Muy pronto habrá un grupo de estudiantes que tendrán un diploma y, por tanto, podrán decir en sus currículos que son expertos en Lana del Rey. No porque la hayan escuchado a todas horas o porque hayan ido a más de 20 conciertos suyos, sino porque habrán realizado un curso intensivo sobre la artista de 37 años. Y no cualquier curso: uno impartido por la Universidad de Nueva York.

Tal y como ya hicieron a comienzos de año con la vida y obra de Taylor Swift (que además fue nombrada doctora honoris causa y dio el discurso de graduación para tres promociones diferentes), ahora será la autora de éxitos como Summertime Sadness o Young and Beautiful quien sea objeto de estudio y debate en el Instituto Clive Davis perteneciente al centro universitario.

Impartido por la periodista y escritora especializada Kathy Iandoli, quien ha colaborado con Vice, Rolling Stone, Billboard, Pitchfork, The Guardian o Cosmopolitan, el curso, que tendrá un valor de dos créditos para el alumnado, ha recibido el nombre de y tendrá lugar del próximo 20 de octubre al 8 de diciembre.

Según ha expresado un representante de la Universidad de Nueva York, ciudad en la que nació Lana del Rey, desde Topics in Recorded Music: Lana Del Rey se busca estudiar en profundidad la contribución de la cantante al explosión pop del siglo XXI, así como sus influencias musicales y los artistas en los que posteriormente ha influido ella.

Otra de las cuestiones que abordará el curso será la conexión de Lana del Rey, cuyo verdadero nombre es Elizabeth Woolridge Grant, con diversos movimientos de justicia social, tanto en su día a día como a través de su música, con especial relevancia al feminismo, con el #MeToo y #TimesUp, o el racismo (#BlackLivesMatter).

La descripción del mismo reza: "A lo largo de ocho álbumes, todos ellos aclamados por la crítica, la artista, seis veces nominada al Grammy, ha sido una punta de lanza de una versión triste, melancólica y barroca del dream pop, el cual, a su vez, ha ayudado a cambiar y reinventar el sonido (y el estado de ánimo) de la música mainstream desde de la década de 2010".

Además, incide en que "a través de sus llamativos efectos visuales y su atención temática a la salud mental y a las historias de amor tóxico y doliente", la autora de Born to Die ha edificado "un nuevo trampolín para que artistas de todos los géneros crearan, con enjundia, sus obras antipop, de modo que estas han conseguido habitar un mainstream antes categorizado como bubblegum".