La UE 'examina' a Ucrania con una cumbre en Kiev mientras Zelenski da pasos contra la corrupción: "El país cambiará"

Von der Leyen y Zelenski, en Kiev.
Von der Leyen y Zelenski, en Kiev.
DPA vía Europa Press
Von der Leyen y Zelenski, en Kiev.

"Hay que ser optimistas y al mismo tiempo realistas". Estas palabras del Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, llevan implícito un mensaje a Ucrania: su entrada en el bloque comunitario no se dará a corto plazo. Por lo pronto, Kiev acoge este viernes una importante cumbre UE-Ucrania en la que Bruselas tratará de examinar los avances del Gobierno de Volodimir Zelenski en su camino de entrada en el proyecto, cuando además se va a cumplir un año no solo de invasión rusa sino también de la solicitud ucraniana para ser Estado miembro. "El proceso basado en reformas no puede saltárselo nadie", sostuvo Borrell como aperitivo al viaje a la capital ucraniana.

Ucrania solicitó la adhesión a la UE en febrero de 2022 y obtuvo el estatuto de país candidato en junio de ese mismo año, a la vez que Moldavia. Esta, de hecho, es la primera cumbre entre las dos partes desde el inicio de la invasión rusa y se espera una actualización por parte de la Comisión de la situación del proceso de adhesión en primavera. Por lo pronto, en el encuentro la delegación comunitaria estará liderara precisamente por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula vom der Leyen, y por el líder del Consejo Europeo, Charles Michel. "El hecho de que esta cumbre se realice en Kiev es una señal fuerte dirigida tanto a nuestros aliados como a nuestros enemigos", expuso al respecto el primer ministro ucraniano, Denys Shmygal.

Los puntos clave de la reunión serán, además del estado del proceso de adhesión ucraniano, el apoyo de la UE al país en términos económicos y militares para hacer frente a la invasión rusa; estudiar también el plan de 10 puntos de Zelenski para la paz; la cooperación en materia de conectividad y en energía, y por último la situación de la crisis alimentaria. Más allá de la agenda oficial, el objetivo de la cumbre es, por un lado, reafirmar el apoyo a Ucrania, pero por otro rebajar el optimismo sobre su entrada en la Unión: Kiev quiere que esto suceda en un plazo de dos años, algo completamente irreal para un país en guerra. De media, el proceso se puede alargar durante una década (fue lo que tardó Croacia, el último Estado miembro en incorporarse).

Las últimas semanas, Bruselas ha valorado la lucha contra la corrupción de las autoridades ucranianas y este es de hecho uno de los puntos más importantes en el informe de la Comisión sobre la candidatura ucraniana a la adhesión. Con la mirada en el medio y el largo plazo, lo cierto es que Ucrania tiene deberes respecto a la lucha contra la corrupción, y se los ha puesto la misma Unión Europea. La entrada del país en la OTAN no es realista, pero como país candidato a la adhesión al bloque comunitario tiene que cumplir con lo que pide la Comisión Europea en su informe y van a vigilar los Estados miembros. Así, Kiev tiene que "seguir reforzando la lucha contra la corrupción, en particular a alto nivel, mediante investigaciones proactivas y eficientes y un historial creíble de enjuiciamientos y condenas". En este sentido se le exige "completar el nombramiento de un nuevo jefe de la Fiscalía Especializada Anticorrupción".

Los pasos demandados al Ejecutivo de Zelenski no se quedan aquí. Necesita, por otra parte, "garantizar que la legislación contra el blanqueo de capitales cumple las normas del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI)" y "reforzar todo el sector policial como parte del entorno de seguridad de Ucrania", precisamente para que la vigilancia ante la influencia externa sea mayor y más efectiva. La Comisión Europea le insta asimismo a "aplicar la Ley contra la oligarquía para limitar la excesiva influencia de los oligarcas en la vida económica, política y pública". Ese es uno de los elementos de más polémica, porque hay varios oligarcas que mantienen vínculos con Rusia, al igual que organizaciones e incluso partidos políticos.

Las decisiones tomadas por el Gobierno ucraniano se ven como drásticas, pero en Bruselas se han acogido de forma positiva. "Como regla general, no comentamos sobre investigaciones criminales en curso. Pero, por supuesto, acogemos con satisfacción el hecho de que las autoridades ucranianas se estén tomando estos asuntos en serio", sostuvo la portavoz comunitaria de Ampliación, Ana Pisonero. Pero el camino, avisa la Comisión Europea, no termina aquí ni mucho menos: "Por supuesto, se necesitarán acciones de referencia y métodos para fortalecer las instituciones anticorrupción". De este modo, Bruselas apoyará por una parte a Kiev en el corto, medio y largo plazo, pero otro vigilará las medidas que tome contra la corrupción. Zelenski parece tenerlo claro... pese a la guerra o quizás debido a ella.

En Kiev la Comisión Europea confirmará la ampliación de su misión de entrenamiento a las tropas ucranianas para adiestrar a 30.000 militares, el doble del objetivo inicial, además de una partida de 25 millones para programas de desminado en el terreno y la adopción formal de la séptima tanda de 500 millones del fondo que usa la UE para sufragar el envío de armas de los Veintisiete a Ucrania.

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