Valladolid acoge este fin de semana una nueva edición de la concentración motera Pingüinos, que reúne a 40.000 aficionados a las dos ruedas de toda Europa, pero que este año se ha teñido por la tragedia.

Un motorista de 70 años murió este sábado después de chocar con un coche a la altura del kilómetro 5 de la autovía A-601, sentido Segovia, a las afueras de Valladolid. Según ha informado el Centro de Emergencias 1-1-2 en Castilla y León, el suceso ha ocurrido a las 14:45 de este sábado, momento en el que varias llamadas han alertado de esta colisión, a consecuencia de la cual ha resultado herido el conductor de la motocicleta, que permanecía inconsciente en la calzada.

Con esta información, la sala de operaciones dio aviso de este accidente a la Guardia Civil (Tráfico) de Valladolid y al centro coordinador de urgencias (CCU) de Emergencias Sanitaria - Sacyl, desde el que se envió una UVI móvil.

En el lugar del accidente, los organismos de emergencias confirmaron el fallecimiento del motorista.

Explosión por negligencia

Además de este accidente mortal, la convención registró seis heridos de gravedad por quemaduras tras la explosión de una hoguera. Los heridos sufrieron quemaduras en cara y manos tras haber arrojado supuestamente a la hoguera una lata de gasolina y aceite como método acelerante.

"Todo apunta a una negligencia", ha señalado el tesorero y portavoz de Turismoto, José Manuel Navas que, sin querer entrar en detalles, porque está en investigación, ha incidido en que se utilizó "material" que "no tenían que echar".

"Vamos a dejar que la investigación siga adelante y se depuren responsabilidades. Supongo que habrá una instrucción judicial y posiblemente nos presentemos nosotros como acusación particular", ha añadido.

Desfile de antorchas

Por otro lado, cerca de cuatrocientos moteros, uno por cada motorista fallecido en 2022, han cruzado este sábado el centro de Valladolid con sus bengalas en el desfile de antorchas, uno de los momentos más emotivos de la concentración motera de Pingüinos 2023.

Un homenaje en el que cientos de personas se agolparon en las aceras para ver un espectáculo de luces y humo en el que los organizadores no solo rompieron con el ambiente festivo de esta concentración, que en esta edición alcanza una participación récord de más de 40.000 inscritos, sino que apelaron a la prudencia en la carretera.

A los cascos, el humo y el rugir de los motores les acompañó el teléfono, omnipresente en todo el recorrido entre el público y también entre los motoristas, que se hacían selfies mientras portaban las balas que han llenado de humo las inmediaciones de la Academia de Caballería.