Ghislaine Maxwell, mano derecha de Jeffrey Epstein, habla por primera vez: del príncipe Andrés a Bill Clinton o Donald Trump

Jeffrey Epstein en 2006, y Ghislaine Maxwell en 2007.
Jeffrey Epstein en 2006, y Ghislaine Maxwell en 2007.
PALM BEACH SHERIFF'S DEPARTMENT - GHISLAINE MAXWELL / WIKIMEDIA COMMONS
Jeffrey Epstein en 2006, y Ghislaine Maxwell en 2007.

El Daily Mail ha conseguido una de esas exclusivas que tanto ansía un periódico de su enjundia: la primera entrevista con Ghislaine Maxwell, la que fuera examante del magnate multimillonario Jeffrey Epstein, quien se suicidó el 10 de agosto de 2019. Ghislaine era, además, su mano derecha en la entramada red de tráfico sexual de menores, razón por la que cumple una condena de 20 años en el Correccional Federal de Tallahassee, en Florida, donde continúa su sentencia tras ser trasladada allí desde el Centro de Detención Metropolitano (MDC) de Nueva York.

Maxwell ha roto su silencio y lo ha hecho respondiendo preguntas sobre nombres concretos, la mayoría de ellos conocidos públicamente no solo por fotografías sino porque aparecían en el famoso libro con aquellas personas que se habían relacionado con el banquero. Y si en algún momento el rey Carlos III de Inglaterra pensaba dejar de mantener apartado de la vida pública a su hermano, el príncipe Andrés, duque de York, da la sensación de que se lo tendrá que replantear.

Ghislaine, la "principal de mis novias" y "mi mejor amiga", como se refería a ella Epstein en un artículo publicado en Vanity Fair en 2003, y quien ejercía como captadora de chicas para sus delitos sexuales con menores, fue tildada como "un personaje de James Bond", en referencia a los famosos secuaces de los villanos de la saga cinematográfica. Da una idea del inmenso poder que tuvo y que ahora deja entrever en la conversación con el citado medio.

Lo primero que ha hecho cuando le preguntan por el príncipe Andrés, de hecho, es contradecirlo. El hijo de Isabel II dijo que no tuvo jamás relación con ella y que no la conocía (a pesar de la famosa fotografía en la que aparecen los dos junto a Virginia Giuffre, la víctima que denunció los abusos).

Ghislaine, sin embargo, se refiere a él como "un querido amigo". "Me siento tan mal por él… Voy siguiendo lo que le está pasando. Está pagando un precio muy alto. Lo considero un querido amigo... Estoy preocupada por él", ha dicho. Mas, cuando se le hace saber que él había renegado de esa amistad, ha agregado: "Acepto que nuestra amistad no pueda sobrevivir a mi condena".

Asimismo, habla de la propia fotografía, ya que en 2015 aseguró que parecía real. "Si ves una fotografía y es una fotografía tuya en tu casa, y alguien te dice '¿Esa es una foto tuya?', no lo cuestionas. Nunca se me ocurriría que alguien hiciese algo con una fotografía. Reconocí el entorno de aquella imagen , nada más que eso", ha confesado, si bien ahora no cree "que sea una imagen real" o, al menos, "que sea lo que parece ser".

"Hay tantas cosas que no cuadran en la foto. No sé exactamente cuántos , pero te podría decir más de 50 problemas en esa imagen. Tan pronto como termine mi apelación, me agradará decírtelas", ha puntualizado. Maxwell, que ha continuado hablando de otros nombres importantes del libro negro que compartía con Epstein.

Así, de Bill Clinton asegura haber mantenido "una amistad especial" que se prolongó y continuó "a lo largo de los años". "Teníamos mucho en común. Me vuelvo a sentir mal de que sea otra víctima por su asociación [con Epstein]. Entiendo que él, como los demás, ya no me puede considerar una amiga. Yo no puedo pensar en lo que querrán hacer o dejar de hacer la gente con las que he sido cercana. Yo solo puedo controlar lo que yo hago", ha declarado.

En cambio, hay una persona que sí salió en su defensa: otro expresidente, Donald Trump. "Él sí se atrevió [a defenderme], mientras que otros no, y me conmovió mucho que se acordase de mí y que me deseara lo mejor", ha asegurado. Y ha seguido: "Creo que cualquiera que dijera algo remotamente positivo sobre mí, podía atraer hacia sí todo lo peor. Pero es cierto que el presidente Trump es famoso por pensar y decir lo que piensa. Así que me conmovió, sí. Y lo aprecio: me dio muchas fuerzas en aquel momento".

Un momento, además, en el que dijo haberlo pasado fatal por las condiciones infrahumanas en las que estaba en su primera prisión, casi sin alimentación ni agua potable y donde presentó "cerca de 300 quejas", lo que derivó en más castigos, entre otras cosas porque para alejarla de una compañera de cárcel que según ella planeaba matarla mientras dormía, la aislaron con un protocolo aintisuicidio.

"No poseo un solo hueso suicida en mi cuerpo. Nunca lo he contemplado. Ni he pensado en eso. La razón por la que me pusieron bajo vigilancia suicida fue como castigo porque presenté las quejas y dejé claro que las autoridades me dañaron físicamente. Te tienen sin ropa y con una bata antisuicida de tiras de velcro, en una habitación con temperaturas bajo cero, literalmente congelándote, con luces de neón como las que ves en la televisión y en los campos de concentración", ha dicho, lo que ha retrotraído al suicidio de Jeffrey Epstein.

Donald Trump, Melania Trump, Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell, en una imagen del documental 'Jeffrey Epstein: Asquerosamente rico'.
Donald Trump, Melania Trump, Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell.
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Según ella, le dejó "impactada" y, aún hoy, donde tiene mucho tiempo para pensar dado que vive en una celda de 3 x 2,5 metros que comparte con otras tres reclusas -y solo tiene permitido salir una hora al día-, tiene sus dudas: "Solo digo que lo encuentro sospechoso".

Ahora ha empezado a trabajar en la biblioteca de derecho y educación de la cárcel: "He estado ayudando todo lo posible. Lo veo como una oportunidad para usar mis habilidades para ayudar a las personas que me rodean. Hay muchos que no hablan inglés, que no tienen educación. En comparación, yo tengo para ayudarlos. Sinceramente, es muy gratificante".

Si echa la vista atrás, se arrepiente. "Dije en mi declaración en una audiencia pública que conocer a Jeffrey Epstein fue el mayor error de mi vida. Y obviamente hoy evitaría estar con él", ha admitido, así como que "hay muchas mujeres que pueden sentirse identificadas" con su historia porque "se han enamorado o han tenido relaciones con hombres" que no merecieron la pena.

Y se queja de la falta de presunción de inocencia. "Creo que lo de 'inocente hasta que se demuestre lo contrario' debería aplicarse en mi caso. En Inglaterra, cuando hay un caso en proceso, no se permiten informaciones previas al juicio. Es esencial. Aquí, en Estados Unidos, estás inundado de una prensa espantosa que te acusa y no tienes derecho a hablar. Lo que han creado es una versión ficticia de mí, como un personaje de Disney, la Bruja Malvada, por ejemplo".

Cuando le preguntan cuándo se empezó a sentir incómoda y que quizá no debería haber conocido a Epstein, se queda callada y luego aclara que fue "después de que él se metiera en problemas". Eso fue en 2006, cuando apenas cumplió 13 meses de cárcel por varios delitos relacionados con niñas menores de edad. Por tanto, cuando se cometieron dichos delitos, según la versión de Ghislaine, no estaba incómoda.

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