Los testimonios del accidente del Alvia que hicieron llorar a la jueza: "Subí con 35 años y bajé siendo una persona enferma"

La jueza llora al escuchar los testimonios de las víctimas.
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La jueza llora al escuchar los testimonios de las víctimas.
El dolor de recordar el accidente del Alvia
Atlas

"Subí a un tren con 35 años llena de energía y vitalidad porque me iba de vacaciones y bajé siendo una persona enferma". Este es uno de los sobrecogedores relatos de las víctimas que sobrevivieron al accidente del Alvia y que este martes comenzaron a relatar su terrible experiencia a bordo del tren que descarriló hace casi diez años en la curva de Angrois, en Santiago de Compostela.

Dramáticos relatos que hicieron llorar a la jueza al comienzo de la fase del juicio que determinará la responsabilidad civil de aquella tragedia que le costó la vida a 80 personas y dejó 140 heridos. La reclamación por daños y perjuicios asciende a unos 57,69 millones de euros.

La primera en declarar fue una madre, acompañada de su hija, que viajaba a La Coruña para acudir a un funeral. Su hija la montó en el tren junto a sus tías, con la confianza de que viajaba en un medio de transporte "rápido y seguro".

"Yo solo me preguntaba qué había pasado, no me podía mover, oía voces, pasé muchísimo tiempo con muchas cosas encima, para mí fue algo horrible que no se lo deseo a nadie. Pensé en mi marido, que era totalmente dependiente de mí", explicó la madre, que, dada su edad avanzada, declaró junto a su hija por videollamada.

Yo solo me preguntaba qué había pasado, no me podía mover, oía voces..."

Para su hija "no hay dinero que pague el cambio de vida", las secuelas que le quedaron a su madre, que necesita estar acompañada siempre, debido a que tiene falta de movilidad y de psicomotricidad. "No hay dinero que te dé un poco de paz. Soy una persona joven que no puedo hacer mi vida como la había hecho antes", subrayó.

En ese momento, la jueza no pudo contener las lágrimas, que se secó con un pañuelo. "Es la primera y ya estoy llorando", afirmó, haciendo referencia a todas las declaraciones que están por venir, ya que el juzgado admitió las de 522 testigos en esta fase del proceso y comparecerán una media de 15 al día.

"Sentí el silencio de la muerte"

Otro emotivo relato fue el de una joven que se iba de vacaciones a Galicia: "Mi cuerpo salió disparado como un proyectil. Sentí el silencio de la muerte y pensé ¿estoy muerta o viva?", declaró esta joven, que aseguró que su vagón "empezó a retemblar como en un terremoto" y fue "consciente" de todo: "No me podía creer que fuéramos a tener un accidente". 

"Subí a un tren con 35 años llena de energía y vitalidad y bajé siendo una persona enferma. Los años de vida que me ha quitado el accidente no hay dinero que los pague", destacó.

Los años de vida que me ha quitado el accidente no hay dinero que los pague"

Cristóbal González, otro testimonio que viajaba con su bicicleta porque estaba haciendo el Camino de Santiago, también aseguró que recuerda "perfectamente" el accidente. Contó que el asiento de delante "le presionó" y que recibió golpes "como verdaderos proyectiles" de diferentes objetos.

También aseguró que el tren marchaba a gran velocidad, algo que él mismo percibió cuando salió del último túnel antes de llegar a la curva: "Le dije a un compañero que el tren iba a descarrilar. Me contestó que era imposible, que era Renfe".

"Todo se convierte en un verdadero infierno", dijo González, que también recuerda los "gritos de auxilio" de los supervivientes: "No hay un día en que no te acuerdes del accidente. El mismo terremoto de Turquía te hace volver a recordarlo". 

"Ninguna cantidad va a suplir la salud que yo tenía"

Otro testigo fue el trabajador de un banco de Madrid que iba a recibir un ascenso y que declaró junto a una compañera: "Ninguna cantidad va a suplir la salud que yo tenía, tanto física como psicológica. Y ya dejo aparte la carrera profesional, esa tampoco".

Momento duro fue cuando comparecieron los padres de un bebé que viajaba en el tren y que tuvo que recibir tratamiento después del accidente. También el marido de una mujer, quien aseguró que ella "se ha vuelto una persona miedosa" tras el accidente: "Miedos que antes no tenía. Siempre está en estado de alerta".

Una "pesadilla", como si hubiera caído "una bomba atómica" y algo similar a "un terremoto" fueron otras expresiones con las que las víctimas y sus familiares trataron de describir el escenario de la tragedia.

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