La guerra en Ucrania está dejando historias asombrosas. Una de ellas es de un soldado ruso que recibió el impacto de una granada en su caja torácica. El proyectil no estalló y el militar tuvo que ser intervenido para extraer la granada.

Tal y como recoge el Daily Mail, el sargento menor Nikolay Pasenko, de 41 años, fue alcanzado por el proyectil ucraniano disparado desde un lanzagranadas automático mientras luchaba en un lugar no revelado del frente.

Las radiografías mostraron que el proyectil estaba profundamente incrustado en el pecho del hombre, pero a pesar de la devastadora herida, el militar no murió por el impacto.

Pasenko fue llevado a un hospital de Belgorod, localidad rusa cercana a la frontera ucraniana, donde el riesgo de explosión se evaluó como "extremadamente alto", pero aún así, los médicos decidieron intervenirle quirúrgicamente para extraer el proyectil.

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El soldado ruso inicialmente se resistió a la cirugía, porque no quería exponer a los médicos al riesgo de que la granada explotara. De cualquier modo, la operación siguió adelante.

El médico y teniente coronel Dmitry Kim, con base en el Hospital Militar Central Mandryk en Moscú, viajó con su equipo a Belgorod para realizar la cirugía del combatiente ruso herido. Los médicos participaron en la operación con chalecos antibalas.

"La munición estaba ubicada entre la aorta y la vena cava inferior", dijo Kim. "No todos los días extraes un explosivo de una persona, y en un lugar donde moverse hacia la derecha o hacia la izquierda puede provocar la muerte del paciente", dijo.

Un segundo quirófano y un equipo completo de cirujanos estaban a la espera en caso de que la munición hubiera detonado durante la operación inicial. Finalmente, la intervención fue un éxito.