Si no lo saben, se lo cuento: la nueva directiva de Mediaset, encabezada por Alessandro Salem, ha enviado a todos sus programas y colaboradores un nuevo código ético, en el que les advierte de que no pueden, entre otras cosas, dar opiniones políticas o meterse con otros programas de la cadena o compañeros de la misma. Boom. 

Hay colaboradores y presentadores de mediaset a los que aún les está temblando el párpado del ojo. Es una medida fantástica, más cuando Mediaset se había convertido en la casa de Tócame Roque, en un sindiós, con las productoras peleando entre sí, en lugar de preocuparse por la cadena y por hacer audiencia. 

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Rencillas, rencores, alianzas, traiciones... todo eso hacía que colaboradores, presentadores y algunos responsables fueran como pollos sin cabeza por Fuencarral, más preocupados en sus guerras personales que en hacer televisión. 

¿Se imaginan que en su coche las ruedas trataran de pincharse entre sí? A la cuneta que te vas, como poco. Así que la medida llega en un buen momento y supone una medida perfecta para rebajar el tono bronco de algunos programas de la cadena. 

Seguro que a algunos colaboradores y presentadores se les hace un nudo en la garganta al ver que ya no es "su" programa y que no sirve a "sus" intereses, sino que pertenece a Mediaset y que son esos intereses y el público, lo que priman. 

He entrado en Twitter a ver qué decía la gente. Es como entrar en una reyerta a navaja a ver qué se habla de la paz. El caso es que los mismos que criticaban a Mediaset por no tener código ético se quejan ahora de que haya un código ético. Qué país.