Pesadilla en la cocina estrenó una nueva entrega durante la noche del jueves en La Sexta. Alberto Chicote se trasladó hasta Camarzana de Tera (Zamora), donde le esperaba José Luis y su Hotel-Restaurante Juan Manuel.

José Luis, dueño del restaurante, afirmó que le "bautizaron como el Chicote de Zamora". Aunque, eso sí, no tuvo una relación muy buena con el verdadero Chicote al inicio del programa. "Estás muy lejos de parecerte a mí", le respondió el presentador en la primera discusión.

El problema principal que identificó el presentador fue la mala organización y el pésimo ambiente de trabajo que había en Juan Manuel. Para solucionarlo, propuso un juego en el que se encendería una luz roja en caso de haber una mala actitud y atención al cliente y verde si se revertía la situación. "El responsable de que esto sea de un color u otro serás tú, José Luis", le advirtió el cocinero madrileño.

Otra de las cuestiones a solucionar era el tiempo de espera que los clientes sufrían desde que les tomaban nota hasta que les servían la comida. "Llevamos más de una hora aquí y no ha salido nuestra comanda", denunció uno de los comensales, que decidió marcharse ante la exagerada espera.

El mal temperamento del cocinero de Zamora llamó la atención en las redes sociales. Alaridos, rebotes e incluso huidas en medio de una jornada de trabajo. "Préndele fuego a la cocina", gritó el superior ante uno de los enfrentamientos con Chicote.

Chicote conoció en profundidad la historia de José Luis y su inversión de más de un millón de euros en su proyecto, algo que le hacía preocuparse en exceso. Pudo trabajar en la relación profesional entre el servicio y el cocinero. Así, Chicote consiguió su objetivo: un equipo sólido y profesional. 

Finalmente, la relación de los "dos Chicotes" dio un giro radical. "Esta es vuestra oportunidad para convertiros en un referente", animó Chicote al equipo. Para despedirse, dejó una carta con palabras cariñosas hacia José Luis y equipo.

ATRESMEDIA