Carlos III ya prepara su primer discurso de Navidad como rey

Carlos III, despachando por primera vez con una de las famosas cajas rojas.
Carlos III de Inglaterra, en el despacho.
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Carlos III, despachando por primera vez con una de las famosas cajas rojas.

Han sido muchos años como espectador y, aunque ciertamente agridulce porque significa la muerte de su madre, Isabel II, el nuevo rey, Carlos III de Inglaterra, quiere que todo esté preparado al milímetro, por lo que ya ha comenzado a planificar su discurso de Navidad, así como la idea de recuperar la tradición de la familia real británica de pasar las fiestas juntos en Sandringham House.

En esto último hace especial hincapié el monarca, quien prefiere la costumbre de marcharse de Windsor durante las fiestas a la casa de campo de la familia, algo que no pudo hacer durante los años de la pandemia y la necesidad de distancia social.

Allí, además, se espera que se le unan los príncipes de Gales con sus hijos, así como otros miembros cercanos tanto al soberano como a la reina consorte Camila.

Otra de las razones para acudir a Sandringham es llevar a cabo otra importante tradición perdida los dos últimos años: la de que el monarca deje el servicio matutino para acudir, en Norfolk, a la iglesia de Santa María Magdalena, y allí salude a los congregados y feligreses y compartan juntos el almuerzo.

Asimismo, Carlos III de Inglaterra sabe que su discurso será histórico por ser el primero de su reinado, por lo que está buscando no solo que sean las palabras adecuadas, sino que cuadre hasta el más mínimo detalle, algo que ha heredado de su madre, ya que cada fotografía y cada recuerdo e, incluso, su ropa, será escudriñada por la prensa al día siguiente.

Se da por supuesto que habrá un homenaje explícito a Isabel II y, seguramente, también quiera darle una parte del recuadro a su esposa, si bien sus hijos, tanto el príncipe Guillermo como, sobre todo, el príncipe Harry, no están en todas las apuestas. De dudas se saldrá el próximo 25 de diciembre, si bien será antes cuando sea grabado.

Sea como fuere, en Windsor, para calmar la espera, ya está colocado, y hasta el mes de enero, el abeto en St. George Hall, coronado por un ángel confeccionado a mano y con tres millares de luces y varios cientos de cintas moradas.

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