¿Qué diferencia hay entre TIN y TAE? Financia tus compras en la cuesta de enero sabiendo bien lo que te cobrarán realmente de intereses

La mayoría de carteras del mercado ocupan demasiado espacio.
La mayoría de carteras del mercado ocupan demasiado espacio.
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La mayoría de carteras del mercado ocupan demasiado espacio.

El inicio del año suele ser propicio para las compras. Las esperadas rebajas de invierno nos ofrecen la posibilidad de adquirir productos que necesitamos a un precio más reducido. Es, por tanto, una buena oportunidad para realizar sobre todo aquellas compras que suponen un desembolso mayor al habitual, como puede ser la adquisición de un frigorífico, una lavadora o una televisión de última generación. 

Pero también es frecuente que el consumidor llegue algo apurado a esta época del año debido a los gastos que le han ocasionado las fiestas navideñas. Por ese motivo es normal que en lugar de pagar al contado se interese por la financiación que ofrece en ese momento el comercio en cuestión para ese producto. 

Es entonces cuando empieza a aparecer conceptos como TIN (Tipo de Interés Nominal) y TAE (Tasa Anual Equivalente) que muchos consumidores desconocen y que es importante entender para no llevarnos una sorpresa en el coste final de nuestra compra. Ambos indicadores son usados a la hora de la contratación de préstamos al consumo, depósitos o hipotecas, entre otros. 

Según explica el BBVA en su blog de Educación Financiera, "el TIN es el porcentaje fijo que se pacta como concepto de pago por el dinero prestado". Es decir: un préstamo de 1.000 al 5% de interés anual supondrá al consumidor pagar 1.050 euros. 

El TIN puede ser diario, semanal, mensual, trimestral, semestral o anual, aunque el más habitual es el mensual; y únicamente se refiere al interés pactado con la entidad financiera para esa operación concreta. No tiene en cuenta ningún tipo de gasto asociado. 

La TAE, por contra, "es la tasa que indica el coste o rendimiento efectivo de un producto" y "se calcula de acuerdo con una fórmula matemática normalizada que tiene en cuenta el TIN de la operación, la frecuencia de los pagos (mensuales, trimestrales, semestrales...), las comisiones bancarias por cancelación o amortización, y los gastos de la operación".

Este indicador incorpora, por tanto, el TIN más algunas comisiones y gastos asociadas al contrato (comisión de apertura, gastos de cancelación, de gestión...). En definitiva, es el interés que nos muestra el coste real anual que tiene la operación para el cliente. Para el complejo cálculo del TAE, el Banco de España cuenta con una calculadora online.

Qué es más importante para el consumidor

Así, podemos concluir que el TAE es un indicador mucho más completo para el consumidor a la hora de conocer el coste final de un préstamo, aunque en ocasiones algunas compañías destacan primero o hacen solo referencia al TIN para captar la atención. 

Según la Orden EHA/1718/2010, de 11 de junio, de regulación y control de la publicidad de los servicios y productos bancarios, las entidades financieras están obligadas a publicar la TAE, aunque en la mayoría de ocasiones lo hacen en la letra pequeña. 

Quizá un ejemplo ayude a entender mejor ambos conceptos. Pongamos que una persona se dispone a comprar un frigorífico valorado en 3.000 euros y el establecimiento le ofrece una financiación a tres meses sin intereses. Sin embargo, el cliente se encuentra que a la finalización de ese tiempo el desembolso por el frigorífico asciende a 3.025 euros.

Probablemente, la razón de este incremento de 25 euros en el precio final esté relacionado con algún tipo de comisión o gasto de gestión que se incluye en el TAE y que el TIN sea del 0%. 

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