'El programa de Ana Rosa' habla con varias prostitutas sobre la vida en un club: "Es denigrante, hay que ser muy valiente"

La periodista ha podido hablar con algunas de las prostitutas.
La periodista ha podido hablar con algunas de las prostitutas.
MEDIASET
La periodista ha podido hablar con algunas de las prostitutas.

El PSOE tiene un nuevo objetivo: la aprobación de una ley con la que abolir la prostitución. Una medida que no ha sentado bien a algunas de las trabajadoras del sector que, además de asegurar que quieren seguir ejerciendo, reclaman sus derechos.

Este miércoles, El programa de Ana Rosa ha emitido un reportaje de investigación en el que una de las reporteras ha conseguido entrar en un club de alterne para conocer, de primera mano, cómo es la vida de algunas de las prostitutas que ejercen en el lugar.

En el club que ha visitado el matinal viven y trabajan, aproximadamente, cuarenta chicas. La mayoría de ellas, como explica la periodista María Miñana en su reportaje, no se dejan grabar porque para sus familias tienen una vida completamente diferente. Pese a esto, la reportera sí ha conseguido hablar con varias trabajadoras sexuales.

Así, Miñana ha mostrado el complejo en el que las prostitutas atienden a los clientes y, además, ha comentado el caso de Brigitte, que llegó a España huyendo de la violencia de su Colombia natal, y ha destacado que su jornada laboral va de las 17 a las 3:30 horas aunque, "si una quiere, se puede ir a acostar antes". Además, la joven ha destacado: "Cuando llegué a España busqué trabajo, pero es imposible porque no tenemos papeles. Tengo un hijo en Colombia y si pudiera traérmelo sería una bendición. Tengo que salir adelante como sea, Dios me tiene que ayudar".

Otra de las trabajadoras que, hace cuatro años, también llegó de Colombia, sueña con ser tatuadora y asegura que la prostitución es algo temporal: "Al cliente lo conozco abajo, me acerco e interactuó con él, si me siento cómoda, subimos a la habitación". De la misma manera, la chica destaca: "Tengo una carrera e intentado ejercer mi profesión. Es difícil porque, además de haber mucha competencia, es un campo que no se valora y no lo pagan de acuerdo a lo que te esfuerzas".

Además de ser su lugar de trabajo, el complejo también es su casa. Por vivir allí, pagan 50 euros diarios. "Es demasiado denigrante, no es fácil enfrentarte a personas que no conoces. Lo hago por necesidad. A nadie le gusta esta vida, hay que ser valiente para hacerlo", resalta Brigitte que, además, apunta que si alguien le ofreciera un buen trabajo saldría de allí "de una, sin pensarlo dos veces". "Me gustaría trabajar, ahorrar, montar un negocio y salir de aquí", agrega la joven.

Además, el matinal también ha conseguido hablar con algunos clientes del club. Así, uno de ellos, de 23 años, ha asegurado que acudir a estos lugares "no es nada malo ni raro". También han podido hablar con un cliente habitual de estos clubes que ha apuntado que lleva 20 años acudiendo a estos lugares: "Al principio era, sobre todo, cliente de pisos porque es más discreto". Incluso, el cliente ha señalado que ha recurrido a los servicios de las prostitutas cuando tenía pareja y que, en alguna ocasión, se ha llegado a enamorar de alguna de las chicas.

"Hay gente que se aprovecha de estas chicas. De hecho, los verdaderos proxenetas lo que suelen hacer es amenazar a las chicas con tomar represalias contra personas próximas a ellas", ha agregado el cliente que también ha aportado su opinión sobre la posible abolición de la prostitución: "Las leyes van a afectar siempre más a los pobres que a los ricos. Un putero de pasta va a seguir teniendo la prostitución que quiera. El pobre... digamos que los sitios más conocidos sí que los cerrarán. Pero la prostitución seguirá existiendo, aunque más clandestina".

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