Economía descarta que los beneficios empresariales sean la causa de la inflación

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, interviene en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros el 20 de diciembre.
La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, interviene en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros el 20 de diciembre.
JUAN CARLOS HIDALGO / EFE
La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, interviene en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros el 20 de diciembre.

El Ministerio de Economía sostiene que la recuperación de los márgenes empresariales de las empresas, que se sitúan ya en niveles similares a antes del coronavirus, no está siendo el motor de la inflación. Una tesis contraria a la que defiende el Ministerio de Trabajo y los sindicatos, quienes sí achacan a la recuperación de los beneficios empresariales una parte importante de la subida de precios que se ha producido en los últimos meses.

Según fuentes del ministerio que dirige Nadia Calviño, los costes de las empresas han subido por encima de los precios de venta y los datos disponibles "no muestran que los márgenes sean el elemento detrás de la inflación". Un cálculo elaborado por Economía a partir de datos de la contabilidad nacional refleja que el peso de los beneficios de las empresas sobre sus ventas se situaba en el tercer trimestre del año pasado en un entorno del 9,9%. Una proporción prácticamente idéntica a la que se registraba justo antes de que estallara la pandemia, cuando el margen ascendía al 10,1%. Este cálculo excluye los beneficios de las empresas de refino de petróleo, extraordinariamente altos el año pasado por la situación del mercado petrolero global, señalan.

Las fuentes anteriormente mencionadas inciden en que el hecho de que se recuperen los márgenes "no quiere decir que sean la causa de la inflación". Sí reconocen que los beneficios pueden influir en el IPC, pero insisten en que las causas fundamentales del alza de precios son el fuerte encarecimiento de las materias primas y los bienes importados visto el año pasado.

Igualmente, añaden que "no es sostenible que las empresas operen con un nivel de márgenes estructuralmente más bajos" que el que existía antes de la pandemia. En todo caso, puntualizan que "es muy importante que los márgenes se mantengan estables" pese los aumentos en la facturación.

Esta valoración se extiende también al sector de la distribución y la cadena alimentaria. "No hemos apreciado que haya incrementos, en distribución los márgenes son estrechos", reconocen las citadas fuentes. En todo caso, señalan que en esta situación de costes y más variaciones de precios de lo habitual "siempre hay más posibilidad para que algunas empresas o segmentos" del mercado puedan aprovechar la situación para elevar sus márgenes. En todo caso, esta conducta no sería la común en el sector. 

En el ministerio tampoco ven pruebas de que la inflación se esté alimentando por el lado de los salarios. "No hay indicios de que haya presiones de costes laborales", señalan las citadas fuentes, que insisten en que lo deseable es que sindicatos y patronal pacten una referencia para subir todos los salarios y que se mitigue la pérdida de poder adquisitivo. 

El Banco de España ya señaló hace un par de meses que los márgenes empresariales -una métrica que da una idea de cómo han evolucionado los beneficios, pero que no es completamente equivalente a estos- ya han recuperado su nivel prepandemia. Una recuperación que ha sido posible, en parte, gracias al tímido crecimiento de los salarios.

Las conclusiones del departamento de Calviño van en la dirección opuesta a línea que marcan Trabajo y los sindicatos. Sin ir más lejos, la vicepresidenta primera del Gobierno, Yolanda Díaz, señalaba recientemente que con los datos que se reflejan en el IPC y en algunos sectores como el de la alimentación "está claro que hay alguien aquí que se está forrando". 

Un informe elaborado por el departamento económico de Comisiones Obreras difundido la semana pasada responsabilizaba a los beneficios empresariales de estar detrás del 80% del aumento de la inflación registrada entre el cuarto trimestre de 2021 y el tercero de 2022, el último para el que hay datos disponibles. 

Optimismo de cara a 2023

En el departamento que dirige la vicepresidenta Calviño señalan que en 2022 la economía "se ha comportado de manera excelente", impulsada por un consumo que ha sorprendido al alza y un fuerte crecimiento de las exportaciones. También han destacado que el mercado laboral se ha mantenido fuerte en un contexto de "cambio estructural" tras la reforma laboral.

Además, insisten en que en las últimas semanas se están produciendo revisiones al alza en las perspectivas de crecimiento y que el PIB español avanzará por encima de la media de la Eurozona en el próximo año. Aunque, en todo caso, conviene recordar que España era, junto a República Checa, el único país de la UE que no había recuperado su PIB anterior a la pandemia en el tercer trimestre del año pasado.

"El entorno ha sido difícil y los resultados son buenos", destacan. "Las perspectivas son mucho mejores de lo que podíamos haber anticipado", agregan, fundamentalmente, gracias a que los factores que han impulsado la inflación han perdido fuerza en los últimos meses. 

En el ministerio se sienten cómodos con sus previsiones de crecimiento, que vaticinan un alza de PIB del 2,1%. Algo alejadas de las que dibujan la mayoría de analistas, que rebajan el alza al entorno del 1%. En todo caso, piden cautela porque la guerra y sus derivadas económicas hacen que la situación siga siendo extraordinaria.

  

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