Joan Ferran Historiador y articulista
OPINIÓN

Jaume Collboni

El candidato a la alcaldía de Barcelona por el PSC, Jaume Collboni.
El candidato a la alcaldía de Barcelona por el PSC, Jaume Collboni.
EP
El candidato a la alcaldía de Barcelona por el PSC, Jaume Collboni.

Jaume Collboni ha optado por dejar su cargo en el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona. La decisión me parece honesta y sensata. Faltan cuatro meses para las elecciones municipales y la atmósfera ya huele a pólvora. 

El hasta hace poco primer teniente de alcalde podría haber usado su agenda institucional para articular una campaña encubierta de proyección personal y no lo ha hecho. Se ha resistido a ello a sabiendas de que otros candidatos son, o han sido, expertos en ese tipo de prácticas.

Los competidores políticos de Collboni han aprovechado su marcha para criticarlo. Lógico, eso forma parte del guión pero la erosión provocada ha sido nimia. 

Le acusan de falta de credibilidad cuando es, precisamente, el personaje que acude a los comicios más ligero de equipaje. Jaume Collboni ha explicitado que va a por todas, quiere ser alcalde y no otra cosa. Es un político sin aristas, capaz de pactar con todos los grupos municipales, si exceptuamos a VOX y la CUP. 

No en vano ha sido el rostro amable del gobierno mejor relacionado con el mundo económico y empresarial. Algunos aspirantes a la alcaldía, en caso de derrota, se las han agenciado para reservar un escaño en el Congreso, o acomodo en algún despacho de la Administración. 

A otros les pesan los años o arrastran obsesiones, resentimientos y batallas políticas ajenas a los temas de ciudad. Mientras tanto las encuestas se multiplican y contradicen. La lucha por la alcaldía de Barcelona ya está aquí y va a dar mucho que hablar.

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