Si Kanye West se dedicase únicamente a su música y a sus negocios sin dar declaraciones ni aparecer en prensa cada dos por tres, más o menos como Rihanna, seguiría siendo uno de los hombres más ricos del planeta. Pero es Kanye West. Y eso conlleva no distinguir lo que es la polémica de lo que es directamente xenófobo, machista, racista y un largo etcétera de calificativos que han provocado que, en apenas una semana haya dilapidado su fama hasta dejar de pertenecer, como ha dado a conocer la revista Forbes, a su lista de milmillonarios.

"Puedo decir cualquier mierda antisemita que Adidas no puede echarme", dijo hace unos días Ye, que volvía a las andadas incluso luego de haber pedido perdón por sus comentarios sobre los judíos. Bueno, pues la firma alemana de artículos deportivos le ha echado "con efecto inmediato" tras estudiarlo "en profundidad", rompiendo un acuerdo que incluso a ellos les ha repercutido enormemente.

Pero, han pensado desde Adidas, mejor perder mucho dinero que seguir colaborando con alguien que, en las reuniones empresariales, les obliga a ver porno para utilizarlo de metáfora y ponerse como ejemplo. En un comunicado, la empresa ha calificado como "inaceptables y peligrosas" las palabras de Kanye contra el pueblo judío y asegurando que ellos "no toleran el antisemitismo ni ningún otro tipo de discurso de odio".

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West, que había dicho que que los judíos basan su personalidad en "tropos como la codicia y el control" y que iría "a la guerra" contra ellos, ha conseguido dos cosas: una, que varios grupos supremacistas y neonazis están colgando pancartas con la frase 'Kanye tiene razón sobre los judíos' en carreteras norteamericanas; dos, que su patrimonio neto se desplome de un día para otro a "solo" 400 millones.

Para alguien que hasta hace nada era milmillonario es, sin lugar a dudas, un problema. También para Adidas, que nada más conocerse su decisión caían un 6% en bolsa, si bien más tarde lo dejaba en 3,20%. ¿Por qué? Porque ha recibido el apoyo de dos grandes grupos de venta, Gap y Foot Locker, que dejarán de vender las zapatillas Yeezy, base de la colaboración del rapero y la marca y que suponía un 8% de las ventas totales de Adidas.

Eso no es todo, porque antes de dinamitar más del cincuenta por ciento de su fortuna, Adidas le ofreció a Kanye West la compra de su participación, ofreciéndole 1.000 millones de dólares a cambio, lo cual el artista rechazó. Y eso lo habría hecho cuando la marca alemana, además, está en uno de sus peores momentos históricos, habiendo pasado en un año de un capital de 50.000 millones a los cerca de 18.000 millones de este 2022.

Y este puede ser el comienzo del final de sus vidas siquiera de millonario: entre todas sus polémicas, hay una puede hacerle perder otros 250 millones. Esa es la cantidad que ha pedido en su demanda por difamación la familia de George Floyd, después de que West asegurase en un podcast que el afroamericano había muerto por fentanilo y no debido a la asfixia producida por la violencia policial.

No es el único caso de conexión entre el rapero y las consignas de la ultraderecha estadounidense: se enfrentó a todo el mundo de la moda por su último desfile, en el que exhibía sin contemplaciones el lema 'Las vidas blancas importan', usado por los supremacistas blancos contra el movimiento Black Lives Matter.

De todas formas, si algo ha quedado claro en este caso es que aquellas polémicas racistas de primeros de mes o su extorsión mediante violencia vicaria a Kim Kardashian para que sus hijos fueran a su ultracatólica Donda Academy no consiguieron que empresas y compañías se pusiesen en su contra.

En cambio, sus comentarios contra los judíos han sido tan inaceptables que desde las Kardashian hasta su propio banco, JP Morgan, que le ha pedido que retire su cuenta, se han posicionado en su contra y hasta dos bufetes de abogados, el segundo de ellos con Camille Vasquez, quien fue la defensa de Johnny Depp, le han negado sus servicios.

A ello hay que sumar que tanto su agencia de representación, CAA, una de las más importantes, como la firma Balenciaga han cortado su contrato con él y el estudio de cine y televisión MRC, que tiene terminado un documental sobre la figura y la música de Kanye West, va a archivarlo para siempre por no difundir su mensaje.