Bajar a la calle: una misión posible para los mayores gracias al voluntariado

  • Los 73 barrios de Barcelona contarán con el programa 'Baixem al carrer' que ayuda a mayores a poder salir de casa.
  • La falta de ascensor, de círculo social o problemas de movilidad, los aíslan de la vía pública y socialmente. 
El calvario de una discapacitada para salir de su casa.
El calvario de una discapacitada para salir de su casa.
MIQUEL TAVERNA 
El calvario de una discapacitada para salir de su casa.

Para Marifé Moral, los viernes son un día de fiesta. Por un motivo inicialmente tan banal como imprescindible para ella: poder salir durante un par o tres de horas a la calle acompañada. Esta vecina del barrio del Raval de Barcelona de 70 años y con una pierna amputada puede ver la calle y pasear a ella, saludar a los vecinos, comprar en La Boqueria, recorrer La Rambla o ir a ver el mar al Maremagnum gracias a un técnico y a un voluntario de la Creu Roja que son, respectivamente, el ascensor (una silla de ruedas eléctrica) y la movilidad de la que carece una vez e semana. 

Como Marifé, 239 personas (el 60% mujeres) son usuarias del programa social gratuito 'Baixem al carrer', que permite que las barreras arquitectónicas de sus edificios, físicas o mentales impidan a personas mayores con poca o nula red de apoyo poder disfrutar de un simple paseo. 

En el caso de Marifé, a su discapacidad física se une un problema que a pesar de las ayudas económicas públicas y del Pla de Barris del Ayuntamiento de Barcelona, aún persiste en muchos edificios antiguos como en el que vive en la calle Marquès de Barberà, que data del año 1900: la ausencia de un ascensor. 

El Ayuntamiento ha aumentado en cerca de un 55% el importe del convenio de colaboración con Creu Roja para llegar al máximo de usuarios vulnerables de la ciudad

En el bloque donde Marifé vive de alquiler con su hija y su yerno, en un cuarto piso de altura, una bolsa reutilizable de supermercado y una cuerda funcionan como un montacargas casero y precario en medio del hueco de la escalera. Esto sucede por falta de dinero en la comunidad para sufragar la instalación de un elevador y a pocos metros de La Rambla de Barcelona, icono cosmopolita. 

Presencia del programa en toda la ciudad 

La necesidad de acompañamiento para estas personas es real y traspasa barrios y clases sociales. Por eso, el Consistorio ha decidido ampliar de los 44 barrios actuales a la totalidad de los 73 de Barcelona este servicio al que se deriva desde el médico de cabecera. 

Como Marifé, 239 personas (el 60% mujeres) son usuarias del programa social 'Baixem al carrer'

El Ayuntamiento ha aumentado en cerca de un 55% el importe del convenio de colaboración con Creu Roja para llegar al máximo de usuarios vulnerables de la ciudad, engrosándolo de los 135.000 euros actuales al año hasta los 208.800 euros anuales. 

«Hemos visto que el programa ha tenido muy buena acogida y por eso hemos decidido ahora ampliarlo en el territorio», declara la regidora de Salut, Envelliment i Cures del Consistorio, Gemma Tarafa. 

Rafael López, voluntario de Creu Roja de Baixem al Carrer lo tiene claro: «Creo que debería de haber más servicios para estas personas. Se hace lo que se puede, pero no llegamos. Yo hago de voluntario un día durante unas tres horas».

Marifé Moral: "Salir me airea la mente y el cuerpo y lo agradezco muchísimo"

"Es muy importante para mí (le amputaron una pierna) salir a la calle a que te dé el aire y recibir estímulos. Me airea de mente y de cuerpo y lo agradezco muchísimo. Siempre he sido una persona bastante positiva y vital. No he parado nunca quieta. Y estar imposibilitada es duro. Con Argenís (el voluntario) hablamos de la familia, del fin de semana... Y cada viernes es obligatorio irnos a tomar el vermut. Tenemos un sitio fijo con nuestro rinconcito. Salir a la calle lo noto en mi salud mental y en mi estado de ánimo. Con este problema dejé de lado mi parte más coqueta y valoro otras cosas. Pero estoy súper agradecida porque he tenido suerte con la gente con la que me he topado en esta vida". 

Begoña De Eyto, responsable de Salud de Creu Roja 

"Comenzamos con planes comunitarios en el Poblesec. La idea es que la persona recupere una pequeña parte de la vida que hacía antes de quedarse encerrada en casa. Tenemos 45 voluntarios y 120 usuarios". 

Gemma Tarafa, regidora de Salut, Envelliment i Cures 

"Un proyecto como este nos ayuda a luchar contra el aislamiento y contra la soledad no querida. Estas personas, sin 'Baixem al carrer', no saldrían de casa en toda la semana o incluso en todo el mes". 

Argenís Ferrer, voluntario de Creu Roja 

"Llevo en el programa seis años y con Marifé unos ocho meses. Le hago pasar un rato diferente, le doy conversación y la llevo a sitios a los que necesita ir. Hacemos que tengan un día diferente a estar entre cuatro paredes". 

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