionó su lealtad a Escocia, sobre todos tras los atentados del 11-S. Ahora él es el jefe del Gobierno escocés. "Espero que mande un mensaje para cualquiera que sienta que no pertenece aquí. No importa tu género, tu origen, tu sexualidad... Escocia es tu hogar, no dejes a nadie decirte que no perteneces", reflexionó.

El caso español: "Todavía es pronto"

España es uno de los principales países receptores de inmigración de Europa, pero mantiene una baja integración política. Los escasos estudios realizados sobre participación política migrante han concluido que los partidos políticos han sido reticentes a la inclusión de población de origen inmigrante en sus listas electorales. 

La politóloga y catedrática de SciencePo Laura Morales recuerda que los principales flujos migratorios se produjeron en España en la década de los 90 y en los 2000, que la población latinoamericana suele tardar una media de 5 o 6 años para conseguir la residencia y la marroquí hasta diez.

Además, las migración tiene principalmente un objetivo económico, de mejorar su vida y la de sus hijos. Pero una de las primera trabas es precisamente la incomprensión del sistema polítco. "Hace falta tiempo de residencia", dice Morales, "para saber en qué consiste la izquierda y la derecha, descubrir a los partidos y entender en qué medida sus propuestas electorales son de su interés". 

"El grueso de la gente que consigue entrar en candidaturas de Ayuntamientos, regiones, parlamentos nacionales son segundas generaciones y en España todavía es pronto". 

A nivel nacional, Javier Carbonell recuerda que "la primera diputada de color fue Rita Bosaho, en 2015, y a día de hoy solo hay tres inmigrantes en un Congreso con 350 diputados. Son Ignacio Garriga (VOX), Luc André Diouf (PSOE) y María Carvalho Dantas (ERC). 

La minoría étnica más mayoritaria, la gitana, tiene más representantes parlamentarios que nunca, cuatro, pero aún poca representatividad para una comunidad que supera los 750.000 habitantes. Los diputados gitanos son Juan José Cortes, padre de Mariluz (PP). Beatriz Micaela Carrillo (PSOE) y Sara Giménez (Cs), ambas activistas por los derechos del colectivo, e Ismael Cortés, de En Comú. 

Recientemente,y a partir de los datos del proyecto ¿Ayuntamientos Plurales? La representación política de los inmigrantes en España, del Observatorio de La Caixa, se demostró que muy pocos inmigrantes –considerando como tales tanto los de primera generación como los hijos de estos– llegan a ser nominados como candidatos para municipales en España, y que todavía en menor número son electos como concejales.

La baja incorporación política de los inmigrantes en España, con apenas un 2% de representatividad, se explica por las dificultades procesales, según los autores de este estudio. Los colectivos extranjeros no tienen los mismos derechos políticos. "La población inmigrante procedente de la UE y algunas nacionalidades extracomunitarias (en su mayoría, latinoamericanas) disfrutan del derecho de voto en municipales, aunque solo los ciudadanos de la UE tienen, además, el derecho a presentarse como candidatos. Otros colectivos, como el marroquí, siguen enfrentándose a fuertes barreras para acceder a cargos electos".

Morales considera que a los partidos políticos españoles les falta estrategia política para normalizar la diversidad. "Lo que hacen es actuar de manera simbólica. En cada elección introducen algún candidato de origen latinoamericano, en ocasiones en puestos de salida, con mucha frecuencia son independientes, gente que no de la militancia pero reclutados para formar parte de las listas ad hoc". 

La politóloga considera que "esto está bien, pero no es suficiente. Es importante, es el mínimo, pero no es una forma duradera de hacer cantera y acaba reduciendo el número de migrantes que están presentes, a cuenta gotas, en las instituciones". A su juicio los partidos deberían tener estrategias más claras desde la base: "que en la militancia y trabajando haya personas de origen inmigrante que se vayan bregando en puestos de liderazgo local, autonómico. Así habría un conjunto de personas capacitadas políticamente y duradero. Porque lo que vemos ahora es que entran, pero no suelen durar más de un mandato".

El próximo 28 de mayo hay comicios municipales y autonómicos En España. En la lista de Más Madrid a la Comunidad de Madrid, y en el número 11, concurre Tesh Sidi, mujer, saharaui de 28 años e ingeniera de big data. Ella procede de los movimientos sociales de base, que recalca que están liderados "por muchísimas personas migrantes, y donde sí es posible encontrar referentes del panafricanismo". En su caso, cuenta que aceptó ser candidata porque "siendo saharaui siempre he hecho política, estamos muy politizados desde pequeños". 

Tras una generación, la de sus padres, más preocupada por la regularización, Sidi dice que la suya tiene más posibilidades de entrar en la política porque su integración es mayor. Ella aspira "a ser el reflejo de muchas personas árabes, hay mucha comunidad marroquí en España, pero pocos están en las instituciones", reivindica. 

Sidi hace hincapié en que su "obsesión" es que la concurrencia electoral de migrantes como ella sea reflejo de una "normalización de la diversidad" y no de las cuotas. "Quiero que sea un proceso normal, que alguien que se cría aquí y se forma, se implica en la política española".

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