La 'okupación' es uno de los problemas que más ha aumentado en los últimos tiempos, una práctica ilegal que se incrementa durante los periodos vacacionales, cuando muchas personas aprovechan para acudir a una segunda residencia y dejan deshabitada la vivienda habitual.

Con el tiempo, los sistemas que eligen estos delincuentes para cometer el delito va cambiando. Tal y como recoge el portal especializado en vivienda Idealista, existe un nuevo modelo de okupa que está teniendo auge ahora en Cataluña.

La principal novedad es que estos okupas no entran en las casas por necesidad, sino que se trata de personas perfectamente solventes, con empleo e ingresos, pero con pocos escrúpulos.

Un estudio elaborado por el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada profundiza en este perfil. "Arrendatarios demandados por la propiedad por permanecer en la vivienda pese a haber concluido su contrato, con ingresos estables y que no acreditan vulnerabilidad", dice el estudio, poniendo de ejemplo los okupas de la Casa Orsola en Barcelona.

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"Tal y como se ha visto recientemente, casos como el de Casa Orsola en la ciudad de Barcelona, donde varios inquilinos no vulnerables han rechazado el fin de sus contratos de arrendamiento y permanecen en las viviendas, demuestran que los altos niveles de okupación ilegal en la capital catalana han dado pie a que personas no necesitadas aprovechen este contexto", dice Jesús Sánchez Lambán, del instituto Coordenadas.

"La única finalidad de estas ocupaciones en alza es beneficiarse de alquileres por debajo del mercado cuando no son para nada vulnerables", dice a Idealista la abogada especializada María José Tarancón.

Esta letrada destaca que estos nuevos okupas "se aprovechan de la sensibilidad social que han logrado generar quienes sí son vulnerables, y además cuentan con el apoyo de los sindicatos de inquilinos, que no distinguen entre vulnerables o no".