Se define como acrónimo al término formado a partir de las iniciales de varias palabras “y suelen ser utilizados para abreviar frases o términos largos y complejos y suelen representar desde organismos (por ejemplo, "RAE" es el acrónimo de "Real Academia Española" y “Pyme” de “Pequeña y mediana empresa”) a enfermedades (SIDA” lo es de “Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida”), pasando por cosas ("láser" castellanización del inglés "laser" que a su vez es acrónimo de "Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation") e incluso para dar nombre a medios de transportes (“AVE” de “Alta velocidad española” y "TALGO" del "Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol").

También se conoce como acrónimo a aquellos términos formados de elementos de dos o más palabras, como por ejemplo “ofimática”, la cual es la unión del inicio de “oficina” y el final de “informática”.

Es importante tener en cuenta que, aunque los acrónimos se forman a partir de las iniciales de varias palabras, se pronuncian como si fueran una palabra normal, en lugar de pronunciar cada letra de forma individual. Además, es común que los acrónimos se escriban en mayúsculas, aunque también pueden escribirse en minúsculas en algunos casos (“ovni” de “objeto volador no identificado”).

Por otro lado, una sigla es un conjunto de letras iniciales de una expresión compleja que forman una palabra, marca o entidad y puede ser tanto deletreada (“IPC” de “Índice de precios al consumo”) como pronunciada como una sola palabra normal (“ONU” de “Organización de las Naciones Unidos”).

Además, para facilitar su pronunciación, en ocasiones podemos encontrar la formación de siglas a las que se le añade alguna letra más y no solo la inicial (“Mercosur” de “Mercado Común del Sur”) e incluso quitárselo o ambas cosas (“Muface” de “Mutualidad General de Funcionarios del Estado”).