La mayoría de las frutas en el hogar se consumen sin piel, sobre todo, en las piezas que tienen cáscaras duras y no comestibles. Es el caso de la naranja, una fruta que se pone de temporada en esta época. 

Hacer zumos con las naranjas o comerlas directamente es muy beneficioso para la salud, ya que aportan vitaminas y otras múltiples propiedades. Sin embargo, no hay que desaprovechar la piel de la naranja, que puede usarse para múltiples funciones. 

Así, estas son algunas ideas o trucos para aprovechar la piel de la naranja y sacar beneficios propios y para el hogar. 

Infusiones

En primer lugar, al igual que sucede con la piel de limón, la cáscara de naranja se puede usar para preparar infusiones. Solo hay que hervir el agua, añadir las pieles y dejar infusionar durante unos minutos, para que el líquido absorba las propiedades presentes en la piel de la naranja. 

Limpieza en el hogar

Si eres de los que no quiere comprar productos químicos para limpiar el hogar, se puede usar la piel de naranja para crear un limpiador multi superficie completamente natural. Solo hay que preparar un cubo o barreño con agua, añadir la piel de la naranja y un poco de vinagre o bicarbonato. 

Repelente de mosquitos y plagas

Los insectos no toleran el olor de los cítricos, por lo que poner al lado de nuestras plantas o en las ventanas las pieles del limón y la naranja puede ayudar a repeler a los insectos y a evitar las plagas en nuestros ejemplares de plantas.

Mascarilla facial

En el ámbito cosmético también se pueden aprovechar las vitaminas de la piel de la naranja para hacer mascarillas faciales caseras. Solamente hay que rallar la piel de la naranja y mezclarla con miel o con clara de huevo. Así, se crea una pasta que se debe aplicar sobre el rostro y dejar reposar. 

Exfoliante corporal

Igualmente, si se quieren aprovechar los beneficios de la naranja en la piel se puede hacer un exfoliante natural para aplicar en el cuerpo y eliminar las células muertas. Basta con rallar la piel de naranja y mezclarla con yema de huevo o miel, un poco de aceite esencial y una cucharadita de azúcar.