Lo que define a una leyenda es que siempre esté vigente. Incluso tantos años después de su muerte, el 4 de agosto de 1962. Hablamos de Marilyn Monroe, cuya presencia en el imaginario colectivo este año ha estado marcada tanto por su vestido, que llevó -rompiéndolo- Kim Kardashian a la MET Gala, como por la película Blonde, donde es encarnada por Ana de Armas. Ahora, además, llega una enorme subasta con más de 175 objetos personales de la célebre actriz.

Sin ser la primera subasta relacionada con la intérprete de Con faldas y a lo loco del año (en mayo, un retrato suyo de Andy Warhol se convertía en la obra de arte más cara del siglo XX, 195 millones de dólares) sí que se trata, como ha dado a conocer la revista People, de la primera que incluye verdaderamente pertenencias de la rubia más icónica de Hollywood.

La casa de subastas Julien's Auctions ha recopilado casi 180 recuerdos íntimos de Marylin por los que sus fans más acérrimos, coleecionistas privados y amantes del cine y el backstage de las celebrities en general que podrán pujar por cosas tan cercanas a la protagonista de La tentación vive arriba como una nota manuscrita de Charles Stanley Gifford, quien una prueba de ADN ha confirmado como su verdadero padre.

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Dicha nota es lo más codiciado, puesto que es, tal y como detalla la nota de prensa, "el único artefacto material conocido que establece cualquier conexión o comunicación entre Gifford y su famosa hija". Además, se asegura que fue entregada en mano, lo que significaría la única prueba de que entre ambos hubo algún contacto, si bien jamás tuvieron una relación paternofilial.

Se estima que costará entre 2.000 y 3.000 dólares, pero el precio final se sabrá los días 16 y 17 de diciembre, cuando está prevista la puja -que puede ser presencial o telemática-. No es, claro, lo más caro, dado que otros muchos objetos sí que fueron utilizados por la actriz en vida, sobre todo en lo tocante a productos de belleza como lápiz de labios, sombra de ojos o pestañas postizas.

También estarán en la subasta vestidos que llevó Marilyn, así como cartas, anotaciones, fotografías o dos curiosidades: su última tarjeta como miembro del Sindicato de Actores y el expediente médico de una de sus operaciones de cirugía estética.