El Palacio de la Infanta Carlota se libra de la 'mafia okupa' que alquilaba sus habitaciones

Operarios trabajando en la entrada del Palacio de la Infanta Carlota
Operarios trabajando en la entrada del Palacio de la Infanta Carlota
Tania Carrasco
Operarios trabajando en la entrada del Palacio de la Infanta Carlota

El Palacio de la Infanta Carlota ubicado en la calle Luna, 32 en el distrito Centro ha sido objeto de una okupación incontrolada durante años que hoy ha llegado a su fin. El proceso de desalojo ha durado dos años y el Ayuntamiento ha podido recuperarlo de forma definitiva para ponerlo a servicio de todos los madrileños.

Primero, el edificio debe ser rehabilitado ya que se encuentra en mal estado, de esto se encargarán los técnicos de la edificación del Área de Desarrollo Urbano. Esta actuación durará mínimo un año, dado el grado de deterioro que presenta el inmueble, que ha sido objeto de diversas intervenciones de emergencia a lo largo de los años. El futuro uso del palacio se basará en las necesidades del distrito, en principio la zona carece de dotaciones culturales y también de viviendas para mayores y jóvenes. Evaluarán la viabilidad de implantar estos nuevos usos.

El edificio fue objeto de un proceso de usurpación incontrolada por parte de cientos de personas que fueron ocupando las diferentes viviendas en que había sido compartimentado el edificio, así como los locales exteriores y cualquier espacio que estuviera disponible. Esto aumentó la problemática estructural y de seguridad del edificio, pero, además se le suma un problema de salubridad por la acumulación de basura. También se comprobó la existencia de economía sumergida donde los ocupantes alquilaban las habitaciones, provocando una masificación en la ocupación del edificio.

En septiembre de 2019, verificaron la existencia de unos 38 espacios ocupados en el inmueble, con un total de 200 ocupantes, aunque el número variaba dada la existencia de la actividad de realquiler y de hospedaje irregular. Transcurridos dos años, el Ayuntamiento ha tomado posesión del edificio, en el que ha puesto vigilancia, tras más de 14 entradas con autorización judicial y un trabajo conjunto del Área de Desarrollo Urbano, el SAER (Servicio de Atención a la Emergencia Residencial) y los Servicios Sociales del distrito Centro, el Samur Social y los servicios sociales del Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social y Policía Municipal.

Unas vecinas reivindican el realojo en el patio del edificio.
Inquilinas del Palacio de la Infanta Carlota el día en que se inició el desalojo.
Jorge Paris

Se ha ofrecido alternativas habitacionales y soluciones de emergencia para evitar que las personas que residían en el interior del edificio pudieran quedar en situaciones de vulnerabilidad. Así, nueve unidades familiares han recibido alojamiento alternativo y el Samur Social ha atendido a 8 personas que se encontraban en situación de emergencia social, encontrándose ya todas ellas fuera de la emergencia. Por otro lado, la Empresa Municipal de la Vivienda (EMVS) ha realojado a 9 viviendas, que tenían derecho a realojo. Los realojos se han realizado priorizando, en la medida de lo posible, su reubicación en el distrito Centro.

La historia del palacio

El edificio fue construido en la segunda mitad del siglo XVIII por el arquitecto Juan de Villanueva, máximo exponente de la arquitectura neoclásica en España y autor, entre otros, del edificio del Museo del Prado, el Oratorio del Caballero de Gracia o el Real Observatorio de Madrid. Tiene una superficie construida de casi 5.000 m2.

El Palacio recibe su nombre por el hecho de haber estado habitado por el infante Francisco de Paula, hermano de Fernando VII, y su esposa la infanta Carlota, famosa por ser la aristócrata que abofeteó al ministro Calomarde cuando quiso abolir la ley que permitía acceder al trono a su sobrina, la futura Reina Isabel II.

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