Przemsyl, el brutal asedio olvidado de la Primera Guerra Mundial que anticipó los horrores del siglo XX... y la guerra de Putin

Visita del Zar Nicolás II a la fortaleza nº X (Orzechowcach) de Przemysl, tras su conquista (26.04.1915)
Visita del Zar Nicolás II a la fortaleza nº X (Orzechowcach) de Przemysl, tras su conquista (26.04.1915)
DOMINIO PÚBLICO / WIKIPEDIA
Visita del Zar Nicolás II a la fortaleza nº X (Orzechowcach) de Przemysl, tras su conquista (26.04.1915)

"Cuando la guerra de Ucrania empezó el 24 de febrero del año pasado, estuve pegado a la televisión y tuve una horrible sensación de déjà vu. Ver a los refugiados saliendo de los abarrotados trenes en la estación de Przemyśl –igual que hicieron en agosto de 1914 cuando el ejército imperial ruso invadió la región– fue como si los informes que había leído sobre aquella guerra cobraran vida ante mis ojos". Quien así habla es el historiador británico Alexander Watson, profesor de Historia en el college Goldsmith de la Universidad de Londres y especialista en conflictos europeos de principios de siglo XX. Watson ha escrito La fortaleza (traducción de Javier Romero Muñoz, Desperta Ferro 2023), un ensayo donde relata una batalla poco conocida en Occidente de la Primera Guerra Mundial: el asedio de la ciudad-fortaleza de Przemyśl (actual Polonia) en 1915 y 1915 contra las tropas rusas.

"El lenguaje de Putin y la ideología de la Gran Rusia, que sustenta la invasión actual de Ucrania están sacados directamente del siglo XIX", explica el especialista a 20minutos, "es la misma que inspiró al zar y su ejército en 1914". "El término 'pequeños rusos' tiene una larga historia imperialista y fue utilizado en el siglo XIX para afirmar el derecho ruso de gobernar a los ucranianos" afirma.

Watson escribió este libro en el año 2019, cuando la guerra no había estallado, pero sí se había producido la anexión de Crimea y la creación de los estados separatistas del Este del país. "No imaginé ni por un momento que la historia de 1914, que estaba contando, volvería de repente a estar viva. Y eso es, exactamente, lo que ha pasado", asegura.

Este historiador británico se interesó por la Historia de Europa Oriental gracias a su esposa, de nacionalidad polaca, a la que conoció en Alemania cuando estudiaba. Su trabajo allí, le abrió a una Gran Guerra distinta a los grandes tópicos habituales de Occidente. 

"Resulta escalofriante que gran parte de la violencia actual en Ucrania muestra grandes similitudes con la de 1914", afirma. "El ejército imperial ruso se propuso eliminar el nacionalismo ucraniano, y en 1914 y 1915 arrestó a intelectuales ucranianos, destruyó instituciones culturales ucranianas, estableció la escolarización en ruso para los niños ucranianos y brutalizó a cualquiera que intentara interferir. Hemos visto exactamente la misma violencia y represión cultural en 2022 en Melitopol, Mariupol y otros territorios ucranianos que Rusia ha ocupado", explica.

"Un cataclismo"

El asedio contra la ciudad-fortaleza de Przemyśl, ciudad multiétnica del Imperio Austrohúngaro y habitada por polacos, ucranianos y judíos, entre otros, y el anillo de fortalezas que la defendía fue una batalla brutal, llevada a cabo en dos fases, entre el 17 de septiembre de 1914 y el 22 de marzo de 1915, y segó la vida de decenas de miles de personas en ambos bandos. Para Watson aquella batalla, de la que pendió "el destino de Europa central durante los primeros meses de la guerra", fue un "cataclismo, una tragedia humana, que marcó el rumbo de los fuertes vientos de la historia del siglo XX".

Ilustración de la época sobre la resistencia de la guarnición de Przemsyl ante los rusos.
Ilustración de la época sobre la resistencia de la guarnición de Przemsyl ante los rusos.
CEDIDA POR DESPERTA FERRO

"El sitio de Przemyśl cambió realmente el curso de la Primera Guerra Mundial. El ejército austrohúngaro fue derrotado por los rusos en el otoño de 1914, perdió un tercio de sus tropas de combate en solo un mes de lucha. El ejército perdió un tercio de sus tropas de combate en solo un mes de lucha ¡350.000 hombres! Puede imaginarse en qué condiciones se encontraban los supervivientes: exhaustos, desesperados, con la disciplina por los suelos”, relata Watson.

Este historiador británico explica que "la fortaleza de Przemyśl se encontraba en un lugar estratégico, en el último terreno elevado antes de la frontera rusa y controlaba las principales líneas ferroviarias que discurrían hacia el oeste y el sur. Cualquier invasor necesitaría tomarla para abrir el camino hacia el corazón de Austria-Hungría".

"Contra todo pronóstico, los soldados de mediana edad que defendieron la ciudad lograron contener a los rusos. Es justo decir que sin el aguante de la guarnición de Przemyśl, el ejército austrohúngaro se habría derrumbado, Europa Central se habría enfrentado a la invasión rusa y hoy podríamos hablar de la Gran Guerra de 1914-1915”, teoriza.

Cuando Watson comenzó a investigar sobre estos asuntos, le sorprendió el desconocimiento existente. "Se ha escrito mucho sobre las grandes batallas del Frente Occidental, en Bélgica y Francia, pero mucho menos sobre el Oriental", afirma. "Si algo ha demostrado la actual guerra de Ucrania es que los historiadores deben tomarse muy en serio la historia de Europa central y oriental. Se trata de una región fascinante, que en la actualidad tiene una importancia mundial sin parangón", afirma taxativo.

Putin forma parte de una serie de gobernantes rusos como Stalin y Nicolás II que, por razones ideológicas y políticas de poder, han intentado, sin éxito, eliminar la identidad nacional ucraniana.

¿La historia de Przemyślestaba condenada a repetirse?No, no creo que la historia esté condenada a repetirse. De hecho, diría que la Historia rara vez se repite. Por el contrario, creo que lo que vemos son continuidades históricas: hebras de la historia que se interrumpen pero que más tarde, por todo tipo de razones, se reactivan. Así es como entiendo lo que está ocurriendo hoy en Ucrania, y su relación con 1914. Putin no está repitiendo la invasión de Galitzia por el zar Nicolás II al comienzo de la Primera Guerra Mundial; lo que presenciamos hoy es en gran medida su propio conflicto, basado en la insatisfacción con el estatus reducido de Rusia desde la década de 1990. Sin embargo, la guerra de Ucrania es tan encarnizada porque, para Putin, este conflicto no tiene que ver solo con el poder ni con la actualidad: tiene que ver con la historia, la ideología, la identidad y un imaginado "mundo ruso" que no puede existir sin los ucranianos. Putin forma parte de una serie de gobernantes rusos que, por razones ideológicas y políticas de poder, han intentado, sin éxito, eliminar la identidad nacional ucraniana. Nicolás II fracasó, como también hizo Stalin veinte años después; ahora le toca a Putin.

Pero el paso de las refugiados ucranianos por Przemyśl puede recordarlo...Lo que me parece impresionante no es que la historia se repita, sino todo lo contrario: la abrupta ruptura con el pasado. La mitad del siglo XX dejó mucho rencor entre polacos y ucranianos. Los ultranacionalistas ucranianos de Stepan Bandera se comportaron con saña durante la Segunda Guerra Mundial, limpiando, matando y violando a polacos en gran parte de lo que hoy es Ucrania occidental, y también cerca de Przemyśl. A finales de la década de 1940, el gobierno comunista polaco deportó por la fuerza a la población ucraniana. Przemyśl fue vaciada del 20% de su ciudadanía que había sido ucraniana. Tras el colapso del bloque soviético en la década de 1990, hubo mucha reticencia a reconocer el pasado común de polacos y ucranianos: uno de los alcaldes de Przemyśl bromeó célebremente diciendo que la cultura ucraniana le resultaba más extraña que la cultura "esquimal". Incluso en 2016, cuando estaba investigando en la ciudad, persistía la desconfianza. Recuerdo que un día se oía constantemente el ruido de un helicóptero en el cielo. Cuando pregunté a un colega de la ciudad qué estaba pasando, me dijo que una organización nacionalista ucraniana estaba llevando a cabo ejercicios al otro lado de la frontera y, como esta gente pensaba que Przemyśl debería estar en Ucrania, la guardia fronteriza polaca había enviado un helicóptero como medida de precaución.

Y... ¿esa desconfianza se olvidó?Por supuesto, como el mundo vio, una vez que comenzó la invasión rusa en febrero de 2022, nada de esa horrible historia importó un ápice. La calidez de la acogida y la abnegación de los polacos por los refugiados ucranianos fue instantánea y sencillamente asombrosa. En ningún lugar fue más cierto que en Przemyśl. Lo que hicieron los ciudadanos fue sencillamente extraordinario: una pequeña ciudad de 60.000 habitantes ayudó a 1,2 millones de refugiados. El alcalde, Wojciech Bakun, demostró liderazgo y compasión. Pertenece a un partido nacionalista de derechas, lo que no hace sino subrayar la repentina irrelevancia del enfrentamiento del siglo XX entre los nacionalismos polaco y ucraniano ante la invasión rusa del siglo XXI. La ayuda a los refugiados ucranianos fue mucho más allá de las autoridades municipales: fue una auténtica movilización cívica popular. Las personas que me ayudaron con la investigación del libro en la ciudad se ofrecieron voluntarias. Lejos de que la historia se repitiera, en la primavera de 2022 se detuvo definitivamente un episodio muy difícil y sangriento de la historia entre polacos y ucranianos.

¿Otro paralelismo claro parece la resistencia europea y multiétnica (polacos, austriacos, checos, ucranianos, judíos…) ante el avance ruso?No obstante, también han cambiado muchas cosas. Gran Bretaña y Francia lucharon en el mismo bando que Rusia en 1914, aunque había muchos liberales en Gran Bretaña que se sentían profundamente incómodos aliándose con la autocracia más horrible de Europa. Los checos, que en 1914 vivían en el Imperio Austrohúngaro, solían ser bastante prorrusos al comienzo de la Primera Guerra Mundial, mientras que hoy se cuentan entre las naciones más decididas a apoyar a Ucrania. Por el contrario, los húngaros eran en general extremadamente antirrusos en 1914. La gente recordaba la invasión rusa de Hungría en 1848. Hoy, eso también parece haber cambiado.

Primer correo aéreo, grandes matanzas étnicas, guerra total contra la población… ¿El sitio de Przemyśl anticipó en muchas cosas lo que vendría durante todo el siglo XX?Eso es ciertamente lo que sostengo. Los brutales combates, las estrategias de hambruna contra civiles y soldados, los bombardeos aéreos, la limpieza étnica... todo ello se hizo patente en Przemyśl y sus alrededores con una inmediatez aterradora en 1914. Przemyśl fue una de las primeras víctimas de la violencia radical que asolaría Europa Central y Oriental durante la primera mitad del siglo XX. La guerra entre Estados modernos industrializados –el tipo de conflicto que asoló Europa en 1914-1918 y 1939-1945 y que volvemos a ver hoy en Ucrania– tiende a ser de desgaste. Es un proceso de trituración de los recursos humanos y materiales del enemigo y difumina los límites entre soldados y civiles. En este sentido, guarda cierta similitud con una forma de guerra mucho más antigua: el asedio. De hecho, una forma útil de entender el conflicto moderno es como un asedio de proporciones inmensas y horribles.

Habla de una guerra brutal, encarnizada...Przemyśl, al sufrir un asedio dentro de una guerra industrial más amplia, se enfrentó a una violencia y unas penurias particularmente tempranas que más tarde, en 1916-1918, se harían omnipresentes en gran parte de Europa Central. La razón por la que las penurias y la violencia se extendieron es que tanto Alemania como Austria-Hungría estaban librando una guerra de desgaste prolongada. Ambas estaban bloqueadas y enzarzadas en una lucha desesperada por los recursos en 1914-1918. La presión tardó en hacerse sentir, pero a mediados del conflicto la población civil alejada de los frentes de batalla sufría hambre, escasez, enfermedades y agotamiento. Los bombardeos aéreos también se convirtieron en una característica de esta guerra de desgaste y, por supuesto, se utilizarían de forma mucho más extensa y destructiva en la Segunda Guerra Mundial.

Y todo al principio del conflicto...Lo que más me sorprende de la experiencia de Przemyśl es la inmediatez con la que experimentó las formas más atroces de violencia. No hubo un período prolongado de "escalada": el ejército imperial ruso perpetró inmediatamente combates brutales, estrategias de hambre y violencia antisemita. Creo que esto es un importante recordatorio para nuestros días. En el último año, se ha hablado mucho y se ha temido una "escalada" en el conflicto de Ucrania. El problema es que ese lenguaje puede ocultar la rapidez con la que puede aparecer la violencia más obscena una vez que comienzan los tiroteos. Eso fue cierto en el Frente oriental en 1914 y también lo es en la actual invasión de Ucrania; por poner un ejemplo, las masacres de civiles en Bucha se perpetraron apenas un mes después de iniciada la guerra.

"El Holocausto fue menos único de lo que se supone"

El antisemitismo y la brutalidad contra los judíos están presentes en aquella historia, ¿las raíces del Holocausto ya estaban sembradas?Creo que es posible ver algunas raíces del Holocausto, aunque el genocidio sigue siendo cualquier cosa menos inevitable en 1914. Me parece muy llamativo que la violencia antisemita y las limpiezas del ejército imperial ruso en 1914-1915 tuvieran lugar exactamente en la región que fue el epicentro del genocidio nazi en 1941-1945, y sin embargo rara vez aparece en las historias del Holocausto, la mayoría de las cuales comienzan en 1933 o 1941. Es importante como historia de fondo, porque demuestra que el Holocausto fue menos único de lo que se suele suponer. En muchos casos, los judíos asesinados por los nazis en la Segunda Guerra Mundial habían sido víctimas veinte años antes de la violencia antisemita y los intentos de limpieza de la Rusia imperial.

La vieja sinagoga de Przemysl, construida en 1594, en una foto de la época.
La vieja sinagoga de Przemysl, construida en 1594, en una foto de la época.
CEDIDA POR DESPERTA FERRO

¿Fueron parte de un mismo proceso?No quiero establecer conexiones demasiado estrechas entre la violencia antisemita rusa de 1914-1915 y la violencia antisemita alemana de 1941-1945 en Europa central y oriental. En primer lugar, es evidente que los nazis no se vieron influidos directamente por la violencia anterior de la Rusia imperial: no hay ninguna relación en términos de liderazgo, planificación o incluso inspiración. En segundo lugar, hay diferencias muy significativas en la violencia. Lo más importante es que los nazis fueron genocidas, mientras que los rusos imperiales veinte años antes maltrataron y deportaron a comunidades judías enteras, como en Przemyśl en mayo de 1915, pero no intentaron exterminar a todos los judíos.

Pero sí había semejanzas...Lo que sí demuestra el antisemitismo ruso de 1914-1915 es que las ideas, ideologías y actitudes que estallarían de forma genocida en 1941-1945 ya circulaban veinte años antes por Europa del Este. Aunque menos rígida que la ideología posterior de los nazis, una forma de antisemitismo racial circulaba en el ejército ruso ya al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Los rusos también compartían con los nazis una percepción imperialista de la Galitzia multiétnica como tierra de experimentación, donde la población podía ser transformada a voluntad según grandes proyectos distópicos. Considerar a los nazis y sus planes genocidas como algo totalmente atípico en la historia de Europa centro-oriental no es, inquietantemente, correcto; esta es una lección de mi relato del calvario de Przemyśl en 1914-1915.

Las grandes luchas en el frente oriental cayeron en el olvido y ha sido muy perjudicial: las historias occidentales restaron importancia a Europa central y oriental y, por tanto, malinterpretaron toda la Primera Guerra Mundial.

Fuera de los círculos especializados es totalmente desconocida de Alemania hacia el Oeste, ¿A qué se debe este olvido histórico?Para ser justos con los historiadores, existen razones históricas y prácticas por las que la importancia de la campaña de Przemyśl se olvidó durante tanto tiempo. La primera es, sencillamente, que el Imperio Austrohúngaro no sobrevivió a la Primera Guerra Mundial. Los estados-nación que vinieron después –Polonia, Checoslovaquia y otros– no tenían ningún interés en conmemorar las batallas del antiguo imperio. Que tantos de sus compatriotas habían luchado y muerto por el régimen imperial era, de hecho, una verdad enormemente incómoda. En su lugar, la historia que estos Estados contaban de la Primera Guerra Mundial era la de una gran lucha por la independencia.

¿Quizá los horrores de la Segunda Guerra Mundial tuvieron también que verEs la segunda razón de la amnesia. En Europa central y oriental, la memoria de la Primera Gran Guerra quedó solapada por los horrores aún mayores de la Segunda Guerra Mundial. Además, el genocidio y la limpieza étnica masiva en la región rompieron la memoria incluso a nivel local y familiar. Przemyśl, por ejemplo, perdió a su numerosa población judía y ucraniana a causa del asesinato y la deportación en la década de 1940, y entre sus ciudadanos hay hoy descendientes de familias polacas expulsadas después de 1945 de tierras situadas más al este.

Y el comunismo posterior...Tampoco ayudó. Las dictaduras comunistas que dominaron Europa del Este durante la segunda mitad del siglo XX no vieran ningún valor ideológico en el estudio de la Primera Guerra Mundial y que los archivos no se abrieran a los investigadores occidentales hasta después de 1989. En conjunto, el resultado ha sido que las grandes luchas en el frente oriental, incluido el sitio de Przemyśl, han caído en el olvido hasta ahora. Esto ha sido muy perjudicial, sobre todo porque ha hecho que las historias occidentales tiendan a restar importancia vital a Europa central y oriental y, por tanto, a malinterpretar toda la Primera Guerra Mundial.

El historiador Alexander Watson

Alexander Watson 

  • Profesor de Historia en el Goldsmiths de la Universidad de Londres. Es especialista en los conflictos europeos de la primera mitad del siglo XX en la Europa central y oriental y ha profundizado en aspectos sociales, culturales y militares de la guerra total. Es autor de varios ensayos de Historia sobre la Primera Guerra Mundial. La Fortaleza ha ganado varios premios de Historia Militar y fue declarado como libro del año para BBC History Magazine.
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