A pesar de la moderación de las últimas semanas, los precios de la energía continúan disparados en un contexto de inflación que ha impactado directamente en el poder adquisitivo de los consumidores. Cada vez se buscan alternativas más eficientes para nuestro consumo de energía y una de las novedades son las conocidas como 'casas termo' o 'casas pasivas'. Se trata de un tipo de vivienda que se construye basándose en la arquitectura bioclimática y empleando elementos que fomenten la eficiencia energética superiores a las viviendas tradicionales. 

El consumo en este tipo de construcciones es prácticamente nulo pero, a su vez, proporciona un gran aislamiento térmico, tanto para los meses más calurosos de verano, como para las temperaturas bajo cero en invierno. Como explican en Passive House de DMDV Arquitectos, uno de los criterios consiste en "optimizar la envolvente térmica mediante un buen aislamiento". 

Cómo son estas construcciones

Para ello, cuentan con "ventanas y puertas de altas prestaciones", con cubiertas y forjados exteriores con "baja transmitancia térmica", ausencia de "puentes térmicos", asegurando la hermeticidad al aire y con "ventilación mecánica con recuperación para aprovechar la temperatura del aire interior para precalentar o enfriar el aire limpio entrante antes de expulsar el aire viciado al exterior". Tras tener en cuenta estos criterios, "se analizan las protecciones solares en función del edificio" y se estudia "que la energía consumida sea suministrada por fuentes de energía renovables".

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Un ahorro de 3.000 euros al año

El proyecto de la Finca de El Peral, que se encuentra localizada en la zona sur de Valladolid, está compuesto por viviendas unifamiliares construidas bajo este mismo tipo de arquitectura. "Passivhaus es un estándar de construcción de edificios energéticamente eficientes, con un elevado confort interior y económicamente asequibles", explican desde el estudio de arquitectura de Alberto López Merino, encargado de este proyecto.

Se construyen viviendas de "muy bajo consumo de energía", aisladas térmicamente y herméticas al paso del aire. "Se aprovecha también la radiación y luz solar al máximo posible, manteniendo en invierno el calor recibido de esta fuente, el calor generado por los propios usuarios y el que producen los diferentes aparatos electrodomésticos", añaden.

Las 'casas pasivas' son capaces de calentarse y refrigerarse con un escaso consumo energético, lo que permite un ahorro "de entre 2.500 y 3.000 euros al año", según explica en Antena 3 Julio Muñoz, gerente de AGCINMO, inmobiliaria responsable del proyecto.