Entrevista

Geoffrey Roberts, historiador: "Putin es mucho más pragmático en política que Stalin, que era un fanático"

Stalin, sonriente en el centro, con Molotov y la comitiva de Ribbentrop, tras firmar el pacto de no agresión con la Alemania nazi en agosto de 1939.
Stalin, sonriente en el centro, con Molotov y la comitiva de Ribbentrop, tras firmar el pacto de no agresión con la Alemania nazi en agosto de 1939.
CEDIDA POR HRM EDICIONES
Stalin, sonriente en el centro, con Molotov y la comitiva de Ribbentrop, tras firmar el pacto de no agresión con la Alemania nazi en agosto de 1939.

¿Son comparables Vladimir Putin y Stalin? Aunque no pocos analistas y comentaristas han tratado de comparar estas dos figuras en el último año de guerra en Ucrania, parece que no mucho. El historiador británico Geoffrey Roberts asegura que el actual presidente ruso no está "ni tan implicado en el liderazgo militar, ni sea tan intelectual" como el caudillo soviético, entre otras cuestiones además de lo ideológico y político.

Roberts además señala que el actual presidente de la Federación Rusa no ha querido compararse con el líder soviético: "Que yo sepa, Putin no ha hablado mucho de Stalin desde el comienzo de la guerra de Ucrania. Sin embargo, en vísperas de la invasión rusa sí criticó a Stalin por no haber sabido anticiparse a la invasión alemana del verano de 1941, cuyo resultado fueron las enormes pérdidas soviéticas".

Este especialista en diplomacia e historia militar de la URSS durante la Segunda Guerra Mundial, atiende a 20minutos para hablar su primera obra traducida al español, Las guerras de Stalin (traducción de Esaú Rodríguez, HRM Ediciones), donde repasa la actuación del líder soviético durante las guerras que le tocó lidiar.

"Gracias a España y su conflicto, Stalin reaprendió una lección que la guerra civil rusa le había enseñado: la importancia suprema de mantener la disciplina militar y la utilidad de la supresión implacable de cualquier desafío a su autoridad", asegura Roberts que ha añadido a la edición española de su obra un capítulo sobre el papel de Stalin en la Guerra Civil española y la especial relación que tuvo con el conflicto.

El historiador descarta que Stalin quisiera "sovietizar" España ni que "traicionara" a la República, y encaja su interés en un interés "internacionalista y antifascista" en su participación. También explica el papel que el concepto de la 'quinta columna' de la Guerra Civil española incidió en las purgas del Gran Terror que inició el líder comunista.

El análisis de este especialista, que ha desarrollado su labor académica en Irlanda, trata de hacer un perfil de Stalin a través de su liderazgo en distintas guerras, desde España a Corea. Su visión, que defiende que fue el gran líder militar del siglo XX, pero también un gran político que intentó evitar la Guerra Fría, además de un líder un autoritario que desató sangrientas purgas, le ha granjeado algunas polémicas académicas por su visión algo más positiva sobre Stalin de lo general en Occidente y críticas por su excesiva dependencia de la información de archivos rusos.

 El interés de Stalin por la guerra civil española, ¿fue puramente geoestratégico?Las narrativas predominantes sobre Stalin y la guerra civil española son en su mayoría negativas. Algunos sostienen que su objetivo era captar España para el comunismo, mientras que otros afirman que traicionó la revolución española para favorecer los intereses del estado soviético y las relaciones de Moscú con otras grandes potencias. Lo que intento demostrar en una aportación especialmente escrita a la edición española de mi libro, es que había un auténtico núcleo de internacionalismo y antifascismo en juego en la intervención de Stalin en España. Fue Stalin quien inició los suministros militares soviéticos a España y quien dirigió ese programa de ayuda. Dedicó más tiempo a España que a cualquier otro asunto internacional. El embajador español en Moscú, Marcelino Pascua, tenía mucho más acceso a Stalin que cualquier otro diplomático extranjero. Ciertamente, la geopolítica de la guerra civil española ocupaba un lugar central en las preocupaciones de Stalin -apoyaba a la España republicana como parte de su lucha de poder con la Alemania nazi y la Italia fascista-, pero su interés también se dirigía a su ideología socialista internacionalista.

¿Fue comparable ese papel soviético a la ayuda de la Alemania nazi y la Italia fascista al bando franquista?La Unión Soviética proporcionó una gran cantidad de ayuda material a la España republicana y también envió un par de miles de asesores militares, muchos de los cuales murieron en combate. Pero la ayuda de Hitler y Mussolini a Franco fue mucho mayor, incluyendo el suministro de un gran número de tropas. Por eso los soviéticos siguieron participando en el Comité Internacional de No Intervención establecido por Gran Bretaña y Francia, cuyo objetivo era restringir los suministros alemanes e italianos. Estos esfuerzos soviéticos acabaron dando sus frutos: en 1938 se llegó a un acuerdo sobre la retirada de todas las fuerzas extranjeras de España, pero para entonces ya era demasiado tarde: la guerra civil se había decantado decisivamente a favor de Franco.

También explica que la paranoia y el miedo a los quintacolumnistas en España contagió a la URSS e influyó en las purgas del Gran Terror, ¿fue exactamente así?El concepto de grupos de simpatizantes secretos de un enemigo espiando y saboteando detrás de la línea del frente no fue una invención española. Es un fenómeno típico de las guerras civiles, incluida la guerra civil rusa, pero los sucesos de España dieron a esta actividad un nombre llamativo, que pronto se extendió en el discurso político soviético. También proporcionó a Stalin y a los soviéticos un caso práctico de lo que podría ocurrirle a la URSS en caso de guerra. El estallido de la guerra civil española tuvo un gran impacto en el desarrollo del Gran Terror de Stalin. No fue casualidad que el apogeo de este terror coincidiera con los primeros años de la guerra civil. Y, como también señalo, la caza de Stalin del enemigo interior en casa se extendió al bando republicano dentro de España. Esto fue muy perjudicial para la causa republicana.

¿Cómo influyó la guerra civil en el pensamiento militar y político de Stalin?Lo que me llamó la atención cuando analicé el papel de Stalin en relación con España fue hasta qué punto fue un ensayo general de su papel como Comandante Supremo soviético durante la Gran Guerra Patriótica. La importancia de Stalin en todas las dimensiones del esfuerzo bélico soviético, su inmensa atención a los detalles y su interés bien documentado por los asuntos militares, todo ello estaba prefigurado por sus actividades durante la guerra civil española. Gracias a España, Stalin reaprendió una lección que la guerra civil rusa le había enseñado: la importancia suprema de mantener la disciplina militar y la utilidad de la supresión implacable de cualquier desafío a su autoridad.

Su valoración del liderazgo de Stalin es que, tras la mala prensa en Occidente y en la propia URSS tras su muerte en 1953, se ocultó a la historia un gran líder militar y un político impresionante. ¿Es difícil, ya en el siglo XXI, trazar un perfil multidimensional de este personaje?Eso es precisamente lo que intento hacer. Es posible hacerlo por dos razones. En primer lugar, el paso del tiempo proporciona más perspectiva a través de la cual juzgar a Stalin como líder militar. En segundo lugar, ahora tenemos acceso a los registros documentales que nos permiten revelar al verdadero Stalin y disipar la desinformación y la mitología que le rodean a él y a su época. Las Guerras de Stalin se basa en miles de documentos publicados en los archivos rusos y en un amplio acceso directo a los mismos, incluidas sus series de archivos personales. Paradójicamente, un retrato de Stalin completo y basado en pruebas sólo fue posible gracias al colapso de la Unión Soviética, que condujo a la apertura de los archivos rusos. También abrió el debate sobre Stalin en la propia Rusia, una situación mucho más saludable que en la época soviética, cuando existía una línea de partido prescrita sobre lo que se podía y no se podía decir de él. Me complace informar de que gran parte de mi trabajo se ha traducido al ruso y forma parte de ese debate.

Fueron Stalin y los soviéticos quienes salvaron al mundo de la barbarie y el genocidio nazis. En efecto, una victoria para un estado autoritario comunista, también mantuvo viva la opción democrática

¿Su gran valor en la Segunda Guerra Mundial fue levantarse del primer revés contra Alemania y reorganizar un país y un ejército enorme para derrotar al nazismo?Sí, eso es lo que más me impresionó de Stalin: cómo afrontó la derrota durante los dos primeros años de la guerra. También, cómo aprendió de sus errores y reconstruyó el liderazgo político-militar soviético y, de hecho, todo su sistema, en una maquinaria de guerra sumamente eficaz. La derrota de las legiones nazis de Hitler por el Ejército Rojo fue la mayor hazaña de armas de la historia, y Stalin fue indispensable para esa victoria histórica. Fueron Stalin y los soviéticos quienes salvaron al mundo de la barbarie y el genocidio nazis. En efecto, una victoria para un estado autoritario comunista, también mantuvo viva la opción democrática -salvó al mundo para la democracia, como he dicho- de forma un tanto contradictoria.

¿Cuál fue su gran éxito durante esa guerra? Permanecer en Moscú en octubre de 1941, cuando los alemanes habían alcanzado las afueras de la ciudad. La presencia de Stalin en la capital soviética calmó los nervios, reforzó la moral y ganó tiempo para entrenar y desplegar los ejércitos de reserva que lanzarían una exitosa contraofensiva frente a Moscú a principios de diciembre de 1941. Un segundo gran éxito fue que Stalin siguiera el consejo de sus generales y arrastrara a los alemanes a una batalla de desgaste en Stalingrado como peldaño previo a una gran operación de cerco que desbarató el avance de Hitler en 1942 hacia el sur, en dirección a los campos petrolíferos de Bakú.

¿Y su mayor error?Dejarse convencer por sus generales de que las defensas soviéticas aguantarían cuando atacaran los alemanes y esto daría tiempo a preparar y lanzar contraofensivas del Ejército Rojo. En realidad, esas defensas se desmoronaron rápidamente bajo el peso del ataque alemán y las contraofensivas del Ejército Rojo fueron un desastre. Fue este error de cálculo fundamental de Stalin y sus generales lo que explica en gran medida las grandes pérdidas soviéticas durante los primeros meses de la guerra.

El historiador Geoffrey Roberts
El historiador Geoffrey Roberts
HRM

¿Intentó realmente Stalin evitar la Guerra Fría?Sí, realmente lo hizo. Stalin quería mantener la gran alianza bélica con Gran Bretaña y Estados Unidos, sobre todo como medio de contención a largo plazo de Alemania, un país que temía que volviera a alzarse para amenazar la paz mundial. Stalin también tenía ambiciones ideológicas: la expansión del comunismo por todo el mundo. Pero lo veía como un proceso de cambio histórico a largo plazo y pensaba que podía equilibrar la coexistencia pacífica con Occidente y sus aspiraciones socialistas. El problema era que Occidente tenía sus propias ambiciones ideológicas -la expansión de lo que hoy llamamos democracia capitalista neoliberal- y éstas chocaban con los objetivos de Stalin. Ambas partes llegaron a verse mutuamente como una amenaza existencial para sus sistemas. De ahí la guerra fría y sus percepciones de amenaza mutuamente entrelazadas, su carrera armamentística en espiral y sus guerras indirectas que mataron a millones de personas en Corea, Vietnam y muchos otros países. 

Entonces, ¿quién fue el culpable de la Guerra Fría?Ambos bandos eran culpables de la Guerra Fría, pero Stalin estaba mucho menos entusiasmado por participar en esa lucha, al menos al principio. La guerra le había mostrado los beneficios de la cooperación con Occidente y esperaba que la colaboración pudiera continuar. No existe un equivalente en Stalin del discurso de Churchill sobre el "telón de acero" de 1946 o del llamamiento de Truman a la defensa global del "mundo libre" en 1947, a menos que se cuente su réplica de que Churchill era un belicista. Aun así, mantuvo buenas relaciones personales con Churchill.

Existe un cierto paralelismo con Putin y la guerra de Ucrania y Stalin y Corea y se habla mucho de una resolución del conflicto al estilo coreano, es decir, un alto el fuego pero sin tratado de paz.

Hoy, 70 años después, seguimos esperando el final formal de la guerra congelada en la península de Corea... ¿por qué fue esa guerra el último gran fracaso de Stalin, como lo describe usted?Stalin permitió que Kim Il-Sung de Corea del Norte lo convenciera de invadir Corea del Sur. Kim le aseguró que sería una guerra fácil y que sería bienvenida por un levantamiento popular en el sur. Kim podría haber tenido razón, de no ser por la intervención en la guerra liderada por Estados Unidos, que sorprendió a Stalin y le obligó a ampliar la guerra implicando a la China comunista. Por desgracia, Stalin subestimó la determinación occidental y permitió que la guerra se prolongara durante demasiado tiempo. Existe un cierto paralelismo con Putin y la guerra de Ucrania y se habla mucho de una resolución del conflicto al estilo coreano, es decir, un alto el fuego pero sin tratado de paz.

Ya que lo dice, ¿cómo compararía a Stalin y Putin como caudillos militares?Es demasiado pronto para decirlo. Depende del resultado de la guerra. Si Putin consigue algún tipo de victoria significativa, habrá quien quiera situarlo en el panteón de los grandes caudillos rusos, aunque no al mismo nivel que Stalin. No creo que Putin esté ni de lejos tan activamente implicado en la dirección de las operaciones militares como lo estuvo Stalin. Putin ha establecido una estructura de movilización bélica similar a la creada por Stalin, pero se inclina mucho más por delegar y transferir el poder. Hay un aspecto sorprendente en el que Putin y Stalin se parecen bastante. Al igual que Stalin, Putin se ve a sí mismo como un líder patriótico de un estado multinacional y es cauteloso a la hora de avivar en exceso las llamas del nacionalismo étnico ruso, aunque éste está desempeñando sin duda un papel tan crítico en el conflicto actual como lo hizo durante la Gran Guerra Patriótica. Es cierto que Putin lee mucho y se interesa por las ideas, pero no estoy seguro de que sea un intelectual como Stalin, alguien que creía en el poder de los libros para cambiar radicalmente la vida de las personas. Putin es mucho más práctico y pragmático en política que Stalin, que era un fanático ideológico.

¿Putin ha tratado de compararse con Stalin?Que yo sepa, Putin no ha hablado mucho de Stalin desde el comienzo de la guerra de Ucrania. Sin embargo, en vísperas de la invasión rusa sí criticó a Stalin por no haber sabido anticiparse a la invasión alemana del verano de 1941, cuyo resultado fueron las enormes pérdidas soviéticas. Putin utilizó esta referencia histórica para racionalizar la invasión como una guerra preventiva para evitar que Ucrania se hiciera -con la ayuda de la OTAN- tan fuerte que se arriesgara a atacar a Rusia para recuperar sus territorios perdidos en Crimea y el Donbás. Esa fue la lección equivocada. El error de Stalin en 1941 no fue ser cogido por sorpresa, fue sobreestimar sus propias fuerzas y subestimar las del enemigo. Stalin aprendió de este error, pero eso no le impidió repetirlo durante la guerra de Corea. Stalin fue sin duda un gran caudillo, pero distaba mucho de ser perfecto.

El historiador inglés Geoffrey Roberts

Geoffrey Roberts

  • Nacido en 1952, es un reconocido especialista en historia de la URSS durante la Segunda Guerra Mundial. Es profesor emérito de Historia en la University College de Cork y miembro de la Real Academia Irlandesa de la Historia. Su último libro es La biblioteca de Stalin: un dictador y sus libros (aún no aparecido en español), hace un retrato de Stalin como intelectual, lector y coleccionista de libros y, asegura, que "puede arrojar algo de luz sobre la comparación entre Putin y Stalin".
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