La tensión se vuelve a disparar entre Israel y los palestinos de Cisjordania: incursiones, atentados y cifras de muertos de récord 

Soldados israelíes bloquean el paso a la localidad de Al Lubban Ash Sharqiya, al sur de Nablús, en Cisjordania.
Soldados israelíes en el paso a Al Lubban Ash Sharqiya, en Cisjordania.
W.NOBANI / DPA / EP
Soldados israelíes bloquean el paso a la localidad de Al Lubban Ash Sharqiya, al sur de Nablús, en Cisjordania.

Como el rayo, el conflicto entre Israel y Palestina no cesa y ya se antoja eterno. Este 2023 se cumplen 75 años desde que el 14 de mayo de 1948 el Estado de Israel fuera proclamado en el territorio otorgado por el plan de las Naciones Unidas en Palestina. Desde entonces Israel no ha dejado de crecer en extensión y en importancia como Estado. En cambio, Palestina y los palestinos luchan aún por su supervivencia.

Como una montaña rusa, la tensión entre israelíes y palestinos atraviesa lustros de tensión con valles y picos. En la última semana hemos vivido uno de estos últimos. La tensión se ha disparado. Este mes de enero ha sido el mes más mortífero para los palestinos de Cisjordania desde 2015, según Efe. En lo que va de 2023, 35 palestinos han muerto por fuego israelí, lo que equivale a un promedio de más de una víctima mortal por día.

Jerusalén se encuentra en estado de máxima alerta. La ciudad ha sido el escenario de tres atentados con arma de fuego en 24 horas. El balance, siete israelíes muertos y cinco heridos.

Militares israelíes durante una redada en Belén, Cisjordania, el 5 de diciembre de 2022.
Militares israelíes durante una redada en Belén, Cisjordania, el 5 de diciembre de 2022.
FUERZAS DE DEFENSA DE ISRAEL / EFE

La escalada de violencia comenzó el jueves con una incursión militar israelí en la ciudad de Yenín, en Cisjordania ocupada, que se saldó con la muerte de 10 palestinos (algunos de ellos eran presuntamente milicianos). La noche del viernes, un hombre abrió fuego cerca de una sinagoga ubicada en Neve Ya'akov, un asentamiento de colonos judíos en Jerusalén este ocupado, matando a siete personas e hiriendo a tres más. Fue el atentado más mortífero en la ciudad desde 2008.

El Gobierno de Israel no descarta dar permisos de armas a los civiles en los asentamientos en zonas que eran palestinas

A la mañana siguiente, otro atentado en el asentamiento de colonos judíos Ciudad de David, ubicado dentro del barrio palestino de Silwan, también en Jerusalén este ocupado, dejó dos heridos. Ese mismo sábado un hombre armado abrió fuego en un restaurante ubicado en otro asentamiento judío de Cisjordania ocupada. No hubo víctimas.

Cuerpos de algunas de las víctimas tras el ataque armado a una sinagoga en Neve Yaakov, Jerusalén.
Cuerpos de las víctimas del ataque a una sinagoga en Neve Yaakov.
ATEF SAFADI / EP

Pero sólo en enero los palestinos muertos por disparos del Ejército de Israel o de los colonos son ya 35, según datos del Ministerio de Sanidad palestino. La gran mayoría, 20 de ellos, han perdido la vida en la Gobernación de Yenín.

Los disparos se concentraron en las partes superiores... la mayoría en la cabeza", asegura el Ministerio de Sanidad israelí

Este ministerio asegura en un comunicado que las heridas recibidas por las víctimas palestinas "evidenciaron que los disparos se concentraron en las partes superiores" de los cuerpos. Es más, "la mayoría de los cuales fueron en la cabeza". Según la Autoridad Nacional Palestina (ANP) eso muestra la evidente voluntad de Israel de disparar a matar.

El Gobierno más derechista de Israel pide mano dura

La respuesta del Gobierno israelí de Benjamin Netanyahu ha sido ordenar la demolición de la residencia familiar del atacante palestino del viernes, que murió poco después por disparos de la Policía. Además, precintarán el domicilio de la familia del menor que cometió el ataque.

El ex primer ministro israelí y líder del Likud, Benjamin Netanyahu, celebra los resultados de las elecciones en Israel.
El primer ministro israelí y líder del Likud, Benjamin Netanyahu.
ABIR SULTAN / EFE

Esto marca un cambio en la política de Israel en este ámbito: sus fuerzas suelen demoler como represalia las casas de palestinos que mataron a israelíes, acciones tachadas de castigo colectivo por grupos de derechos humanos. Sin embargo, hasta ahora no precintaba las viviendas de autores de ataques sin muertos.

Ante la creciente tensión, el Gobierno israelí ha endurecido las medidas de represalia contra palestinos que hayan cometido ataques y sus familias. Entre otras cosas, prevé impulsar leyes para revocar su residencia en Jerusalén Este y expulsarles a Cisjordania.

Decenas de miles de israelíes se manifestaron el sábado y describieron a Netanyahu como una amenaza para la paz mundial

El Ejecutivo -el más derechista de la historia del país- prevé impulsar un proyecto de ley para revocar la residencia de atacantes palestinos de Jerusalén Este ocupado. Serían expulsados a zonas de Cisjordania ocupada bajo autogobierno de la ANP. También se aplicarán medidas para que se pueda despedir a trabajadores "que han apoyado el terrorismo" sin necesidad de que el despido lo valide una vista judicial.

Además, el Gabinete de Seguridad anunció que Israel retirará el derecho a la seguridad social "a los familiares de terroristas que apoyan el terrorismo", y avanzó un plan para "legislar la revocación de sus documentos de identidad". Por último, no se descarta dar permisos de armas a los civiles para reforzar la seguridad en los asentamientos israelíes en zonas que eran palestinas.

El presidente de EE UU, Joe Biden, con el presidente de Israel, Isaac Herzog, en Jerusalén.
Joe Biden, con el presidente de Israel, Isaac Herzog, en Jerusalén.
MAYA ALLERUZZO / EFE

El Gobierno de coalición de Netanyahu incluye a partidos de ultraderecha que exigen más mano dura y mayor contundencia. Ahora pretende impulsar estas medidas para "fortalecer la disuasión perjudicando el entorno inmediato" de los atacantes.

La fuerza letal sólo debe utilizarse como último recurso cuando sea estrictamente inevitable para proteger la vida", ha dicho Borrell

Pero no todos los israelíes apoyan al actual Ejecutivo radical. El sábado, decenas de miles de manifestantes se congregaron con banderas israelíes en el centro de Tel Aviv. Sus pancartas describían a Netanyahu, Ben-Gvir y otros miembros del Gobierno como una amenaza para la paz mundial.

El silencio internacional ante el conflicto es casi absoluto. Únicamente la Unión Europea ha hecho un llamamiento para frenar la actual espiral. "La fuerza letal sólo debe utilizarse como último recurso cuando sea estrictamente inevitable para proteger la vida. [...] Pedimos a ambas partes que hagan todo lo posible para desescalar la situación y reanudar la coordinación en materia de seguridad, que es vital para prevenir nuevos actos de violencia", declaró el sábado en un comunicado Josep Borrell, jefe de la política Exterior de la UE.

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