Están siendo unos días cargados de celebraciones para Íñigo Onieva. Y es que después de acompañar a Tamara Falcó a la presentación de su colección con la firma Pedro del Hierro y de acudir al cumpleaños de Isabel Preysler, el empresario no dudó este lunes en acompañar a su madre, Carolina Molas, en su 54.º aniversario.
Íñigo y su hermana Alejandra se dejaron ver disfrutando al lado de su progenitora en un selecto restaurante de Madrid en el que disfrutaron de una cena a la altura.
El diseñador de coches publicó en sus stories algunas fotografías de los platos que degustaron, mientras su hermana compartió retrato de su madre en el que esta aparecía luciendo un elegante vestido rojo con la espalda descubierta.
Por su parte, la marquesa de Griñón no publicó ningún post, por lo que es posible que no estuviera en la velada. Asimismo, tras la reconciliación con su prometido, ambos han demostrado poder pasar rato de calidad con sus respectivas familias.
Así quedó demostrado el pasado sábado, cuando la Reina de Corazones recibió en su casa de Puerta de Hierro a su núcleo, entre el que se encontraba Onieva.
Según pudo saber 20minutos, el reencuentro entre ambos fue de lo más natural y no hubo ni reproches ni indirectas. La socialité ve a su hija convencida, y eso es lo único que le importa. El pasado queda atrás.
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