La caída del Silicon Valley Bank invoca al fantasma de Lehman Brothers: ¿seguirán cayendo las fichas de dominó?

Sede del banco Lehman Brothers, en Times Square (Nueva York), en 2008, año de su quiebra.
Sede de Lehman Brothers, en Nueva York, en 2008, año de su quiebra.
WIKIPEDIA/David Shankbone
Sede del banco Lehman Brothers, en Times Square (Nueva York), en 2008, año de su quiebra.
Con dos bancos ya intervenidos, el Gobierno de Estados Unidos no ha dudado en salir al paso para evitar un efecto dominó en los mercados. 
Atlas

La quiebra del Silicon Valley Bank nos ha llevado inevitablemente a la metáfora de las fichas de dominó. Esa es la preocupación de eso que llamamos mercados, de los bancos centrales y de los ministros de Economía de medio mundo: cómo evitar el efecto contagio.

"El riesgo de quiebra y pérdidas de depósitos aquí es que el siguiente banco menos capitalizado corra y quiebre y las fichas de dominó sigan cayendo", comentó el viernes pasado el administrador de fondos de cobertura Bill Ackman. Ese es el miedo. Y de la mano de ese vértigo volvemos a hablar de Lehman Brothers.

Aunque antes del banco de los hermanos Lehman hubo otro. En la crisis financiera mundial de 2007-2008, el primer banco en colapsar fue Bear Stearns. Este banco de inversión global y broker de valores fue la primera ficha del dominó; la primera en caer. La cuestión no es baladí porque se trata de saber (intuir) si en la presente crisis el Silicon Valley Bank es el Bear Stearns o el Lehman Brothers de 2008. En el primer caso hay más tiempo para frenar las fichas de dominó.

Primero cayó Bear Stearns

Bear Stearns se dedicó a la titulización y emitió una importante cantidad de valores respaldados por activos, muchas veces hipotecas (y baratas). A medida que las pérdidas de los inversores comenzaron a crecer en este tipo de mercados en 2006 y 2007, la empresa continúo aumentando su exposición a ellos, especialmente en los activos respaldados por hipotecas, que fueron clave en el desarrollo de la crisis de las hipotecas subprime.

En marzo de 2008 consiguió un préstamo de emergencia del Banco de la Reserva Federal de Nueva York para intentar evitar su colapso. Pero ya era tarde. JP Morgan Chase compró Bear Stearns a un precio de sólo 2 dólares por acción. La quiebra de este banco fue el preludio del colapso que vivió el sector de la banca de inversión en septiembre de 2008 y la posterior crisis financiera global.

Cómo quebró Lehmann Brothers

El buque insignia del colapso general fue Lehman Brothers. Fundado en 1850, declaró su quiebra el 15 de septiembre de 2008. Antes de eso, era el cuarto banco de inversión más grande de Estados Unidos (detrás de Goldman Sachs, Morgan Stanley y Merrill Lynch) y tenía 680 mil millones de dólares estadounidenses en activos.

Lehman Brothers se involucró mucho en el mercado de las hipotecas subprime y al hacerlo asumió enormes riesgos. Cuando en EE UU estalla la burbuja inmobiliaria, el banco tenía muchos boletos para derrumbarse. Y es lo que pasó. Colapsó tras la marcha de la mayoría de sus clientes, pérdidas drásticas en el mercado de valores y la devaluación de sus activos por las principales agencias de calificación de riesgos.

'Too big to fail'

Fue la mayor quiebra en la historia de EE UU. El 16 de septiembre, Barclays anunció un acuerdo para adquirir las divisiones de banca de inversión y compraventa de Lehman Brothers, además de su sede social en Nueva York. Después, Nomura Holdings anunció su intención de adquirir las franquicias de Lehman Brothers en la región de Asia-Pacífico, incluyendo las divisiones en Japón, Hong Kong y Australia, y las divisiones de banca de inversión y negocios patrimoniales en Europa y Oriente Medio. Este acuerdo se hizo efectivo el 13 de octubre de 2008.

El colapso de Lehman Brothers impulsó la doctrina del 'too big to fail'... lo que luego fueron los rescates bancarios

El colapso de Lehman Brothers impulsó la doctrina del too big to fail (demasiado grande para quebrar). En economía, la expresión se refiere a la situación de un banco o de cualquier otra institución financiera cuya quiebra tendría consecuencias sistémicas desastrosas sobre la economía. Por ello se considera que es mejor que lo rescaten los poderes públicos, como vimos en España con el rescate bancario que nunca se quiso llamar rescate bancario, cuando en realidad sí lo fue.

Qué medidas tomó EE UU

En respuesta a la crisis y para evitar el contagio, en octubre de 2008, el gobierno estadounidense aprobó la Ley de Estabilización Económica de Emergencia. Incluía 700.000 millones de dólares para el Programa de Alivio de Activos en Problemas. Se utilizaron 205.000 millones de dólares en el Programa de Compra de Capital para prestar fondos a los bancos a cambio de acciones preferentes que pagan dividendos.

El presidente estadounidense, junto al secretario del Tesoro, Tim Geithner, y al presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.
Obama junto al entonces presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke (derecha).
REUTERS

La Reserva Federal bajó los tipos de interés y amplió significativamente la oferta monetaria para ayudar a hacer frente a la crisis. En febrero de 2009, Barack Obama firmó la Ley de Recuperación y Reinversión, un paquete de estímulo de 787.000 millones de dólares. Más de 75.000 millones se destinaron a programas de ayuda a los propietarios de viviendas en dificultades.

Qué diferencia al SVB del Lehman

Son casos muy diferentes. En realidad, lo del SVB solo guarda una similitud con lo sucedido en 2008 con Lehman Brothers. En ambos casos, la falta de supervisión de los organismos competentes permitió demasiada holgura en sus operaciones. El resto es mala praxis en la búsqueda del mayor beneficio.

Las diferencias comienzan con el contexto. La quiebra de Lehman nace de una situación estructural y de una burbuja hipotecaria, lo que nada tiene que ver con lo de Silicon Valley Bank. 

Además, la clientela del SVB estaba formada en gran medida por empresas tecnológicas emergentes que aprovechaban los bajos tipos de interés para financiarse. Al subir los tipos (había que combatir la inflación) no han podido hacer frente a los pagos. Pero el perfil de esos clientes era específico del SVB no de la mayoría de bancos.

"Esto no es 2008"

La gran pregunta de este momento es si la quiebra del Silicon Valley Bank, y la posterior del Signature Bank, es el principio de algo mucho más grande; más destructivo. Lo dicho, la metáfora de las fichas de dominó.

La Casa Blanca asegura que no, que "esto no es 2008". Lo ha repetido varias veces la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en declaraciones a los periodistas a bordo del avión presidencial Air Force One.

Qué medidas ha adoptado Biden

El domingo por la noche, los Departamento del Tesoro, la Reserva Federal (Fed) y la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) -como nuestro Fondo de Garantía de Depósitos- anunciaron un plan para proteger los depósitos de Silicon Valley Bank de California y del Signature Bank de Nueva York.

La FDIC garantizará todos los depósitos de los clientes del banco y más allá incluso del límite legal de 250.000 dólares. El dinero que se usará para garantizar los depósitos de esas instituciones provendrá de un fondo de garantías al que contribuyen los bancos de EE UU. La portavoz de la Casa Blanca ha puesto énfasis en que ese dinero no saldrá del bolsillo de los contribuyentes.

El 90% de los depósitos del Signature Bank no están asegurados y el 20% de su capital está en criptodivisas

Esta decisión busca evitar el efecto contagio. Y es especialmente importante para la segunda ficha del dominó: el Signature Bank. El 90% de sus depósitos no están asegurados por la FDIC. Es un banco parecido al SVB, es decir, ha invertido mucho en startups tecnológicas y en criptomonedas. De hecho, el 20% de su capital está en criptodivisas.

"Los depósitos están a salvo"

En su comparecencia del lunes, el presidente Joe Biden, aseguró que "los estadounidense tiene que confiar en el sistema bancario y financiero. Pueden respirar tranquilo porque las empresas van a poder pagar las facturas y a sus empleados".

Los estadounidenses pueden estar tranquilos, el sistema financiero de Estados Unidos es seguro"

Biden dijo que "los estadounidenses pueden estar tranquilos, el sistema financiero de Estados Unidos es seguro", que "los depósitos están a salvo" y que "garantizarán" que "harán lo necesario para que esto no afecte a otros países". Recordó que cuando era vicepresidente de la Administración Obama se crearon mecanismos para "reducir el riesgo" de que otra crisis económica se volviera a producir.

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