Entrevista

Amor Romeira: "Con 15 años intenté suicidarme"

Amor Romeira.
Amor Romeira.
CEDIDA
Amor Romeira.

Amor Romeira supo desde pequeña que había nacido en un cuerpo que no correspondía con su identidad. Se sentía mujer, pero el espejo le devolvía el reflejo de alguien que no conocía y que despreciaba. Tras hacerse popular por su participación en Gran Hermano, consiguió el dinero necesario para hacerse una reasignación de sexo. 

¿Qué significa para usted el Día de la mujer?Es un día muy importante porque todavía queda mucho para ponernos en el lugar en el que debemos estar. Hemos avanzado mucho, pero el colectivo de las mujeres trans todavía estamos luchando para que se reconozcan nuestros derechos fundamentales. Yo, que provengo de una familia matriarcal, me siento en la obligación de alzar la voz y luchar por las que no la tienen.

¿Cuándo fue consciente de que usted era una mujer?Siempre lo supe, pero me costaba verbalizarlo y entenderlo. No tenía las herramientas suficientes para poder trasladar mi sentimiento a los demás. A los nueve años, tras descubrir la historia de Bibiana Fernández, pude empatizar y saber que a mí me estaba pasando lo mismo, que todo eso que sentía y sufría no era tan extraño y que tenía nombre y apellidos. Bibiana fue mi salvación.

¿Sufrió rechazo al confesarlo?Mi caso es diferente al de muchas de las mujeres trans que han relatado auténticos calvarios. Mi entorno familiar siempre me apoyó: mi madre luchó para que pudiera vivir como una niña y, aunque a mi padre le costó un poco más de tiempo comprender que no era una decisión arbitraria, nunca me mostró rechazo. Creo que nacer en Canarias, donde tal vez hay una mente más abierta en este tipo de situaciones, me ayudó bastante. Tuve una infancia y adolescencia muy tranquila, a pesar de que con 15 años tuve un intento de suicidio porque estaba cansada de tener un cuerpo que no me pertenecía. Todo cambió cuando salí de Gran Hermano con dieciocho años.

¿A qué se refiere?Hasta ese momento yo no había sentido el desprecio de la gente. Al salir del reality me insultaban desde los coches y hubo gente que me trató muy mal. Descubrí un mundo muy hostil en el que sentía que no encajaba.

"Al salir de 'Gran Hermano' hubo gente que me trató muy mal; descubrí un mundo hostil en el que no encajaba"

¿Cómo superó ese trance?Me costó mucho asumirlo, tal vez porque en mi entorno me trataban como una mujer normativa, aunque yo fuera transexual. Tanto es así que durante un tiempo yo también era tránsfoba y cometí muchos errores al calificar a otras mujeres en mi misma situación. Me faltaba información y me equivoqué en muchos planteamientos. De hecho, solía rechazar que me encasillaran como mujer transexual.

Han pasado quince años desde entonces. ¿Cree que la sociedad ha avanzado? ¿Está preparada para las mujeres trans?Sí, por supuesto, pero creo que ahora la sociedad tiene más información y se nos trata de otra manera. Mi transexualidad, por ejemplo, se trató de forma inadmisible en televisión, que alguien como yo estuviera en un reality era algo exótico, fuera de lo común y sufrí muchos. Recuerdo que incluso la propia Mercedes Milá se atrevió a decir que yo no era una mujer. Sus palabras me hirieron, pero ahora entiendo que fue por falta de conocimiento.

¿Sigue siendo víctima de prejuicios?No, me relaciono de forma natural con los demás y creo que no se me discrimina por mi transexualidad. Me siento un rara avis, pero es que realmente no he tenido situaciones complicadas ni he tenido que pararle los pies a un hombre cuando he tenido relaciones sexuales. Creo que se banaliza el término 'transfobia'.

¿Por qué?Si un hombre rechaza sexualmente a una mujer transexual no es transfobia, es una cuestión de gustos. La transfobia es que te traten en masculino, que no se refieran a ti como mujer o que te impidan ejercer tus derechos fundamentales. Por desgracia, sé de lo que hablo. Hace unos años tuve que poner una demanda contra Sofía Suescun porque se refería continuamente a mí en términos masculinos. Aún estoy esperando a que se celebre el juicio.

¿No le ha pedido perdón?No solo no se disculpó conmigo, sino que además me interpuso una contrademanda. Ese procedimiento sí terminó en juicio y le archivaron la causa, teniendo que hacer frente a las costas. Hay que tener mucho cuidado con lo que se dice en los medios y en las redes.

"Hace unos años tuve que poner una demanda contra Sofía Suescun porque se refería a mí en términos masculinos"

¿Recibe mucho odio en las redes?Mucho, y a veces me da miedo. Recibo mensajes horribles que me dicen, una y otra vez, que no soy mujer, que moriré siendo un hombre. Es verdad que he aprendido a que mi estado de ánimo no dependa de estos seres sin entidad, pero si tienes un día complicado este tipo de escritos acaban hundiéndote. Lo que suelo hacer para no entrar en barrena es leer por encima y si veo que son este tipo de ataques, automáticamente borro y bloqueo.

Ahora es colaboradora de Fiesta, donde ayuda a dar visibilidad a su colectivo…Creo que estar en televisión es dar visibilidad a las transexuales de una manera normal. Las manifestaciones, las luchas, los programas especiales por el día de la mujer están muy bien, pero lo mejor es que aprendamos a tratarnos con normalidad. ¿Cuántas mujeres transexuales trabajan en televisión? Somos muy pocas porque, además, un gran porcentaje de nosotras están en el paro. Las mujeres debemos apoyarnos entre nosotras y no excluirnos.

¿Considera que las mujeres normativas las excluyen?No, no es eso, pero sí debo denunciar que hay cierto sector del feminismo extremo que considera que nosotras, las trans, no somos mujeres. Yo he tenido que escuchar como alguna de estas mujeres han llegado a decir que si nos reasignamos es para entrar en los baños para violar a otras mujeres. Es intolerable y por eso es necesaria una ley.

¿No piensa que su causa se ha politizado demasiado?Yo me siento mucho más tranquila con una ley que nos ampara, pero desde luego me da vergüenza ver como debaten sobre nuestros derechos personas que no saben de lo que hablan. Deberían, al menos, preguntarnos y entender cuáles son nuestros problemas reales. Llevo cuatro años siendo activista y creo que todavía quedan muros que derrumbar.

¿Es una mujer feliz?¡Lo soy! Y, aunque soy de las que piensa que después de la felicidad puede venir algún problema, la verdad es que me siento muy plena y en un momento personal y profesional muy dulce. ¡Ojalá siga así por mucho tiempo!

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