La UE promete a Zelenski un décimo paquete de sanciones contra Rusia y aprueba 500 millones más para armas

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto al líder ucraniano, Volodimir Zelenski, en Kiev.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto al líder ucraniano, Volodimir Zelenski, en Kiev.
SERGEY DOLZHENKO
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto al líder ucraniano, Volodimir Zelenski, en Kiev.

Ursula von der Leyen y Volodimir Zelenski dejaron una foto muy potente este jueves en Kiev. La cumbre entre la Unión Europea y Ucrania que tiene lugar estos días en una ciudad en guerra, algo que no había sucedido nunca desde la fundación del proyecto europeo, no sirve para celebrar nada, pero sí para reforzar el compromiso comunitario con quien trata de resistir y responder desde hace casi un año a la invasión rusa. En el otro lado, tanto Bruselas como los Estados miembros siguen asumiendo el compromiso de desplegar todas las herramientas posibles para seguir al lado del país candidato a la adhesión.

Precisamente, uno de los pilares fundamentales del encuentro fueron los avances de Ucrania en su camino de entrada a la UE. Hay avances, pero en Bruselas piden realismo: no será Estado miembro a corto plazo, aunque se reconocen los progresos en materia como la lucha contra la corrupción -una de las principales exigencias que ponen tanto la Comisión como los 27-. Lo que sí hizo Ursula von der Leyen desde Kiev fue anunciar la intención de la UE de aprobar el décimo paquete de sanciones contra Rusia justo para el 24 de febrero, cuando se cumpla un año de guerra. "Presentaremos con nuestros socios del G7 un tope al precio de los productos derivados del petróleo ruso. Para el 24 de febrero, exactamente un año desde que comenzó la invasión, nuestro objetivo es tener el décimo paquete de sanciones en vigor", expresó la dirigente alemana.

Zelenski tiene deberes en materia de integración europea, pero Vladimir Putin tiene una deuda con la democracia. Ese es el enfoque en el que han insistido tanto la Unión como Ucrania: la cumbre es un mensaje de fuerza para Moscú. "Estamos haciendo que Putin pague por su guerra atroz", sentenció Von der Leyen. Esa fue la respuesta del Ejecutivo comunitario a las demandas de un Zelenski que se quejó precisamente de que el ritmo de las medidas restrictivas se haya ralentizado en los últimos meses. "Cuanto más hagamos, más cerca estaremos de la derrota rusa", aseguró. En los pasillos de Bruselas, eso sí, asumen que es necesario buscar "aquellos aspectos y áreas que sean sancionables" para seguir ampliando la red.

El décimo paquete de sanciones, no obstante, no será sencillo de aprobar. El poder en este sentido recae en los Estados miembros y la exigencia de unanimidad deja a Hungría en una posición ventajosa. El Gobierno de Viktor Orbán, díscolo en estas negociaciones y en la estrategia frente a Rusia en general, ya ha dejado claro que no apoyará más medidas que incluyan el sector energético, lo que cierra el círculo mucho más cuando se trata de apretarle las tuercas al régimen de Putin. Las sanciones al gas, de hecho, no están ni siquiera encima de la mesa. La puerta abierta, eso sí, podría ser la vertiente económica, con más nombres en la lista de sancionados y la mirada puesta en sectores estratégicos donde las restricciones debiliten a Moscú.

La pertenencia a la UE será tomada con la misma aspiración que el estatus de candidato y para eso necesitamos un proceso de adhesión motivador

Hay algo en lo que la UE y Ucrania coinciden plenamente: el país es "parte de Europa", aunque sentarse en el Consejo todavía le quede bastante lejos. Zelenski no pierde las esperanzas. "La pertenencia a la UE será tomada con la misma aspiración que el estatus de candidato y para eso necesitamos un proceso de adhesión motivador para que se vea que la lucha de los ucranianos es apoyada por toda Europa", aseguró, incidiendo en una vía exprés de entrada que no es siquiera una posibilidad. Eso sí, el acceso a la UE, dice el presidente ucraniano, "es una motivación" para las tropas que se encuentran en el campo de batalla. Rusia es, concluyó, "el enemigo común".

Los cálculos de Ucrania se basan en un optimismo desbocado, pues antes de la cumbre el primer ministro, Denys Shmyhal, sostuvo que el plan de Kiev es ser parte de la UE en un plazo de dos años. El margen es irreal, pero la Comisión Europea quiere aterrizar mucho más el debate y ha propuesto este jueves que Ucrania pueda reforzar su participación en programas europeos para facilitar su integración en el mercado único, a la espera del "largo camino" que representa su adhesión al bloque. El comisario de Presupuesto y Administración, Johannes Hahn, quiso dejar claro que la adhesión "no es un sprint" y ve mucho más efectivo centrarse en medidas mucho más inmediatas y realistas. "El lugar de Ucrania es Europa. Vamos a seguir apoyando a Ucrania en todo este impulso de reformas", terminó. Zelenski, no obstante, quiere que las negociaciones para la adhesión se abran antes de que acabe este año.

Más armas y formación a más soldados

Más allá del camino de Ucrania hacia la UE, el bloque sigue apoyando a Kiev para que haga frente a Rusia. Así, los 27 han adoptado este jueves la séptima tanda de 500 millones del fondo conjunto para mandar armas a Ucrania, elevando a 3.600 millones de euros la financiación para sufragar el suministro de material militar. Para el Alto Representante de la Unión, Josep Borrell, el conflicto está "en un momento crucial", y aunque es reacio al envío de aviones de combate insiste en mantener el respaldo a las tropas de Zelenski. "Continuaremos apoyando a Ucrania durante el tiempo que sea necesario", esgrimió.

Precisamente el envío de tanques Leopard, Abrams o Challenger aprobado por los aliados en los últimos días ha motivado que la UE vaya a formar al doble de soldados ucranianos de los que inicialmente tenía previsto. Pasa de 15.000 efectivos a 30.000. Borrell recordó que esa misión "se decidió y se puso en marcha en un corto periodo de tiempo y va a seguir trabajando contrarreloj", ante la expectativa de que Rusia "incremente los ataques" y amenace con invadir Ucrania desde el norte, desde Bielorrusia, con el objetivo de que las fuerzas ucranianas se dispersen. De hecho, la mirada está puesta en la próxima primavera, cuando se espera una nueva ofensiva rusa a la que Kiev pretender responder e incluso anticiparse.

Rusia no es ajena a la demostración de fuerza que quiere lanzar el bloque occidental, pero no cambia su hoja de ruta. Vladimir Putin aseguró este jueves que el Kremlin y su Ejército tienen "con qué responder" al envío de tanques a Ucrania por parte de los aliados de Kiev. "Nosotros no enviamos tanques a sus fronteras, pero tenemos con qué responder", comentó desde Volgogrado, durante un acto conmemorativo del 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania en la batalla de Stalingrado. En este sentido, el líder ruso culpó implícitamente a Ucrania de "arrastrar a otros países a una nueva guerra" con Moscú, e insistió en confrontar: "No entienden que la guerra moderna con Rusia será completamente diferente para ellos".

Y es que febrero de 2022 fue el mes en el que todo cambio, y quizás el mundo se ha vuelto de nuevo bipolar. Si de verdad hay dos modelos la Ucrania de Zelenski ha decidido elegir el que marca la UE, aunque su camino europeo sea largo. En el otro lado, la Rusia de Putin que no afloja en una invasión que va a cumplir 365 días sin que se vea la luz al final del túnel.

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