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El abuso de los más vulnerables, las personas con discapacidad intelectual: "Solo en el 3% de casos son ellas las que detectan que lo sufren"

  • Marta Martínez es psicóloga y facilitadora de la Unidad de Acceso a la Justicia de Personas con Discapacidad Intelectual de Fundación A la Par.
Las personas con discapacidad rara vez denuncian que son víctimas de abuso.
Las personas con discapacidad rara vez denuncian que son víctimas de abuso.
GTRES
Las personas con discapacidad rara vez denuncian que son víctimas de abuso.

Las personas con discapacidad son más vulnerables ante cualquier tipo de abuso. De hecho, según alertan desde la Fundación A la Par, ocho de cada diez de ellas sufrirán alguna forma de abuso a lo largo de su vida. Conscientes de estos datos, y para ayudar a las familias a prevenir estas situaciones y a orientarles sobre cómo actuar en caso de que ocurran, desde el Plan Familia de la Fundación Adecco han organizado una Escuela de Padres impartida por Marta Martínez, psicóloga y facilitadora de la Unidad de Acceso a la Justicia de Personas con Discapacidad Intelectual de dicha fundación.

En la recomendable novela de ciencia ficción Flores para Algernon, escrita por el psicólogo Daniel Keyes, el protagonista con discapacidad intelectual participaba en un experimento que le acababa convirtiendo en un genio. En el proceso se percata de que habían estado aprovechándose de él desde su propia ignorancia. Un descubrimiento que se asienta en la realidad. Martínez explica que "solo en el 3% de los casos son las personas con discapacidad las que son las que detectan que están sufriendo un abuso, es muy raro que lo verbalicen. En el 97% restante son otras personas las que dan la voz de alarma porque sospechan de algún tipo de abuso. Y con abuso no nos referimos solo al sexual, también al económico, acoso, maltrato…". Por eso es tan importante trabajar desde la prevención y detección ante cualquier signo de alerta que se produzca.

Cambios de conducta, la principal señal de alarma

Según la experta, es muy difícil que sea la persona con discapacidad la que denuncie o confiese a su entorno cercano que está a sufriendo algún abuso, por eso debe ser el entorno este el que esté especialmente atento para detectarlo o para, al menos sospechar que algo no va bien. Para ello, lo más importante es que sean conscientes de que puede pasar, "tienen que tener en la cabeza que esto puede ocurrir, porque para los familiares a veces es difícil de asimilar que alguien sea capaz de hacer algo así. Esto hace que en muchos casos ni siquiera se contemple la hipótesis del abuso", cuenta Marta. 

Para los familiares es difícil de asimilar que alguien sea capaz de hacer algo así

Por eso es primordial que, ante cualquier sospecha de que algo no va bien, el abuso sea una de las opciones, "luego se hará una valoración, pero que la hipótesis esté cuando aparecen estos signos de alerta". Y estos signos, aunque pueden ser muchos, siempre conllevan un cambio de actitud y comportamiento, como "apatía, irritabilidad, que evite actividades que antes le gustaban mucho, que no quiera ver a alguien con quien le encantaba estar… Sobre todo, hay que estar atentos a los cambios en su comportamiento y estado de ánimo", asegura.

Esto es especialmente importante en personas que no tienen lenguaje, que no pueden contarnos lo que les ocurre, "en caso de personas que no tienen comunicación verbal, se tiene que estar atentos exclusivamente al comportamiento, a los cambios de conducta. Por ejemplo, si es muy activa y de repente está sentada o quieta todo el rato, cambia sus hábitos de sueño o alimentación, la forma de relacionarse con las personas, si se aleja de las personas…", advierte.

El valor de su testimonio ‘sin manipular’

Ante la mínima sospecha de que puede estar produciéndose un abuso contra una persona con discapacidad, la familia, o el entorno más cercano, como es lógico, quiere saber la verdad cuanto antes y pregunta sin cesar a la persona afectada. Sin embargo, Marta advierte de que, precisamente, eso es lo que no hay que hacer, "hay que indagar, pero teniendo mucho cuidado de no ‘manipular’ su testimonio, su memoria. Nosotros siempre explicamos que la memoria, y más cuando has pasado por una situación traumática, es como un bloque de plastilina recién comprado. En el momento en el que lo empiezas a moldear, lo modificas y más alejado está del bloque que compraste. Esto, trasladado a los testimonios, significa que cuanto más lo toques menos se parecerá al testimonio inicial que tenía la persona, y cuanta más diferencia haya entre el primer recuerdo y el último, menos creíble será", advierte. 

Hay que cuidar el testimonio y no moldearlo porque 'si solo tenemos su declaración y no es creíble porque va cambiando, se archiva' 

Para que esto no ocurra, Marta Martínez aconseja que “si la persona empieza a hablar, que se le hagan preguntas abiertas del plan: ‘¿Qué ha pasado?, en lugar de preguntas como: ¿‘Te ha tocado’, ‘¿Dónde?’, ‘¿Por debajo de la camiseta?’ ‘¿Por encima…?’… porque con estas preguntas, sin querer, introducimos elementos que condicionan su relato”. Hay que cuidar ese testimonio y no moldearlo porque “si solo tenemos el testimonio, y ya no es creíble porque va cambiando, en muchos casos, se archiva. Si una persona quiere contar espontáneamente, porque necesita hablarlo, intentamos no hacer muchas preguntas. Y a la primera sospecha, que acudan a nosotros, que llamen a la Unidad de Acceso a la Justicia para personas con Discapacidad Intelectual”.

Qué es y que hace la Unidad de Acceso a la Justicia de Personas con Discapacidad Intelectual

La Fundación A la par dispone desde hace más de una década de la Unidad de Acceso a la Justicia, función principal es la de garantizar este acceso a las personas con discapacidad intelectual víctimas de abusos y maltrato. Por eso, ante la sospecha de un caso de este tipo, Marta recomienda que se pongan en contacto con ellos, “cuando una familia o una entidad sospecha que una persona con discapacidad está sufriendo abuso se pueden poner en contacto con nosotros, y lo ideal es que lo hagan antes de poner la denuncia. Si esto ocurre, lo que hacemos es, antes de nada, una capacitación de la persona en la que valoramos cómo cuenta cualquier hecho pasado que le haya ocurrido: le hacemos preguntas, vemos cómo narra, describe, si identifica estados emocionales… y se lo entregamos al juzgado junto con los apoyos que esa persona necesite pare declarar. El objetivo es que el testimonio sea el mejor posible para que se esclarezca qué ha ocurrido”. 

Para que distingan lo que es consentimiento y lo que no, tienen que tener información afectivo-sexual

Esta labor la realiza un facilitador, que, además, acompañará a la persona con discapacidad en la toma de declaración y las siguientes fases del proceso judicial, incluso el juicio oral, si tiene lugar. El objetivo es que su testimonio llegue lo más intacto y literal posible a los juzgados, “la figura del facilitador surge precisamente porque estas personas son mucho más vulnerables al abuso y en el caso del abuso sexual, por ejemplo, muchas veces la única prueba que hay es el testimonio, no hay grabaciones, no hay testigos…”.

En otros casos, cuando las familias no saben que disponen de este recurso, son la policía o los juzgados los que piden ayuda a la Unidad. También disponen de otras funciones, como “asesorar o formar a las entidades que nos lo soliciten, incluso juzgados, empresas, que a veces nos piden apoyo para que creemos o actualicemos sus protocolos de prevención o actuación ante los abusos”. Aunque su objetivo principal sigue siendo ayudar a las familias en el apoyo y la prevención de este tipo de delitos, “las familias tienes que saber que no están solas, que existe un recurso al que pueden acudir en una situación tan difícil y dura de aceptar”.

Por mucho que duela aceptarlo, donde más abuso se produce es dentro de las mismas familias

Además, nos dio unas pautas para, en la medida de lo posible, evitar que los abusos se produzcan, "la mejor forma de prevenirlo es que las personas con discapacidad sepan lo que es un abuso, que distingan cuando alguien se porta bien con ellos y cuando no, qué diferencien un buen trato de lo que no lo es... por eso es tan importante, por ejemplo, que, para prevenir el abuso sexual, tengan mucha información afectivo-sexual para que puedan distinguir lo que es consentimiento de lo que no lo es", aconseja la psicóloga.

Y en cuanto al entorno, "asegurarnos de que tengan a una siempre a una persona en su entorno cercano que sea su cobijo, a la que acudan para contarle todo lo que le ocurra y, como comentaba al principio, que los que le rodean sean conscientes de que puede pasar, porque, por mucho que duela aceptarlo, donde más se produce el abuso es dentro de las mismas familias", concluye. 

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