Natalia, una adolescente de 16 años, murió el pasado viernes en la localidad toledana de Corral de Almaguer, tras inhalar el gas del cargador de un mechero.
La joven inhaló gas azul o isobutano, el tipo que se emplea en los encendedores convencionales, y quedó inconsciente.
La menor, que se encontraba con un grupo de amigas en un parque, fue atendida por un equipo médico de urgencias y una UVI móvil, pero sólo pudieron certificar su muerte por parada cardiorrespiratoria.
Al parecer, según varios vecinos del pueblo, este grupo de adolescentes se había iniciado en la práctica de inhalar isobutano con el fin de experimentar alucinaciones rápidas y pasajeras, una práctica muy extendida jóvenes y adolescentes de Europa y Estados Unidos.
La inhalación de este tipo de gas, que se comercializa en pequeños botes que cuestan menos de cinco euros, genera una alteración en el cerebro llamada hipoxia, es decir, se reduce el oxígeno que llega por los vasos sanguíneos, lo que puede ocasionar la muerte.
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