Cayetano Rivera y Eva González afrontan un momento convulso en su matrimonio. Llevan meses viviendo separados y ninguno de los dos luce la alianza de casados. La irrupción de un supuesto material fotográfico en el que el torero aparece, al parecer, acompañado de otra mujer de curvas peligrosas aceleró la confirmación de la crisis haciendo propio el cese temporal de la convivencia al que en su día aludieron Jaime de Marichalar y la Infanta Elena como un eufemismo rebuscado del divorcio.

Dicen que la relación llevaba rota cerca de dos años, pero que intentaron recomponer unas piezas del puzzle que ya no encajaban. El ciclón Karelys, con las fotografías mediante las que se intentó acreditar el romance clandestino del torero, arrasaron con todo. Eva cerró filas en torno a él en la esfera pública y cosió remiendos en un alma que, por aquel entonces, dicen que ya estaba hecha jirones. No era la primera vez que surfeaban una crisis, pero, al contrario que en la ocasión anterior, decidieron buscar una solución juntos y sin pedirse un tiempo para la reflexión.

Desde el entorno de la presentadora apelan al sentido común y recuerdan que, celosos de su intimidad, han sido muy pocas las veces en las que han compartido con la opinión publica asuntos que pertenecen a su más estricta intimidad. En cualquier caso, las mismas fuentes no descartan que, dado el impacto y la repercusión de las circunstancias actuales, emitan un comunicado de prensa, aclarando, matizando o confirmando las informaciones que les conciernen. El escrito podría llegar en las próximas horas y ser determinante.