Han sido las propias fuentes policiales quienes han confirmado al portal norteamericano de noticia Page Six que el rapero Travis Scott había sido acusado por presuntamente haberle pegado un puñetazo a un hombre en la cara, provocándole además daños a su equipo de trabajo por valor de unos 12.000 dólares (unos 11.300 euros).

Según explican desde el citado medio, la policía atendía muy temprano este pasado miércoles una llamada desde el exclusivo y famoso club nocturno y discoteca Nebula, en la zona del Midtown de Nueva York, en la que se aseguraba que el exnovio y padre de los hijos de Kylie Jenner había tenido un enfrentamiento verbal con un ingeniero de sonido.

La llamada explicaba que poco después este altercado se había vuelto algo físico, si bien la presunta víctima ni se quejaba por el dolor ni presentaba lesiones notables a primera vista en el momento en el que la policía se personó y tomó declaraciones tanto a él como a otros testigos del suceso.

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Según se ha podido saber, Travis Scott, de 30 años, también habría perdido los papeles al dañar una pantalla de vídeo y un altavoz de la discoteca. Poco después, se marchaba del local en un vehículo que no pudo ser identificado

Asimismo, desde el susodicho portal agregan que por ahora únicamente se ha presentado una denuncia y que Scott no ha sido arrestado en relación con el incidente. "Si bien esto es claramente un malentendido que se ha exagerado por el clickbait y la desinformación, estamos trabajando de manera activa con el local y la policía para resolverlo y dejar el tema zajando", ha declarado Mitchell Schuster, abogado de Scott.

Schuster añadió que las noticias y las redes había sacado todo "fuera de proporción" y que confiaba plenamente en que su cliente "será absuelto de cualquier irregularidad". Es la misma idea de uno de los socios dueños del local, Richie Romero, quien se ha lavado las manos -y, de paso, limpiar la imagen de su negocio- especificando que todo "se ha salido de madre" y que, al contrario de lo que se piensa, "fue una gran noche".

Otra fuente, sin embargo, ha asegurado que "Travis entró enojado e borracho y progresivamente se fue volviendo más y más loco". "Su camiseta decía: 'Retrocede de una puta vez' [Back the fuck up]. Es como si estuviera listo para la batalla. Era un presagio", ha declarado. Además, esa misma frase es la que le dijo a uno de los técnicos en un vídeo que se ha filtrado.

Asimismo, agregan los testigos que Scott estaba "disgustado con el sonido" y que el incidente ocurrió menos de diez minutos después de haber llegado: "Fue Fast & Furious".

Otra fuente añade que el técnico de sonido bajó el volumen de los speakers porque estaba "al máximo y distorsionados". "Y entonces Travis se acercó al técnico de sonido y le gritó con mucha agresividad en la cara por qué había bajado el sonido. Y luego ya le pegó el el puñetazo en la cara", ha rememorado.