Asignatura pendiente llamada Víktor Orban: Sánchez esquiva al controvertido mandatario húngaro en su gira 'prePresidencia' de la UE

Primer ministro de Hungría, Viktor Orbán
Primer ministro de Hungría, Viktor Orbán
EP
Primer ministro de Hungría, Viktor Orbán

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se encuentra este jueves en Bruselas para participar en un nuevo Consejo Europeo. Pero antes de que empiece desayunará con el primer ministro de Bélgica, Alexander De Croo, dentro de la gira europea que inició hace unos meses para preparar la Presidencia española de la UE, de julio a diciembre de este año. Dentro de ella, debería verse con el controvertido primer ministro Víktor Orban por un doble motivo, porque Hungría es también un país de la UE y porque su Presidencia de la UE en el segundo semestre de 2024 cerrará el 'trío de Presidencias' que forma con España y Bélgica. A pesar de ello, Moncloa no tiene decidido de momento cómo gestionar el contacto con un mandatario acostumbrado a ir por libre en la UE, primero alineado con Donald Trump y ahora cercano a Vladimir Putin en una UE que trata de hacer frente común con Ucrania. La Comisión Europea retuvo los fondos de recuperación por no respetar el Estado de Derecho por parte de un Gobierno que persigue a la prensa y colectivos como el lgtbi.

Fuentes diplomáticas reconocen que todavía está por ver si Sánchez busca una reunión con Orban que, en el caso de Hungría, no sería ya solo para escuchar sus expectativas y planteamientos sobre los asuntos más importantes que la UE afrontará en la segunda mitad del año -como la reforma del mercado de la electricidad o de las reglas fiscales-. Al mismo tiempo, subrayan la especial importancia del encuentro de este jueves con el belga De Croo, precisamente por forma parte del 'trío de Presidencias", entre los tres Estados miembros que desempeñan la Presidencia semestral de la UE durante un periodo de 18 meses y entre los que se establece una coordinación especial para que haya una óptima transición en las cuestiones que quedan abiertas entre una y otra. 

Así ocurrirá cuando, después de la República Checa que terminó el pasado diciembre, Suecia entregue el testigo a España el 1 de julio y ocurrirá lo mismo cuando Sánchez dé paso a De Croo. Lo que en estos momentos no está nada claro es si podrá haber algo parecido con Orban, convertido prácticamente en un paria entre los dirigentes de la UE y sin apenas relación con ninguno de ellos, más allá de lo saludos protocolarios del presidente de turno al inicio de las cumbres. En los últimos meses, el húngaro ha torpedeado las negociaciones para fijar un tope al precio del gas, para imponer sanciones a Rusia e, por ejemplo, insiste en que la inmigración es "una amenaza para la civilización", poniendo el punto más drástico a otro de los debates que deberán darse en los próximos meses en la UE, también bajo la Presidencia española. Más recientemente, la Comisión Europea ha llevado a Hungría delante del Tribunal de Justicia de la UE por una ley aprobada en julio que prohíbe hablar sobre orientación sexual en escuelas y medios de comunicación por considerar que discrimina a las personas “por su orientación sexual e identidad de género”.

Para preparar la Presidencia y escuchar a los distintos Estados miembros, Sánchez lleva meses embarcado en una gira intermitente por Europa que le ha llevado a Irlanda y Dinamarca y Finlandia; Austria, Croacia y Eslovenia, y con Portugal en la pasada cumbre Hispano-Portuguesa de Lanzarote. Su intención era haber ido esta semana a Holanda, Luxemburgo y Bélgica -los países que forman el Benelux- pero se lo impidió la moción de censura

Sin embargo, ya que este jueves iba a estar en Bruselas para participar en la Cumbre de la UE, ha aprovechado para reunirse con el belga De Croo. España y Bélgica han mostrado mucha sintonía en los últimos meses en temas de energía y Sánchez es también consciente de que este país es especialmente sensible a los movimientos secundarios de inmigración, es decir, de inmigrantes que entran a la UE por otros países y terminan en su territorio.

Fuentes del Gobierno destacan la importancia del semestre belga, en la primera mitad del año que viene, que recibe el nombre de 'Golden Presidency' -'Presidencia de Oro'- porque se celebra justo antes de que en mayo o junio se celebren las elecciones al Parlamento Europeo, en un momento en el que la Eurocámara tendrá prisa por cerrar todos los asuntos que tenga pendientes antes de disolverse.

Aun cuando también dan importancia al país que cerrará ese periodo de 18 meses, lo que el Gobierno español no sabe todavía es dónde ubicar a Orban en la agenda de contactos previos de Sánchez. Está por ver qué hacen Sánchez y De Croo con el mandatario húngaro y sus posiciones extremas y generalmente diametralmente opuestas a las que imperan a la UE. De momento, no se sabe si Hungría caerá en alguna de las minigiras europeas de Sánchez o si se reunirá con él en algún momento.

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