La inesperada vuelta de la cámara analógica: de la extinción a producto estrella en Navidad

  • Las ventas de cámaras instantáneas se han disparado y no hay suficientes carretes para satisfacer la demanda.
  • Un público no profesional, joven y mayoritariamente femenino está protagonizando el inesperado resurgir.​
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Victoria, Alicia y Vanessa, tres jóvenes que se han incorporado a la ola de la fotografía analógica recientemente.
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La cámara Olympus de su madre fue, durante años, el trasto que apenas podía sostener con sus manos en una vieja foto en la que salía ella, con unos cuatro años, fotografiando a una flor. Victoria Pérez, que ahora tiene 25 años, acostumbraba a sentarse los domingos a ver fotos como esta de los álbumes familiares cuando era niña.

Algo de esa antigua afición a la fotografía reapareció en el confinamiento de 2020, cuando se le ocurrió preguntar a sus padres por aquella pesada cámara analógica. Y allí estaba, probablemente llena de polvo, pero en perfecto estado.

"Reflexioné mucho sobre lo acelerada que va la sociedad en general, de esta cultura del 'todo para ya', 'me lo merezco ahora y lo necesito de inmediato' y de acumular 2.000 fotos de cada viaje y me empezaba a generar bastante agobio", explica Pérez. "Creo que la analógica tiene un sentimiento más ligado a la paciencia y a hacer una foto con muchísimo más esmero porque sabes que tienes un carrete de 36 y, cuando vas a hacer la foto, te lo piensas más, ese cuidado al detalle que me gusta mucho".

Victoria Pérez recuperó la antigua cámara analógica de su madre en busca de "un sentimiento más ligado a la paciencia".
Victoria Pérez recuperó la antigua cámara analógica de su madre en busca de "un sentimiento más ligado a la paciencia".
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"Cuando vas a hacer la foto, te lo piensas más y ese cuidado al detalle que me gusta mucho"

La fotografía analógica está viviendo un inesperado retorno en los últimos años después de haber tocado fondo en torno a 2010. La caída fue abrupta. Solo una década antes, con el cambio de siglo, los carretes de fotos alcanzaron su pico máximo de ventas. Nadie podía imaginar entonces que Kodak, el mayor fabricante de películas fotográficas del planeta, estaba al borde del abismo.

"A partir del 2000, el descenso en el negocio de la fotografía analógica fue en picado", declara José Márquez, product manager en España de Fujifilm, la empresa que entonces había vivido durante décadas a la sombra de la todopoderosa Kodak, hasta que ésta se declaró en quiebra en 2012. "Primero, fueron cambiando las tecnologías de cámara analógica a cámara digital y, después, de las versiones más baratas de digitales, a los móviles inteligentes".

Ahora, después de que todo el sector diera prácticamente por muerta a la fotografía química, una nueva generación de jóvenes que nunca habían utilizado una cámara analógica están empezando a encontrar atractivo la unicidad de las fotos de carrete. Las cámaras instantáneas, desechables o incluso las antiguas réflex analógicas están viviendo un inesperado resurgir.

Todo empezó con la cámara instantánea

Al contrario que su gran competidora, Fujifilm supo adaptarse a los nuevos tiempos y logró evitar el desastre incorporándose a la incipiente tecnología de la fotografía digital. Cuando la empresa japonesa había adaptado ya totalmente su negocio a los nuevos tiempos una inesperada tendencia empezó a ser identificada en el sudeste asiático.

En Malasia, Indonesia y Filipinas las antiguas cámaras instantáneas, que Polaroid -la empresa que las comercializó por primera vez y de la que recibieron su apelativo más habitual- había dejado de fabricar en 2008 empezaron a experimentar un repunte de demanda. Jóvenes de estos países habían empezado a subir a la red social Instagram fotos tomadas con sus móviles de las propias fotos instantáneas con su característica palidez.

A España, la moda llegó unos años más tarde, pero Alicia Esteban, que ahora tiene 23, fue de las primeras personas en subirse a esa ola. "La primera vez que tuve una tipo Polaroid, que en realidad es una Fujifilm, me la compré con una expareja hace siete años, creo que fue un poco por moda y al final es una cosa que está chula", declara Estaban.

Alicia Esteban, que ahora tiene 23 años, se compró por primera vez una cámara instantánea hace siete años "por moda".
Alicia Esteban, que ahora tiene 23 años, se compró por primera vez una cámara instantánea hace siete años "por moda".
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"Las guardo y las tengo mucho cariño, alguna la tengo en el bolso, o las cuelgo en la pared"

El selfie que se pierde por siempre en un grupo de Whatsapp está, en su caso, en su bolso, su cartera o la pared de su casa. "Cuando hago fotos digitales, jamás las imprimo porque no me acuerdo o me da pereza", explica Esteban. "Las guardo y las tengo mucho cariño, alguna la tengo en el bolso, o las cuelgo en la pared, al final tengo más fotos instantáneas de este tipo que fotos de la cámara digital impresas".

Vanessa Buitrago, una editora de vídeo de 24 años, también tiene previsto sumarse a la fiebre por las cámaras instantáneas y planea hacerse con una -quizás estas mismas Navidades- en busca de más espontaneidad y menos pose. "Siento que hemos estado perdiendo la espontaneidad de las fotos con el digital y, más específicamente, con las redes sociales, con Instagram, todo es como mucha pose y postureo, en lo que yo también he caído", declara Buitrago. "Pero ahora quiero volver un poco atrás y empezar a tener fotos más espontáneas y saber que es una única foto que me va a gustar más por ser única y exclusiva".

Vanessa Buitrago tiene previsto hacerse con una cámara analógica en busca de fotos menos posadas y mas espontáneas.
Vanessa Buitrago tiene previsto hacerse con una cámara analógica en busca de fotos menos posadas y mas espontáneas.
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"Quiero saber que es una única foto que me va a gustar más por ser única y exclusiva"

Una moda cada vez menos pasajera

La tienda de fotografía Fotocasión es un punto de referencia para profesionales y amantes de la fotografía en Madrid de desde hace cinco décadas. Ubicada en la calle donde, cada domingo, se monta el Rastro, el principal mercadillo urbano de la capital, esta tienda y su dueño, José Luis Mur, han sobrevivido a todos los cambios en el mundo de la fotografía desde principios de este siglo.

"La fotografía química nunca dejó funcionar, sobre todo en blanco y negro, pero, desde la pandemia, se ha incrementado enormemente también toda la fotografía en color", declara Mur, que tiene 74 años y lleva toda su vida dedicado a la fotografía. Según afirma, la nueva demanda viene la mano de una clientela no profesional, joven y mayoritariamente femenina. En su tienda, desde hace un tiempo, hay ya tres personas dedicadas en exclusiva a la fotografía analógica ante el resurgir de este tipo de producto.

"Tanto ha aumentado la demanda que hay falta de carretes e incluso los precios se han desorbitado en algunos casos. Hay dificultad en algunos de carretes como el de 35mm. Un carrete que antes podía valer 4 o 5 eurillos ahora vale 11 y, si vamos a una película más especial, vale 14, los precios se han más que duplicado desde hace un par de años", declara Mur.

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonio Jose Luis. Fotocasión. Reportaje cámaras analógicas
José Luis Mur, el propietario de la tienda de fotografía madrileña Fotocasión, posa con una cámara analógica y un carrete, dos productos cada vez más demandados.
Jorge París
"Tanto ha aumentado la demanda que hay falta de carretes e incluso los precios se han desorbitado en algunos casos"

El regreso de la analógica pilló de imprevisto a todos, incluidos los grandes fabricantes, que no han terminado de confiar en que la tendencia se vaya a consolidar. Sin embargo, en lo referente a las cámaras instantáneas, ya se puede afirmar que lo que parecía una moda pasajera, se ha mantenido en el tiempo

Desde Fujifilm admiten que de la misma inesperada manera que aumentó su demanda, esta ha seguido firme y, de hecho, ha abierto el camino al regreso del carrete, un producto que, prácticamente, se había dejado de fabricar. "Todo lo que llega de fábrica se vende directamente, no tenemos prácticamente stock acumulado de nada porque hay mucho interés, y poca fabricación", declara Márquez, de Fujifilm.

- ¿Será esto una moda, o se consolidará como ha ocurrido con la fotografía instantánea?

- "Nosotros nos estamos haciendo también esta pregunta porque la decisión de abrir nuevas fábricas o hacer más producción, si realmente fuera una moda, nos supondría una catástrofe económica. Entonces, es algo que se hace a pasos muy cautos". 

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