Una nueva especie vegetal de la familia de los papiros (Cyperaceae) restringida a la región de La Mancha ha sido nombrada por sus descubridores como Carex quixotiana, en honor de Don Quijote.

El conocimiento de la biodiversidad en lugares supuestamente conocidos no es tan completo como cabría esperar y su estudio detallado sigue deparando sorpresas como esta nueva especie descubierta por botánicos de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla).

La nueva especie, según un estudio que publica PhytoKeys, se ha denominado Carex quixotiana y pertenece a los juncos del género Carex, un grupo de hierbas incluidas en la familia de los papiros.

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La clasificación (taxonomía) de estas plantas es difícil, ya que se trata de un género muy diverso y ampliamente distribuido, cuyas especies son a menudo difíciles de distinguir. De hecho, C. quixotiana ha eludido la mirada de los botánicos expertos durante décadas, debido a su gran parecido con especies afines, señala la publicación. 

"Las especies crípticas son frecuentes en grupos de plantas complejas, como los juncos, y se necesitan estudios integradores que abarquen distintas fuentes de datos para desentrañar relaciones sistemáticas y describir con precisión los patrones de biodiversidad", según Santiago Martín-Bravo de la Universidad Pablo de Olavide. Después de que un estudio genético preliminar señalara algo extraño en los ejemplares de lo que más tarde se conocería como Carex quixotiana, los autores emprendieron exhaustivas campañas de recolección sobre el terreno por toda La Mancha.

Una especie desconocida para la ciencia

A medida que estudiaban poblaciones adicionales de la planta con más detalle, utilizando la morfología, la filogenética y el número cromosómico, los científicos confirmaron que estaban ante una especie desconocida hasta entonces para la ciencia. El área de distribución de la especie recién descubierta, que está restringida a las sierras que rodean La Mancha, hizo pensar a los autores en la obra maestra de Cervantes, indica un comunicado.

Carex quixotiana prefiere hábitats con gran disponibilidad de agua, como pequeños arroyos, prados húmedos y bosques de ribera. Dado que se sabe poco sobre la demografía de la especie, incluido el número de individuos maduros en estado salvaje, es necesario seguir investigando para determinar su estado de conservación. Sin embargo, basándose en lo que han aprendido hasta ahora sobre la especie, los autores suponen que "se trata de un endemismo ibérico con un número relativamente pequeño de poblaciones y área de distribución, que se beneficiaría de la protección legal y de la inclusión en programas de conservación in situ/ex situ."

Para el equipo, este descubrimiento es “una prueba más de lo mucho que queda por aprender sobre la biodiversidad de la Tierra, incluso cuando se trata de organismos supuestamente bien conocidos, como las plantas con flores, y de países cuya flora se supone totalmente documentada. "En el actual escenario de crisis de la biodiversidad, es fundamental -dicen- que no descuidemos disciplinas científicas básicas como la taxonomía, ya que la catalogación de la biodiversidad es un paso fundamental para su preservación y, por tanto, para su gestión sostenible"